Fakboi ganó el primer lugar -compartido- en la edición 2023 del Festival Nuevas Bandas con una potente propuesta en la que echan mano de distintos géneros para lograr un sonido propio. ¿Y ahora qué? Ahora la agrupación caraqueña quiere más: tocar, grabar, vivir de la música y hasta hacer temas con Lasso y Akapellah
Recibieron el reconocimiento como “Artista revelación” en el Festival de Música Urbana 2022 y, un año después, fueron la sensación del Nuevas Bandas 2023: se llevaron el primer premio junto a Cunaguaro. Fakboi es un proyecto musical compuesto por cuatro jóvenes, todos de La Boyera, todos estudiantes de música desde muy pequeños. Un proyecto que, hijo de los tiempos que corren, hace fusiones que abarcan muchos géneros desde el metal hasta el trap.
Israel Payares, de 22 años, es el frontman. Antonio David Esperanza, de 24 años, toca la batería. Luis Paredes, de 23 años, es el bajista. Y Jose Díaz, de 24 años, es el guitarrista.
Israel, Antonio y Jose –así, sin el acento, según lo dicen ellos- tuvieron una banda en la adolescencia: soñaban con emular a La Vida Bohème, Los Mesoneros o Viniloversus. Las tres forman parte del soundtrack de cierta juventud caraqueña; las tres, ganadoras del Nuevas Bandas. Como pasa con todos los grupos pueriles, hubo disoluciones, continuidad, pruebas, ensayos con otras personas y todo ese largo coqueteo de quienes están tratando de definir su identidad.
Israel conoció a Luis cuando ya estaba gestando Fakboi. Le pidió que se uniera. Con el tiempo, volvió a conectar con Antonio David. Luis se integró formalmente al grupo de cara al Nuevas Bandas. ¿Y ahora? Ahora están tratando de triunfar.
-¿Por qué Fakboi?
–Israel: Es que antes nosotros teníamos otra banda de rock indie y estábamos muy en contra de todo lo que es el trap y el reguetón. Éramos como muy puristas en ese sentido. Pero a mí en particular me empezó a gustar mucho eso, como un gusto culposo. Y en cuarentena quise hacer trap para ganar plata, pues me pareció que era una idea fácil de hacer y estaba cool. Entonces me busqué el nombre más estúpido, el nombre más gafo que se me pudo haber ocurrido. En ese momento estaba de moda la broma de los fuckboys, entonces fue como que me voy a poner Fakboi… ya ha pasado tanto tiempo y la gente nos conoce, así que se quedó, le agarramos cariño.
–Antonio David: Sí, nos gustó tanto esa dualidad del nombre que dijimos [a Israel]: si ya te llamas así en las redes, vamos a echarle vuelo con ese nombre y llamamos a la banda Fakboi.
-¿Fakboi es el alterego, el heterónimo, de Israel y a partir de ahí lo asume la banda, o más bien todos como banda se consideran Fakboi?
–Israel: Es eso mismo que dijiste. El proyecto empezó como solista, pero se fue desarrollando en banda. Entonces, actualmente ya somos Fakboi banda concretada.
–Luis: De hecho, dentro de Fakboi cada uno tiene su propio personaje o alter ego. Israel es «Fakboi», Antonio sería «El Chamo Tony». Luis sería «Corsa Tuneado» y yo sería «Díaz», porque es mi apellido.
-En el Festival de Música Urbana de 2022, Israel se presentó diciendo: “Yo soy Fakboi y esta es mi banda”
–Israel: Sí, en el FMU me presenté yo como Fakboi con banda, pero ya ha pasado mucho tiempo y los muchachos han aportado mucho al proyecto. Si no es por ellos no hubiésemos logrado todo esto, por lo menos lo del Nuevas Bandas, lo del FMU. Entonces, ya como que nos consolidamos como banda.
–Luis: Y el objetivo ahorita es sacar temas compuestos por todos.
–José: Conceptualmente hablando, es como si el personaje de Fakboi se hubiese encontrado a otros tres locos en la calle; y bueno, ahora se formó la banda. Es como Gorrillaz
-Israel, dijiste que querías empezar a componer trap para hacer plata. Empezaste a hacer las canciones, pero ¿y la plata? ¿Hiciste dinero?
