Edio Raven: "Grítale al mundo que eres 100% otaku"
Después de mucho recorrido, Edio Raven aprendió dos cosas: que se queda con las películas de romance, y que es otaku de punta a punta. Así nace su más reciente filme, un amor que parece salido del anime
Uno siempre vuelve a donde fue feliz, y en el caso del director Edio Raven, ese lugar es el anime. Tras su exitoso cortometraje “Mi primer amor”, ganador del premio FACIUNI de Directv, el realizador decidió crear una segunda historia romántica, esta vez mezclando sus dos pasiones: el cine y la cultura japonesa.“Sí, soy otaku”, admite alegremente cuando le pregunto sobre la elección del tema para su película “Mi novia otaku”.
-Me encanta el anime y todo lo relacionado. Y siento que eso ayudó a que fuese genuina. Ha resonado con muchas personas a quienes les encanta el anime, y les encantó la película porque sintieron esas referencias que les llevé.
Desde primaria, Edio Raven sentía una fijación por ese aspecto de la cultura japonesa. Tiene sentido que se apasionara, más adelante, por crear historias similares a las que se aprecian en los animes y mangas. Estudió Comunicación Social en la Universidad Católica Andrés Bello, y gracias a la beca que le dieron en el festival FACIUNI, también hizo un verano en la Escuela de Artes Cinematográficas de la Universidad del Sur de California, en Hollywood, Estados Unidos.
Hace más de un mes que se estrenó su película “Mi novia otaku” -protagonizada por Karla Vieira y Miguelángel Hidalgo- en Amazon Prime y desde entonces el director se ha paseado por eventos de anime y de cine para promocionar el filme. Entre estos espacios, estará en la tarima principal de la Comic Con el 19 de noviembre, donde le pedirá a la gente gritar que son otakus, sin pena ni tapujos, fuerte y claro.
-El protagonista sufre mucho por ese rasgo de ser otaku, ¿no? ¿Has tenido una experiencia como él, que te han acosado por ser otaku?
-Sí, o sea… El tema que trato en la película es la importancia de aceptar a los demás incondicionalmente por como son, por quienes son, por lo que les gusta.
Muestro esa especie de rechazo social que hay y que, sobre todo, está muy presente en países latinoamericanos. En el colegio, cuando era más pequeño me echaban broma porque me gustaba Naruto. Dicen que los niños suelen ser los más sinceros y crueles, entonces me señalaban, y creo que de ahí viene ese miedo a expresar que me gusta mucho el anime y es algo que quise trabajar en la película.
Hay una frase brutal de John Truby, el que escribió “Shrek” y “Scream”: “Escribe algo que te pueda cambiar la vida”, porque al final, la película sea exitosa o no, o logres convertir el guion en una película o no, cambiaste tu vida porque escribiste al respecto. Eso es fundamental, escribir sobre algo que de verdad vaya a impactarte… Y poder gritar como la protagonista «¡soy otaku! ¡soy otaku!».
-¿Truby es un referente de escritor para ti?
-He leído su libro “La anatomía de la historia”, importante para el que quiera estudiar guion. Está en inglés, lamentablemente, no he conseguido una traducción. Pero es un libro que es mi referencia y la estructura que sigo para escribir. Yo creo que eso es muy importante si quieres empezar a escribir un cortometraje. Saber de historia sirve en todo, no sólo en las películas, también en videoclips, en música, etcétera. No te lances a escribir algo sin saber de estructura, léete por lo menos “El manual del guionista” de Syd Field, que sí está en todos los idiomas. Eso va a ayudar muchísimo, pero si puedes encontrar el libro de John Truby es brutal… (se queda pensando y señala el teléfono) ¿Esto sigue grabando?
-Sí, pero se oscurece la pantalla. Además de Truby, ¿quién es tu director referente, tu inspiración?
-A mí me ha influido muchísimo, en cuanto a las historias y a cómo se ven las cosas, un director que se llama Makoto Shinkai, que hace películas de anime. Una de esas películas es “Your Name”, que se llama “Kimi no Nagua” en japonés…
-Hermosa película
-Bella… De ahí he agarrado mucho. Y otro director también -que es venezolano pero ya se fue del país- se llama Nuno Gomes. Es un director de videoclips que me dio la oportunidad de ir de pasante al video de “Sirena” de Cali y el Dandee, un espectacular video con José Ramón Barreto y Joseph Vidal. Vi cómo Nuno grababa y su bella cinematografía, y de ahí también viene mucha influencia de cómo hago los planos: mucho dolly, mucho color, mucho contraluz… Esas son mis dos referencias: Nuno y Shinkai.
-Esa tuvo que haber sido una gran oportunidad, ¿crees que eso te llevó al premio que ganaste en 2019?
-Definitivamente. Para quedar en esa pasantía tuve que ir a un evento que hizo Nuno en la UCAB sobre producción audiovisual. Es esencial ir a todo lo que haya informativo, porque conoces gente que te puede abrir la puerta a hacer otras cosas. Yo llegué sin pena, dije “mira, Nuno, ¿será que puedo hacer algo en tu compañía?”. Y él me dijo, “este es mi correo, mándame algo” Y con mi colega y amigo Juan Diego Unzueta, realizador de Caracas y de la UCAB, grabamos una especie de micro con nuestros proyectos, pero mostrados de una manera creativa. Se lo pasé a Nuno al correo, lo vio y me dijo “Me encantó, vente. Te doy tres días para que estés de pasante en este rodaje”. Y de ahí aprendí mucho, yo estoy seguro de que eso influyó en la cinematografía del cortometraje que hice, que se llama “Mi primer amor”, que ganó el premio del festival FACIUNI de Directv.
