Venezuela

Toque de queda en Petare: la guerra continúa

Este 4 de mayo circuló un mensaje de voz decretando toque de queda en Petare desde las 4 de la tarde. La guerra entre bandas continúa por quinto día seguido. Los vecinos acataron: más vale prevenir que lamentar

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toque de queda en petare
Daniel Hernández

«Petare despertó. Activos en la pista. Es el hampa». Así concluyó un mensaje de voz que pretendía ser tranquilizador y que circuló este mediodía entre los grupos de Whatsapp de los vecinos de Petare, el conglomerado de barriadas más grande de Venezuela, que corona el este de Caracas. El hampa es una forma de llamar a la delincuencia.

Desde hace cuatro noches, en Petare se vive una guerra entre bandas rivales de delincuentes, que tiene aterrorizados a los vecinos. Usan armas largas, de guerra, principalmente modernos fusiles. También granadas y pistolas. Es el tipo de equipamiento reservado por ley a la Fuerza Armada venezolana.

Pero en las barriadas de Petare la ley son los «malandros» (delincuentes) y sus «pranes» (jefes de las bandas organizadas).

Las balas perdidas llegan hasta edificios en urbanizaciones aledañas y entran a las viviendas. Los vecinos se arrinconan en el que consideran el sitio más seguro de sus casas.

Este 4 de mayo, está previsto que comience otra batalla desde antes del anochecer. Por eso los propios delincuentes decretaron un toque de queda en Petare a partir de las 4 de la tarde. Los vecinos acatan, antes de que suenen los primeros disparos. Es mejor prevenir que lamentar.

En el mensaje de voz de WhatsApp que comparten y hacen circular los habitantes de Petare, se advierte que «la guerra», como la llaman ellos mismos, no tiene nada que ver con los vecinos ni con la policía o el gobierno.

«Es entre nosotros», reiteraron. «Mantengan la calma y todos a sus casas. Brinden protección a sus familiares y a sus niños», recomendaron.

toque de queda en petare

Wilexis contra El Gusano

La «guerra» tiene dos bandos: el de Wilexis y el de El Gusano. Y lo que quieren es ganar el territorio de Petare y el negocio de las drogas y las armas.

Entre los petareños circula el rumor de que cada uno tiene sus propios apoyos, que salen de los límites de la barriada y llegan a las cárceles, donde mandan los «pranes» («preso rematado asesino nato», en la jerga judicial).

Estos capos tienen el control de las actividades delictivas dentro y fuera de las prisiones. Los negocios ilícitos incluyen secuestros, asesinatos  por encargo, asaltos, robos de viviendas y de vehículos, extorsiones y confiscaciones de  inmuebles, según innumerables denuncias de víctimas, que caen en saco roto.

En la guerra por Petare incluso se involucra a «El Coqui», otro icónico jefe de bandas de la peligrosa Cota 905,  al suroeste de la ciudad. Este sujeto ya casi se ha convertido en una leyenda, porque el gobierno tiene varios años tratando de capturarlo, de acabar con él, y no ha podido… o no ha querido, según los críticos.

La noche, la aterradora noche, comenzará temprano esta semana para el casi medio millón de habitantes de Petare. Están repartidos en barriadas de serpenteantes calles, laderas y diferentes nombres: José Félix Ribas, Simón Bolívar, El Carpintero, El Nazareno, San Blas, La Bombilla, San Miguel, La Dolorita, entre muchos otros.

El toque de queda en Petare se decretó a partir de las 4 de la tarde. Un par de horas antes ya estaba todo cerrado, contaron testigos vía telefónica.

El «mandato» de Wilexis

Como escribió Jesús Piñero en esta nota, Wilexis fue designado en Petare como «juez de paz», una figura que resuelve los problemas sin necesidad de acudir a instancias policiales ni judiciales. Se supone que el juez de paz es una especie de rey Salomón, que busca ser ecuánime, y cuyas decisiones son irrefutables.

Pues Wilexis era el rey Salomón de Petare desde hace unos tres años. Decidió sobre muchas cosas que hicieron la barriada más segura, como lo cuenta el propio Piñero. Llegaron a darse el lujo de hacer algo que ni siquiera urbanizaciones pudientes se atreven: sacar sus teléfonos móviles sin miedo, pues ya nadie robaba a los vecinos. No por respeto a ellos, sino por temor a Wilexis.

«También lo llaman El Patrón o Tú-sabes-quién. La gente teme pronunciar su nombre, piensan que tiene espías, luceros, por todos lados», narró Piñero en su nota.

La guerra que se ha desatado desde hace cinco noches, con su respectivo toque de queda, busca arrebatarle el control del codiciado Petare a Wilexis.

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