–Israel: No hice plata, pero la mente sigue ahí y siempre va a estar ahí.
[Risas de los demás miembros]
–Israel: Si te das cuenta, nuestras canciones musicalmente no son nada traperas, pero las letras por lo menos están muy basadas en lo que es el urbano, en todo este movimiento; y de cierta manera sí “ha vendido”, entre muchas comillas, porque estamos pelando bola; pero sí, a la gente le gusta. Se ha vendido, pero no ha facturado.
–Luis: Creo que en parte por eso fue que pegamos tan bien en el Festival de Música Urbana y en el Nuevas Bandas, porque el proyecto funciona en los dos formatos. Y ganamos en los dos formatos. Bueno, en el FMU nos ganamos el Premio al Artista Revelación.
-¿Sienten que la gente conecta más con el proyecto ahorita que con lo que era antes?
–Israel: Siento que siempre han conectado de la misma manera, solamente que ahorita tenemos más público. Desde que saqué el primer disco, cuando estaba como solista, mucha gente me escribió que qué bolas, qué arrecho las canciones y tal. Como que la conexión ya estaba hecha.
–Luis: lo que creo es que se amplió el tipo de gente, porque a lo mejor la gente que no le gusta tanto el trap cuando empezó a escuchar las otras versiones le gustaron y como que se amplió un poquito el espectro.
-¿Cuál fue el disco que lanzó como solista Israel?
–Israel: “Suicidio”.
-¿Eso lo hiciste tú solo?
–Israel: Bueno, por los momentos todos los que he sacado los he producido yo solo.
–Antonio David: Y se nota [risas].
–Israel: La banda es algo muy nuevo.
–Luis: Desde lo primero que produjo hasta lo último que está haciendo ha habido una mejoría.
-¿Cómo fue la integración de Jose en la banda?
–Israel: Jose siempre ha estado presente en la banda de cierta manera, él hizo los videos del primer disco. Antes de llamarnos Fakboi éramos nosotros tres [Tony, Jose e Israel]; o sea, teníamos otra banda que era Indigente, nos separamos por razones del destino y decidí hacer el proyecto como solista. Pero Jose en específico siempre estuvo presente en el proyecto: él hace las visuales en los en vivo, él se ha encargado de darle la estética a la banda. Un día simplemente fue como que ya nos montamos en este peo entonces necesitábamos una guitarra y necesitábamos que Jose estuviese formalmente con nosotros, porque a nivel de química es una pata de la mesa. Entonces, fue como que tenemos que tocar a juro los cuatro, porque nosotros creamos este peo desde abajo los cuatro.
-¿”Indigente” se llamaba la banda que tenían?
–Israel: Indie, de música indie; y gente, de gente.
[Risas]
–Luis: No puede ser que es por eso…
–Antonio David: ¡Sí! [risas] Teníamos como 15 años.
-O sea, ¿pasaron de sonar como un indigente a ser un fuckboy?
–Israel: Sí, básicamente. En YouTube hay algunas cosas de Indiegente; pero era otra cosa, otra mentalidad: éramos muy chamos. Yo tenía 15 años.
-¿Y por qué se separaron?
–Israel: No fue un peo como tal. En ese momento todos estábamos con un problema de identidad, por lo menos ellos estaban estudiando otras cosas. Antonio estudió Aviación. Jose estaba estudiando Contabilidad. Entonces, era como que no había la misma visión, sino que ellos en ese momento lo veían como un hobby. Y yo ya tenía la vaina desde chamito de que quiero vivir de esto. Y fue como que, bueno, voy a hacer mi broma yo solo. Pero ya ahorita creo que estamos todos de acuerdo en que podemos vivir de los toques y ya tenemos la misma visión.
–Antonio David: Sí, esa es la meta.
