Entrevista UB

Marina Taylhardat y la elegancia del vampiro

Diseñadora, ex miss, productora de eventos, Marina Taylhardat se ha propuesto una misión a través de su marca Ushuva y de las fiestas Ánima Collectiv: invitarnos a ser elegantes y creativos. Su Fang-Tastic Halloween va de vampiros y aquí encarna, ella misma, el espíritu de la noche de electrónica con la que cierra el mes de octubre

Fotos: Alejandro Cremades / @doncremades
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Marina llega dispuesta a todo. En la primera tanda de fotos, apenas se cubre con una larga chaqueta intervenida y medias negras: ilumina. Hay chispazos de luz cada vez que se mueve y se agita la pedrería. Y en medio de ese blanco, la oscura intensidad de la mirada que juega a ser lo que vino a ser: una vampira.

Halloween para ella es otra cosa. Es la oportunidad de organizar una gran fiesta alegre y elegante. Una fiesta fuera del molde sonoro habitual de los últimos tiempos, un espacio sofisticado pero al mismo tiempo desenfadado y libre, que preserva como un refugio que quiere ser ejemplo: porque hace ya más de 12 años que Marina Taylhardat comparte sus ocupaciones de creadora al frente de Ushuva –su marca y concepto- con la producción de eventos para la noche caraqueña. Lo hizo con On The List –proyecto que arrancó junto a María Antonia Blanco- y más recientemente con las fiestas Ánima Collectiv, en complicidad con Ghery Di Campo.

Todavía hay quien recuerda la sorpresa de ver en los pasillos del Hotel Tamanaco o en las calles de Las Mercedes a alguna de las 800 Criaturas Míticas que acudieron al llamado del Halloween de 2021. Y ahora la propuesta de Ánima Collectiv para el 29 de octubre demanda elegancia y porte: la del vampiro, en la Fang-Tastic Halloween.

Marina

-¿Qué es lo que te seduce de hacer estas fiestas de Halloween?

-El disfraz. Poder salir de ti y crear un nuevo tú y, además, adaptado a las reglas que creo, porque hay reglas: este año tienes que ser vampiro. “Just be a Vampire”, lo digo así. El vampiro es seductor, es elegante, tiene buen gusto. Siento que con esto empujo un poco a la gente a vestirse mejor, a mirar dentro de sus clósets. No hay que comprar cosas nuevas, estoy segura de que en tu clóset tienes algo espectacular que nunca más utilizaste. Y eso especialmente en el caso de las mujeres. También esto entra en mi ADN y mis valores de la moda. Me encanta poder empujar a la gente a concientizar un poco y entender un poquito más por medio de la filosofía de mi mundito.

-¿Y qué buscas al organizar este tipo de eventos? ¿Es un negocio, es por pasión?

-Me gusta conectar a las personas. Me encanta conectar por medio de las artes y poder conectar a través de un arte tan importante como la música, con el que rompes barreras, unes a todo el mundo con una misma melodía. Mi movimiento actualmente es la electrónica, estoy muy enamorada de la electrónica. Es un género muy variado y se adapta a todos. Me parece un movimiento musical muy interesante que se había perdido en Venezuela, se volvió muy oscuro, se volvió muy maltratado por nosotros mismos, cosa que no es justa.

Estamos elevando otra vez el nivel de este género musical. Creo que la electrónica tiene un sentido, una vibración, que te da una amplitud de mente y ves mucho más allá. Lo veo en la actitud de las personas, en cómo reaccionan ante una buena melodía, todos sonríen, todos se transportan. Siento que lastimosamente Venezuela nos ha cerrado las oportunidades de salir, no podemos viajar como antes, y sí somos people of the world y nadie nos va a quitar el tumbao de que yo soy una persona del mundo. Estas fiestas me dan ese puente para vivir como una persona del mundo y le dan el puente a generaciones de relevo. Y veo a chamos en este movimiento de Ánima Collectiv que quieren hacer cosas y esto es también regalarles la ilusión.