-¿Y cómo fue ese cambio? ¿Cómo fue el proceso de pasar de “Mi primer amor” a “Mi novia otaku”?
-Fue largo… Terminé de grabar “Mi primer amor” a finales de 2018 y “Mi novia otaku” la grabé en 2022 y terminamos en el 2023. Estamos hablando de casi 5 años. Pienso que es bueno hacer muchas cosas para probar qué géneros van contigo, qué tipo de historias van contigo y encontrar tu voz. Así haces historias más originales. Por ejemplo, yo pensaba “Tengo que hacer algo que a los festivales les va a gustar” y así hice un corto que no iba con mi estilo y no lo disfruté. Me di cuenta de que uno como artista debe ser muy personal a la hora de contar sus historias. En ese período noté que mi camino era por el romance, y pude escribir la película. Hay que darse la oportunidad de probar cosas con los cortometrajes, porque son proyectos de bajo riesgo, pocos días de rodaje y vas practicando. Al final, puedes hacer tu película con años de experiencia.
-Hay una similitud entre “Mi novia otaku” y “Mi primer amor”, en la escena final, que es en Topotepuy, cuando muestras el beso. ¿Fue algo fortuito o significaba algo para ti hacer la escena de “Mi primer amor” y luego 5 años después la de “Mi novia otaku” en el mismo lugar?.
-Primero, fue porque me encanta esa locación, me parecía brutal. Quiero buscar más locaciones así de bonitas y estéticas aquí en Caracas. Pero también buscaba hacer referencia a ese corto con la escena final: el mismo plano con el que cerré el corto para cerrar esta película. Decir, “bueno, aquí soy yo otra vez buscando volver a mi estilo, volver a mi raíz, la que me funcionó y la que me gusta”.
-Y también es un guiño, ¿no? Porque en una no quedan juntos los protagonistas y en la otra sí terminan felices.
-Sí, es como… cambiar la historia, pero hay muchas similitudes.
-Y las dos son historias románticas. ¿Tienes algún otro proyecto de romance?
-Sí, como te dije, aprendí que me quiero quedar en ese género. Muy a lo Guillermo del Toro que no se sale del terror, y Makoto Shinkai que no se sale del romance. Yo creo que uno tiene una voz. Se puede experimentar con cosas nuevas, ¿por qué no? Pero antes se construye una voz clara, un estilo muy claro, y después ir probando. Estoy ya anotando muchísimas ideas para una segunda peli. Ahora, es importante darle tiempo a este proyecto. Ya sabes, para que madure, para que se distribuya, para que la gente lo conozca. Y probar cómo, desde los negocios, se distribuye puramente online, por internet.
-Hablando de eso, la película está en Amazon Prime, ¿cómo llegó a esa plataforma?
-Buscamos un intermediario de Estados Unidos. Plataformas como Amazon Prime Video suelen tener el problema de que si no tienes un buen contrato, no te pagan bien. Te pagan por minuto reproducido. No te pagan, por ejemplo, por renta y compra. Amazon agarra una parte y te dan a ti el resto. Se necesita un intermediario que ya tenga acuerdos de distribución con ellos para que el trato sea mejor. Mi socio, Anderson Acosta, que es muy bueno en marketing digital, buscó a este intermediario y ellos fueron los que nos pusieron en Amazon. Sin embargo, para ayudar a que eso funcione, consideran cómo se ve la película, la fotografía, el look, porque eso hace que el proyecto sea más atractivo y que las plataformas lo quieran y te acepten.
-Volviendo al tema de la cultura japonesa, en su entrevista aquí en UB, Karla Vieira dijo que antes no conocía mucho de ese mundo ¿Cómo fue trabajar con estas personas que al principio no sabían nada del anime? ¿Crees que tú les infundiste tu pasión por la cultura?
-Creo que todo actor tiene la responsabilidad de hacer su proyecto de investigación. Karla Vieira y Miguelángel Hidalgo lo hicieron. Sin duda, a veces tenía que explicarles cosas del guion, explicarles las experiencias que tenían los personajes porque al que no le gusta el anime, no sabe lo que es que te chalequeen por eso. Entonces, es cuestión de relacionarlo con algo que les haya pasado a ellos. Mostrarles la universalidad de todo. Y ahí ellos pueden conectar. Pero sí, requiere obviamente esfuerzo del actor, que haga su investigación. Aunque yo creo que el director debe siempre ponerse a la orden para lo que necesiten los actores, y así fue.
-¿Y les recomendaste algún anime? Si tú nos pudieras decir tres animes que son impelables, ¿cuáles serían?
-Impelables, y voy a agregar, que inspiraron la película. En primer lugar, uno que se llama “Your Lie in April”.
-Esa historia es triste…
-Coño, sí, pero me encanta. De ahí saqué muchas referencias. Otra que se llama “My Dress Up Darling”, que es de un protagonista que hace muñecas y le da vergüenza el tema. Y llega una chica que le encanta eso, que le encanta el cosplay y logran hacer una sinergia. Hay otra, que a mí secretamente me gusta mucho, que se llama “Rent a Girlfriend”, y de ahí también hay mucho en “Mi novia otaku”. El que la conoce lo entenderá.
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