–Jose: Siento que fue también como dijo Israel, fue un proceso de madurez y de encontrar realmente quiénes somos y qué queremos hacer. Porque claro, a los 15 años estábamos seguros de que nos gustaba la música y tocar música, pero era como un punto en el que tú tienes demasiadas opciones y la gente te está diciendo mil cosas de lo que tienes que hacer y es abrumador. Entonces, claro, uno se va por la vía más segura que te recomiendan. Y uno se pierde en eso, pero poco a poco, con el tiempo, cuando me cambié de carrera, empecé a hacer más cosas de audiovisuales y de ahí conecté otra vez con los chicos de la banda y con la música en general.
–Antonio David: Yo sé cuál fue el punto de quiebre de Jose, fue cuando él nos vio en el FMU y dijo: “berro, esto está brutal”.
–Jose: Ese toque estuvo muy bueno. En ese toque del Festival de Música Urbana, yo que lo vi como espectador, sí se sintió la diferencia total de wow: la energía de estos chamos que están aquí montados con su banda y con su show. El resto de los participantes sí estaban bastante bien, pero se notaba que Fakboi era algo diferente.
-Israel, como sus compañeros, ¿estudió algo?
–Israel: Música. No llegué a estudiar en una institución como tal, pero sí me lancé mis cursos de producción musical. Estuve por mi cuenta estudiando mucho de beatmaking, de producción y para hacer mis propios temas. De hecho, todo lo que hemos sacado hasta ahora lo he producido yo mismo, menos “Suicidio”, que lo hice junto a un pana que se llama Achiquez. Pero en general, me dediqué a estudiar por mi cuenta el tema de la producción musical.
-Israel y Antonio David trabajan juntos, ¿en dónde?
–Antonio David: Trabajamos en War Music Caracas, es una tienda de música Yamaha que está ubicada en el Centro Comercial Manzanares. Somos profesores de la cátedra de batería.
-Okey. Israel, Antonio y Jose estudiaron música en el mismo lugar, son amigos desde muy chamos. A Luis fue al último que conocieron. ¿Cómo nació tu relación con la música, Luis?
–Luis: Estudié toda mi vida música desde pequeño, estuve en un conservatorio, pero tocaba saxofón. Dejé la música porque me explotaban en esa mierda. Y ya luego, como dos años antes de conocer Israel, fue que empecé a tocar el bajo y tal. Ahí fue que surgió todo lo que fue Fakboi en vivo.
-¿Te «explotaban en esa mierda”?
–Luis: Sí, es que era el único saxofonista. Antes había tres más, pero todos se fueron, menos yo. Y era que si todos los días después de clases; o sea, salía de clases y hasta las seis tenía que estar ahí, pues, tocando y estudiando música. Una mierda. Y los fines de semana cuando había conciertos también: de 12 a 2 tenía que estar ahí.
-¿Y no te pagaban?
–Luis: No, yo les pagaba a ellos porque supongo que estaba “aprendiendo” [hace las comillas con las manos] música.
-¿Y cómo encajaste en Fakboi?
–Luis: Al principio no fue tan fácil, me acuerdo que nos costó montar el primer en vivo.
–Israel: Existieron muchas alineaciones al principio, yo estaba como reuniendo a los Vengadores… Estaba buscando pianista, estaba buscando corista, baterista… Yo no le había dicho un principio a ellos [Antonio y Jose] porque, ¿sabes?, no se me pasó por la mente, fue como que esto es algo nuevo y estaba en otra onda. Pero Luis es el integrante de la banda original que se mantuvo
-Ahora, Israel, tú cantas, compones, tocas el teclado y tocas la guitarra, además me imagino que sabes tocar otros instrumentos. ¿Qué es realmente lo que siempre has querido hacer?
–Israel: Ser frontman, cantar. Lo que pasa es que yo tengo peítos de ego: si es por mí, toco la batería yo, toco el bajo yo…
–Antonio David: Toca toda vaina… De hecho, no tenemos tecladista ni segunda guitarra porque le achacamos el peo y le dijimos: mira, haz tú esa vaina.
–Israel: Siempre he querido sacar lo que está aquí en mi cabeza y hacerlo realidad. Pero es difícil con otras personas, porque cada cabeza es un mundo. Pero creo que ellos son las personas con las que tengo más química y son las personas que más me entienden. A nivel emocional ellos se asemejan más a lo que yo realmente quiero proyectar. Siento que si alguno se sale de la banda, estaría muy difícil seguir.