-También revive buenos momentos del pasado cuando había una movida electrónica interesante y venían grandes dj’s internacionales, había marcas que patrocinaban eventos importantes… todo eso de repente se acabó…

-Se acabó y tuvimos que ir nosotros poco a poco rescatando eso con estas fiestas. Somos los que mandamos en este momento en el movimiento porque somos quienes mejor lo hacemos: mantenemos muy buena calidad. Ahora, sí hay una necesidad por parte del consumidor de que volvamos a hacer On The List. Me lo piden. Creo que para el año 2023 sigue Ánima Collectiv y vuelve On The List también. Quisiera que On The List fuera una cosa más volada. En el sentido de que, de verdad, hoy en día no me gustan las listas. Creo más en el movimiento, en la vibración de la gente, y cuando tú le generas un sentido musical y un concepto al evento, sabes quién va a venir, porque no a todo el mundo le gusta la misma música, entonces puedes lograr filtrar por medio de la música. Con On The List quiero hacer la primera fiesta Fuck The List by On The List. Quiero crear una plataforma cultural, que va a lo mismo con lo que estoy haciendo con Ushuva y la organización que estoy tratando de lograr: poder apoyar movimientos emergentes que de verdad están muy abandonados porque el mismo sistema no permite que lleguen a más.

Marina
marina

-¿En este año que llevas haciendo las fiestas Ánima, siempre ha estado presente ese elemento del disfraz?

-Sí, todas han tenido un concepto, una temática. En Navidad, con Fantastic X-Mas, les pedí a todos que fueran Santa o el Grinch o que fueran de rojo y verde. Yo era Grinch, aunque no estaba disfrazada fui de verde y mi sentimiento era más Grinch. Mi socio, Ghery Di Campo, era 100% Santa, con su bufanda y tal. Fue una de las fiestas más divertidas. Después, en marzo este año, hice Fantastic Black Tie, la idea era que la gente estuviera vestida elegante, aunque no se logró del todo… Con The Vampire Party quiero recuperar eso: los vampiros son elegantes, vístete elegante. ¿Qué tanto te cuesta? Estoy segura de que tienes una pinta elegante en tu casa. ¿Por qué tenemos que vestir tan mal? ¿Por qué está tan de moda enseñar las lolas y el fundillo todo el día? Yo no puedo más con ese estilo. Siento que sí soy old school de alguna manera, aunque también soy muy avant garde en otras cosas. Quiero rescatar lo que fuimos, que sí tuvimos buen gusto y que si se quebrantó en algún momento, ¿por qué no rescatarlo por medio de movimientos como este?

-Además del concepto, ¿qué hace diferente a tus fiestas, cuál es el elemento que las distingue?

-Yo… La gente al final siempre habla de “la fiesta de Marina” o “de Ghery”, que es mi socio. Aunque se llamen Ánima u On The List, la gente dice “Marina”. Creo que la gente conmigo se siente muy segura, saben que donde invierten su dinero van a conseguir algo bueno porque siempre hago cosas de calidad. Y con Ushuva también. Se busca credibilidad, que es algo que se ha perdido. Cuando lancé la fiesta Galáctica en 2019, qué quería lograr: subir y elevar un poco el buen gusto. Nuestra autoestima estaba en el piso, este sistema nos tenía así, y en 2019 quise recrear que íbamos a otra galaxia que se llamaba “La Galáctica” y fue una de las fiestas más locas que he producido en mi vida. No estimé en números: teníamos una luna gigante, mis productores fueron unos dementes… Sentí que se pudo lograr algo: personajes que fueron a esa fiesta se conectaron entre ellos para trabajar, para hacer cosas, se unió gente de un mundito y de otro… Lastimosamente llegó 2020 y nos apagó otra vez. ¿Qué genero yo? La unión y que podamos trabajar todos juntos.

-¿En este momento hay patrocinantes dispuestos a apoyar este tipo de eventos?

-Es muy duro, difícil. Nadie tiene dinero y si tienen dinero lo tienen para Wisin y Yandel y para estos internacionales que vienen, pero para una producción nacional que es hecha con las manos, es una pichirrez. Y da rabia porque primero tiene que ser lo nuestro. Ánima no tiene mayor apoyo porque es una fiesta de electrónica, aunque es espectacular. Eso sí, cada vez me estoy volviendo más estricta en el comportamiento que hay que tener en las fiestas, aunque hay cosas que se salen de las manos porque la sociedad es así.

Marina
Marina

-¿Para la música de estas fiestas trabajas solo con dj’s venezolanos o siempre traes alguno de otro país?

-Trabajo con las dos cosas, apoyo a dj’s nacionales que entiendan que es muy importante la música melódica, elegante, que la música esté diseñada para la mujer. Si la mujer está contenta en mi fiesta, la fiesta funciona. Si no está contenta, ella se lleva a todo el mundo a otro lugar. Así mismo. La mayoría de los dj’s no sé para quién tocan, porque para la mujer no es…

-¿Cómo es un dj que toca para las mujeres?

