Jeison Obando Pérez, sobreviviente del submarino que, según comprobaron las autoridades de Estados Unidos, transportaba drogas y fue destruido por Estados Unidos en el Caribe el 16 de octubre, fue liberado por las autoridades de Colombia.
Al momento del ataque, y tras comprobarse el cargamento de cocaína, el presidente de Colombia Gustavo Petro aseguró que Jeison Obando, de nacionalidad colombiana, sería procesado como traficante de drogas. Lo dijo cuando esperaba la repatriación por parte de Estados Unidos.
También lo dijo el ministro del Interior, Armando Benedetti, quien dijo que Pérez será “procesado según la justicia, porque presuntamente es un delincuente que estaba traficando droga”.
Sin embargo, no se hicieron cargos en su contra y la investigación derivó en nada, a pesar que Estados Unidos mostró pruebas del narcotráfico y pidió su detención. El argumento de la justicia colombiana es que no hay pruebas de que haya cometido delitos dentro de ese país. La única manera en que podía haber sido procesado era si él mismo se incriminaba.
Obando permaneció casi tres semanas en el hospital Kennedy de Bogotá, recuperándose de sus heridas, pues fue expatriado con «traumas en el cerebro, sedado, dopado y respirando con ventilador», según reseñó el diario El País.