-¿Cómo varía el proceso de composición lírico? Y también, ¿qué desafíos representa a nivel vocal, porque no es lo mismo cantar que rapear o hacer voces de heavy metal?
–Israel: Claro, lo que pasa es que nos hemos nutrido mucho de música a lo largo de los años. A mí me gusta cantar, pero yo estoy freestyleando. Cuando empecé a escuchar Big Soto, Akapellah, Lil Supa, todo este peo urbano, ahí digamos que nació otra parte de mí y de cierta manera siempre quise fusionar esas dos cosas, porque yo amo la música en todas sus etapas, me gustan todos los géneros y siento que quiero llevar todos los géneros como por un mismo lado.
Componer las letras no se me hace tan difícil. Lo que hago es poner un beat de fondo y dependiendo de lo que me transmita ese instrumental me pongo a freestylear. Ahí van saliendo cositas y voy armando todas las líricas.
-¿Y competiste freestyleando alguna vez, en batalla?
–Israel: No sirvo para competencia. Lo que pasa con las competencias es que tú vas a ir a matarte a coñazo con tu rival, tienes que tener la mentalidad de que vas a insultar. El freestyle que más me gusta es el que no es de competencia; o sea, se presta, yo veo muchas batallas de freestyle, pero me gusta más como que hablar de ciertos temas, ir fluyendo con el momento.
-¿Y Antonio, Jose y Luis tenían esta misma conexión con el rap?
–Luis: Sí he escuchado rap y la música urbana me gusta mucho, pero nunca me he puesto a freestylear.
–Antonio David: A mí me pasa algo interesante con la batería y con el proyecto como tal y es que uno siempre tiene ideas y cosas que uno quiere meter en las canciones, ¿no? Y a veces cuando uno está en otro proyecto o en una orquesta, cuando uno está en una big band, que te dan una partitura y te dicen, mira, tienes que tocar esto tal cual está y no te dejan meter nada tuyo, es un pelo frustrante. Entonces aquí, en la banda yo me he explayado a montar un montón de cosas que están inspiradas en muchos beats, no solamente de trap sino de hip hop, de rap. El nu metal es como una influencia que hemos tenido todos desde carajitos: las bandas como Korn, Limp Bizkit, Papa Roach… todas estas bandas de los 2000… System of a Down, por ejemplo. Y lo que uno obtiene de escuchar esa música y de esas influencias es lo que uno como que adapta y suelta en su propio proyecto.
-Ahora, Israel dijo que él odiaba hasta la cuarentena el trap y el reguetón
–Israel: No exactamente hasta la cuarentena, hasta un poquito antes. Era muy purista con el tema; cuando era chamito, era muy…
–Antonio David: Todos los tirábamos mierda a Bad Bunny…
–Israel: Y hoy en día tengo una frase de Bad Bunny tatuada y todo…
Luis: Era como esa época de uno de más carajito.
–Israel: Es este pensamiento purista come mierda de… “ay, ese bicho usa autotune” o “esas letras de mierda que tiene”. Luego te das cuenta de que la industria va por otro lado y los tiros realmente son por otro lado.
–Luis: Y que todo es válido. Todo puede ser válido. Okey, es verdad, hay reguetón de mierda, pero también hay buen reguetón; puede que haya rap de mierda, pero también hay buen rap. No todo es metal. Y hay metal de mierda… hay metal de mierda, ¡hay mucho metal de mierda!
-Es un cambio radical: de tirar la mierda a Bad Bunny a tatuarse una frase de Bad Bunny. ¿Qué encuentras en él artísticamente valioso?
–Israel: ¿Qué encuentro de Bad Bunny artísticamente valioso? Mira, lo que me pasó a mí con Bad Bunny fue que el primer disco que él sacó, que es “X 100pre”, yo ya le tenía idea porque él hacía trap desde antes, con muchas canciones que eran trap de mierda, todo marginal; pero él sacó este disco y fue… Si te das cuenta, “Suicidio” es un intento de ese disco, porque él intentó como hacer varios géneros en una sola vaina… ese es el peo de Bad Bunny, lo que realmente es muy parecido al de Fakboi.