-Un Oscar Fonseca, por ejemplo, cuya música es muy sexy y te va llevando, te va llevando… y ves esa pista llena de mujeres bailando y se les olvidó el reguetón por un rato. El reguetón nos tiene dominados. Algunas de ellas esperan que toque reguetón en mis fiestas, traté una vez pero no funcionó. Es un ritmo muy diferente, son beats que no tienen nada que ver uno con el otro. Pero he logrado musicalizar de manera que a ellas no les ha hecho falta el reguetón. En la última fiesta trajimos al dj Facundo Mohrr. Es muy alegre, muy feliz, muy espiritual. Tiene un beat que te va elevando. En esa fiesta, que fue en Margarita, era como si la gente flotara. Terminé entendiendo cuál era mi movimiento musical y si tiene un nombre no lo conozco todavía, pero es una música muy ligera, muy alegre y que te haga sonreír. Para esta nueva fiesta Vampire traigo a unos griegos que se llaman Mangata Projekt. Son divertidos, alegres y súper respetuosos y sencillos, no les gusta molestar, solo quieren aportar. Y cuando se montan a tocar es una locura. También estuvieron en Fantastic Island, la fiesta que hicimos en Margarita en junio pasado.

-¿Tienes un grupo de dj’s locales con los que trabajas siempre?

-Sí. A partir de la fiesta en Margarita, entendí que trabajo solo con mi familia de dj’s. Puede ir aumentando, puede ir creciendo, pero tengo que conocerlos, escucharlos y tienen que tener un sentido de educación y buenos modales. Trabajar con gente que de verdad me entienda, me proteja y me acompañe en el movimiento, es lo importante. Y que además entienda mis necesidades como productora y las de los consumidores.

-Es casi como magia lo que le pides a los dj’s: hacer que la gente olvide el reguetón… ¿Lo logran o van a pedirlo? Porque es algo que pasa: estás poniendo tu música y llega alguien que cree que es simpático a pedirte que pongas otra cosa…

-Ya me conocen, ya saben quién es el personaje. La gente que va, sabe que eso no pasa. Me han seguido este año y ya saben que tratamos y no lo logramos. Yo hablo con mi consumidor, ellos me conocen. Y estos dj’s son tan alegres que no hace falta el reguetón. Nos tomó varias fiestas entender bien cuál es nuestro sonido, pero el que ha ido desde Margarita en adelante, ya entendió. On The List es más house, Ánima es un poco más “puyúo”, pero es bastante elegante.

-Después de la fiesta Halloween, ¿qué viene?

-No sé todavía… Quiero vivir esta fiesta como si fuera la última. Le estamos metiendo mucha energía y pasión.

Marina

-¿Cómo debe ser una fiesta para que te guste a ti? No las que haces tú, las que te gustan…

-Me gusta que tenga tequeños, muchos tequeños. Y que los tequeños tengan horario: antes y después. Me gusta que tenga seguridad. Me gusta que la gente respete los espacios y si van a hacer lo que les da la gana, que lo hagan en espacios donde no afecten a otras personas. Me gusta que los espacios sean plurales y que podamos respetarnos. Me gusta un dancefloor donde puedes bailar con todos y que allí te conozcan y te encuentres con lo menos esperado, me encanta sorprenderme con los sonidos y que me transporten. Yo llego a una fiesta y bailo, no tengo tiempo de estar hablando con todo el mundo y de echar los mismos cuentos que ya eché el día antes. Me gusta sonreír y ser alegre y que el dj tenga contacto visual con su público. Me gusta que la música no sea agresiva. Ya no puedo con el afrohouse, estoy agotada de escucharlo. Me encantan las temáticas, quisiera más espacios para hacer temáticas. Me gusta la fantasía. Todo eso termina siendo una fiesta On The List o Ánima Collective…

-Eso es trampa… ¿Eres fiestera?