Que si Bad Bunny sacó un merengue, que si Bad Bunny hizo tal vaina de los trans, que no sé qué vaina… eso a mí me llamó mucho la atención, porque fue como que, mira, este pana quiere llevar toda esta vaina a un solo peo: el urbano. Y lo logró. Por él, hoy en día todo el mundo quiere ser latino. Me parece muy arrecho lo que ese pana ha logrado y me cambió la mentalidad totalmente. A través del trap, este pana se comió la industria y es el referente más arrecho en la música latina. Por lo menos para mí, fue como una cachetada.
Y, bueno, este disco [YHLQMDLG] me lo tatué porque cuando escuché “yo hago lo que me da la gana”… me encanta… o sea, fue una vaina que cómo es posible que esta canción de trap me encante tanto y me haga sentir tantas emociones. Nunca me había pasado con canciones de trap de sentir cosas, ¿sabes? Por lo menos, la última canción del disco es Hablamos mañana y sale una guitarra, más el video que es una referencia a Red Hot Chili Peppers… todas esas vainas me comieron nostálgicamente.
-Tienes una canción que empieza diciendo que “al que no la guste que haga reguetón que no la escuche”
–Israel: Ha sido polémico en cierta parte, porque obviamente nosotros nos vendimos en el Nuevas Bandas como que somos el The Machine venezolano y viene este marico [en referencia a sí mismo] y saca un reguetón, entonces eso ha sido medio polémico para algunas personas. Pero yo ya venía preparado para esto, por eso intenté preparar al público antes. En “Suicidio” ya hay temas de dancehall, hay vainas así reguentoncitos, vainas suaves, como para prepararlos para no lanzarles eso de una vez. Pero más que esa frase que dijiste [“al que no le guste que haga reguetón, que no lo escuche”] es más “yo hago lo que me da la gana”; es más como que, mira, yo quiero hacer reguetón y si no te gusta, no lo escuches, pues. Es básicamente eso. Pero, por lo general, nuestro público se lo ha tomado bien: sabe que nosotros hacemos todo tipo de género, lo aceptan. Las personas que no saben de qué vamos y tienen el mojón mental de que somos nu metal son las que normalmente se quejan.
–Luis: Y lo otro es que la gente que más nos conoce no se tomaron esto mal porque ellos saben que si hacemos reguetón no significa que desde ahora en adelante todo lo que vamos a hacer es reguetón, porque eso no es Fakboi. Ahorita hacemos reguetón, mañana hacemos metal, pasado mañana hacemos grunge y así estamos.
–Antonio David: Creo que la meta es como que ir hilando todos estos géneros poquito a poco y que la gente no pierda el interés, sino que se vaya adaptando a las distintas eras que puede llegar a tener la banda. Para mí el mejor ejemplo de esto son los músicos que tiene Maluma en tarima, esos panas son todos metaleros y esos panas tocan las canciones de Maluma como si fuera un disco de Metallica. Se lo tripean y el público está súper contento.
–Israel: Mira, yo tengo panas que son súper metaleros, que hasta el sol de hoy tienen esa mentalidad de metal, metal, metal, y los he visto cantando cancioncitas de trap de nosotros en los en vivo. De cierta manera, hemos hecho que a ellos les guste este otro polo de la vaina. Creo que esa es nuestra meta: que la gente se nutra de todo lo que hemos escuchado. Además, qué chimbo hacer una banda en 2023 que sea solamente un solo género, cuando ya hoy día todo es un remix de todo; y que todo el mundo escucha todos los géneros habidos y por haber.
–Antonio David: Yo siento que nosotros pudiéramos tener un featuring con Lasso y con Akapellah y serían dos palazos de canciones.
–Luis: ¡Serían palazo de canciones, ¿tú eres marico?!
-¿Es una invitación, Tony, estás invitando a Lasso y Akapellah a colaborar con Fakboi?
–Antonio David: Sí…
–Luis: ¡Lasso, Akapellah, láncense!
–Israel: ¡Qué tengan el honor de colaborar con nosotros!
[Todos ríen]
–Antonio David: Verga, sí, claro que sí: si alguien puede hacer que esa mezcla funcione…
–Los tres al unísono: somos nosotros.
-¿Cuál es el tema con el anime y la banda?
–Israel: Si lo preguntas por las referencias visuales, es porque nos gusta. Somos burda de frikis, todos somos altos virgos: siempre nos han gustado los videojuegos, de hecho todas las visuales son referencias a Street Fighter, a King of Fighters, está la broma de Akira, tenemos un cover de un de un ending de Naruto…
–Antonio David: Por cierto, esas visuales las hizo Jose.
–Jose: Siento que con todo el trabajo que he hecho con Fakboi apelamos mucho a lo de la nostalgia, a lo de recordar cosas que nos gustaban de antes.
-Una de las cosas en las que han crecido más es en el desenvolvimiento en tarima, ¿esto ha sido hablado o ha sido un proceso natural?
–Israel: Salió así. O sea, eso sale naturalmente. Para el Nuevas Bandas, creo que fue el único evento en el que nos preparamos mentalmente para dar un show corporal más teatral. Donde ensayamos hay un espejo gigante, entonces como que nos veíamos y hacíamos ciertos gestos, cosas que queríamos proyectar: si la canción proyecta arrechera, intentamos modular la energía, pero tiene que salir natural, porque si lo quieres forzar no da resultado. A mí me ha nacido natural desde chamito, desde que estudiaba en la academia. Siempre se me ha dado bien el hablar con el público, el transmitir este tipo de cosas, y eso es algo que les he querido contagiar a todos. Siento que ya estamos todos como en el mismo nivel del personaje, ¿sabes?, para eso es la dinámica de los personajes: para actuar, para poner más teatralmente en el en vivo.
–Antonio David: Yo nunca he practicado como que, verga, voy a hacer así con la baqueta cuando estoy tocando; no, eso simplemente salió en un día y se quedó para siempre. Creo que lo más importante es zumbarle a la gente esta energía, tener a los muchachos dando vueltas o brincando alrededor mientras estoy tocando es lo máximo.
–Luis: A veces siento que los músicos como que piensan que su disciplina es solo la parte técnica: “ah, yo como ya toco rapidísimo y suena todo bien y mi sonido es perfecto, ya no tengo que hacer más nada”. No, el 50% del show en vivo es lo que tú logras expresarle al público más allá de la música. Porque la gente no va a pagar una entrada para un concierto de Lasso, por ejemplo, solamente para escuchar lo mismo que está en Spotify.
–Israel: Lo que pasa es que es un espectáculo, es un show, es como si fuese a ver una obra de teatro. Nos pasa que tenemos conocidos que tocan arrechísimo, pero tú los ves y no te transmiten nada, ¿sabes?
–Antonio David: Ojo, el virtuosismo tiene un mérito a arrechísimo.
–Israel: Claro, pero no es lo que hace una banda como tal. Tú puedes ver a alguien virtuoso tocando arrecho, sin que se mueva, y te hace ruido algo. Pero en cambio, si tú te estás moviendo y te pelas un poco de vainas, la gente no se da cuenta porque está muy enfocada en el peo de que, ¡verga, este pana se la está viviendo!, ¿sabes? Nos ha pasado, nos hemos pelado millones de acordes, se han roto muchas baquetas y la gente no se da cuenta. Yo creo que es más importante incluso esa parte que ser un prodigioso. Claro, la parte musical hay que estudiarla a juro, eso es ley; pero sí es importante el nivel del show.
-¿Cómo están produciendo dinero?
–Israel: Algunos toques que tenemos generamos algo, pero nuestra base monetaria como tal son nuestros trabajos.
–Antonio David: Míralo así, realmente estamos viviendo de la música, porque nosotros dos [señala a Israel] trabajamos dando clases de batería, dando clases de música; él [Jose] trabaja haciendo producción y audiovisual. O sea, sí estamos viviendo de la música, pero ahorita actualmente no viviendo como tal de tocar.
–Luis: Yo no, yo estoy estudiando. Estoy gastando en la música, pero a veces me sale un trabajo por Internet.