-Sí, me gustan mucho las fiestas. Puedo salir a rumbear una o dos veces a la semana. Cuando la moda era más activa aquí, había eventos casi todos los días. Ahora toda esa energía la equilibro con el ejercicio. Y cuando no hay mucho que hacer, me acuesto a las 9 de la noche, que es el placer culposo más divino que hay. La gente jura que estoy todo el día rumbeando… se sorprenden. A veces estoy en un lugar reunida con gente, por ejemplo en un brunch, y tengo que pedir que por favor bajen la música. Hay que saber diferenciar los momentos. Y, por otra parte, hay un tema de mal gusto musical horrendo acá. Entonces estás en el lugar más divino y más bello y el dj quiere poner algo que no sé ni describir…

-Quiere perreo…

-Todo el día. Y es una tristeza. De verdad tenemos que pulirnos y ser más elegantes.

-¿Has probado a poner música tú misma?

-Me lo piden. Pero pasa que estoy en tantas cosas que no puedo meterme en todo. Cuando me retire de hacer las fiestas lo haré. Tengo muy buena música… Y ya hice mi primera clase. Tengo que seguir. En algún momento lo hago. Prometido.

Marina
Marina

-Más allá de la fiesta, ¿qué te llevó a tomar la decisión de hacer estas fotos con UB?

-Siento que estoy en un momento de vida muy interesante y estoy muy contenta con mi cuerpo. Y para llegar a donde estoy física y emocionalmente ha sido una lucha de muchos años y muchos altos y bajos. Posar para UB es como una demostración de que nunca es tarde. Uno tiene que estar feliz con uno mismo y ser quien uno es. Yo siempre me veía como muy “gruesa”, muy grande, me comparaba con gente cercana y me daba inseguridad, pero hoy día entiendo que soy una especie de salto para atrás en mi familia: después de ver cómo eran los vikingos lo que dije fue “ah, pero lo que soy es vikinga”, un salto hacia mis ancestros. De hecho, tengo un grupo de amigas que somos muy parecidas y en broma nos llamamos “vikingas”. Así me fui aceptando.

Me sentí muy contenta y muy tranquila haciendo las fotos. Contenta de poder hacer este tipo de fotografías, con estilo y siempre con buen gusto por delante. Y al final representando a quien soy y lo que estoy haciendo. Además, el equipo es increíble y me sentí totalmente a gusto. Yo siempre quise hacer esto y espero ser un ejemplo a seguir para tantas personas que ven su cuerpo y no lo quieren y buscan alternativas para tratar de estar mejor. Al final, está todo dentro de uno. Uno tiene que cultivar lo interno para sentirse bien.

Fue divertido porque el tema era Halloween, es disfraz, inspirando a otras personas. De eso se trata.

Marina
marina

-¿Posar aquí para ti también es enviar un mensaje?

-Mi mensaje es no tener miedo a ser original, a ser uno, de ser auténtica. Veo tantas mujeres interviniéndose jóvenes, cambiando tantas cosas de su físico y terminan viéndose como más de lo mismo. Si querían ser más de lo mismo, lo lograron. Pero la autenticidad está en extinción. Y creo que lo que tenemos que buscar es ser auténticos, luchar por ser quien uno es. Y más allá, realzar la feminidad, quererse uno mismo, no permitir que te maltraten y siempre evolucionar como mujer.

-Alguna vez fuiste miss, así que esto no es nuevo para ti. ¿Te sentiste más cómoda ahora que años atrás?

Sí, totalmente. Cuando fui miss sentí que era una exhibición, como si estuviera yo en un circo. No puedo criticar todo lo que era el espectáculo en esa época, pero la verdad es que no me encantaba el trato hacia la mujer, aunque sí fue una experiencia interesante. Después me tocó hacer varias cosas en modelaje, pero me gusta más estar en la producción, estar detrás de cámara. Eso es lo que me divierte más y así ha sido con Ushuva. Siempre he hecho fotos, me encanta. Y en este caso estaba capas sobre capas, me gustó mucho. Y es otra época en la que estoy mucho más segura de mí misma, de repente no es el cuerpo que tenía a los 19 años en el Miss Venezuela, pero sí estoy mucho más sana porque en ese momento tuve que hacer cualquier cosa para quitarme los kilos. Y está bien rebajar, pero también hay que tomar en cuenta cuál es la consecuencia nutricional o psicológica de eso, qué pasa después… Ahora me mantengo de una manera orgánica y esa es una gran diferencia.

Marina

Fotografía: Alejandro Cremades (@doncremades). Video: Betania Ibarra (@bibarris). Maquillaje y estilismo: Wilanny Meza (@wilannymeza_mua) Vestuario: @maisonvoyage_

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