-¿Y cómo están sus padres con la idea de Fakboi sea el centro de su vida?
–Israel: Mi mamá por lo menos está súper orgullosa, ella siempre va para los toques y nos apoya.
–Antonio David: Yo creo que desde pequeño mis papás siempre han llegado a la conclusión de que la batería era lo mío, de que la batería era lo que yo tenía que hacer fuese donde fuese: en una orquesta, en una big band o aquí con los muchachos. Desde siempre ellos me han apoyado en todas las locuras raras que he querido hacer. De hecho, esto de estudiar Aviación fue idea mía, porque me gustan los aviones. Ellos hicieron un esfuerzo para pagarme esos estudios, que los aprobé, pero, coño, por la situación país no pude despegar, literalmente. Pero siempre la batería ha sido lo principal.
–Jose: En mi familia la música siempre ha estado presente. Mi papá toca guitarra, no es que sea músico pero siempre estaba tocando. Mi tío que está en España, es músico. Mi abuela fue parte de una coral. Y la música siempre está presente en las reuniones familiares, siempre había un momentico para tocar el cuatro y la gente que sabía cantar cantaba.
–Luis: Mi mamá sí me apoyó mucho siempre, pero soy el primer músico así en mi familia. Para algunos integrantes de mi familia fue raro, pero ya puedo demostrarles que no tienen que preocuparse.
-Primera vez que participan en el Nuevas Bandas y ganan. ¿Fueron con la mentalidad de que podían ganar?
–Israel: Claaaaaaaaaro que sí.
–Antonio David: Yo creo que nunca pasó por mi mente la idea de que no íbamos a ganar.
–Israel: Nosotros siempre intentamos atraer lo que queremos… No somos tan chamanes con el tema de las energías, pero sí siento que es importante a nivel mental el hecho de… ¿cómo se llama?… atraer las cosas… manifestar las cosas; entonces, fue como que “vamos a ganar esto, lo vamos a ganar y lo vamos a ganar”.
–Jose: También la recepción que tuvo el proyecto desde el Festival de Música Urbana fue bastante buena. Ya íbamos con una mentalidad de que llevábamos algo que a la gente le está gustando y se va a tripear en escena. Íbamos emocionados.
–Israel: Y es el tema de la confianza; o sea, tú cuando vas a salir a un partido de béisbol, por decirte algo, si vas con miedo, no vas a dar el mismo rendimiento que cuando estás confiado y con la mentalidad de ganador. Más que manifestarlo, íbamos con la actitud que tenemos que tener para dar el mejor show posible.
–Luis: Y convencernos de que somos la mejor propuesta, chamo. Bueno, de eso fue lo que yo me convencí a mí mismo.
–Antonio David: Ojo, a mí me encantaron muchas propuestas que vi tanto en el FMU como en el Nuevas Bandas. Yo quedé loco, hay un nivelazo increíble. Salí de Nuevas Bandas siendo fan de varias bandas que participaron. Después de que se te pasa el shock… a veces yo me levantaba en la noche y decía verga, qué bolas que ganamos.
–Jose: Independientemente de si hubiésemos ganado o no, yo me quedo con el haber tocado en esa tarima, frente a ese público tan enérgico y tan grande.
-¿Cuáles fueron esas bandas que te impactaron, Antonio?
–Antonio David: Me gustó mucho la propuesta de las chicas de Nomasté, ellas ya tienen tiempo pero yo nunca había tenido la oportunidad de verlas en vivo y, ¡wow!, ¡fue un showsazo! El próximo toque de ellas, voy a estar ahí en primera fila. Me gustó mucho Claudia Rojas también. O sea, me gustaron irónicamente las bandas que no eran tan metaleras.
-Ahora, el premio fue compartido. Ustedes ganaron junto a Cunaguaro
–Israel: [con cara de lamento] Sí.
–Antonio David: ¿Quiénes?
[Todos ríen].
–Israel: Es que no sé si es premio compartido o dos premios. Me gusta la idea de dos premios, porque compartir un premio… que realmente no hay premio, más que un premio es un título.
–Luis: El premio es una mierda porque no nos dieron ni las gracias. Bueno, nos dieron una pizza rica, estaba buena.
–Israel: Somos dos ganadores. Eso es algo que por lo menos a mí me hace un poquito de ruido. Nosotros participamos en Nuevas Bandas porque era como un sueño que teníamos de chamitos, cuando escuchábamos La Vida Bohème y Los Mesoneros y toda esta gente que viene de ahí. Fue como que “chamo, tenemos que ganar el Nuevas Bandas”, ¿sabes? Y claro, siempre hubo un ganador, entonces ganamos una edición donde hay dos ganadores y es la segunda vez que pasa. A nosotros por lo menos sí nos hace un poco de ruido.
–Luis: Yo estoy feliz de que dijeran nuestro nombre primero, es lo único que me llevo para mi casa.
[Risas]
–Antonio David: No menospreciamos para nada la participación de Cunaguaro, sentimos que es una súper banda también y yo estoy como que más conforme con la idea de que son dos premios y somos dos ganadores. Yo pienso que nosotros seríamos los ganadores de Distrito Capital y ellos los ganadores del interior. Algo así.
–Luis: Igual siento que como no hay un premio como tal, ni físico ni de ningún tipo más allá del reconocimiento, creo que realmente los que ganan el Nuevas Bandas son los que tocan más tarde, porque al final son los que tienen más público. Me refiero a ganar de algo como más de exposición.
–Israel: Que al final es lo que te da en realidad el Nuevas Bandas, tener la oportunidad de tocar ante tanto público. Nosotros tuvimos el privilegio de tocar de penúltimos cuando ya las otras tarimas habían cerrado. Te lo juro que desde la tarima se veía una ola de gente y tú no veías el final.
-¿Ahora cuál es el siguiente paso?
–Israel: Sacar música y rogar por pegarla. Queremos pegar un tema en la radio, hacer una grabación un pelín más profesional, seguir tocando… esto es un pelín incierto, pero la vaina siempre es ver, mantenernos juntos… Estamos ligando ahorita por pegarla, es la misma vaina siempre. Lo que pasa es que hay un factor ahí, más allá de cómo nos movamos, que es el tema de la suerte. O por lo menos yo lo veo así. ¿Por qué Bad Bunny es Benito Antonio Martínez Ocasio y no soy yo? Hay demasiadas personas en el mundo haciendo música, no todo el mundo puede ser Bad Bunny. Yo conozco gente que lleva 23 años echándole bolas a la música y que son músicos arrechos, pero no han llegado a ese factor de suerte.
-¿Y están mentalmente preparados en caso de que no la peguen?
–Israel: Sí, sí. Si te das cuenta, nosotros no solamente somos músicos, tipo queremos vivir la música, pero no a juro solamente siendo famositos y cantando, sino que por lo menos en mi caso me he dedicado a estudiar producción, vainas de beats… doy clases de música. Hay muchísimas maneras de vivir de la música. Obviamente, nuestro sueño es vivir pegándola.
–Antonio David: Mira, tuve el chance de conversar hace unas semanas con un baterista bastante famoso y bastante consolidado, el baterista de Nacho. Y me dice “Antonio, mira, ahorita, a nivel de músicos, pegarla es tocar con un artista ya consolidado, con un muy buen artista con el que ya tengas toda la exposición que quieras tener y las marcas vengan a ti y tienes patrocinios y tienes todo tu peo”. Realmente lo que nosotros estamos haciendo es que cada uno está poniendo de su parte para lanzar un proyecto como artista, como banda y eso creo que para mí es muchísimo más gratificante y muchísimo mejor que tocar para alguien. Ser nosotros el artista.
–Luis: Exactamente. Sí, más que el dinero creo que es el hecho de poder decir esto es mío y es mío mamawevo, ¿sabes?
–Israel: Pero el dinero es importante, porque mucha gente es como que, nada, [en tono despectivo] “que ustedes se venden”. Y bueno, ¿cómo como entonces, pajúo? El dinero es importante. Al fin y al cabo esto es un negocio y lo estamos haciendo también porque queremos vivir de esto. No se vive solamente de arte.
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