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Agarra ahí pibe: tango made in Taiwán

No es un fenómeno reciente, pero ahora comienza a ser cada vez más popular y terminó por ser "descubierto" por los occidentales: Taiwán tiene su propia versión del tango

texto: Francisco Luis Pérez/EFE FOTOS: RITCHIE B. TONGO/EFE
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Con fuerte influencia japonesa, letras en taiwanés o mandarín, y más lento y sencillo que el original, el tango taiwanés se ha convertido en un fenómeno popular en la isla, donde suma varios miles de adeptos, a pesar de ser un desconocido fuera de sus fronteras.

No así en los jardines o los salones de baile de la isla, donde al anochecer se escuchan tangos en taiwanés y con sabor propio, bailados por grupos de parejas.

«Es impresionante que Taiwán haya desarrollado su propio tango», cuenta a Efe el profesor de tango argentino Fernando Waisberg, afincado en la isla. «Es una cuestión bastante mágica, o mística».

Según Lili Chang, una de las gerentes del salón de baile Amanda, con seis sedes en la isla, en Taiwán hay «millones» de isleños que danzan el tango taiwanés, también en universidades comunitarias y centros para mayores.

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¿Qué tiene de especial este tango y cómo ha llegado y se ha aclimatado y expandido hasta los jardines, calles y hogares isleños, convirtiéndose, junto con otros ritmos latinos, en un ritual diario para muchos?

«No lo sabemos. Lo escuchamos, lo bailamos, pero no tenemos una idea concreta de cómo ha llegado a nosotros», señala una clienta de Amanda apellidada Li.

Los músicos y profesores de danza taiwaneses y latinoamericanos tampoco aportan una respuesta definitiva: «Hay dos versiones: una que viene con los japoneses durante la ocupación acá (1895-1945) y otra, de EE. UU. durante la Guerra de Vietnam, y se mezcla con los bailes de salón y crea el tango taiwanés», apunta Isabella Huang, profesora local de tango.

El músico y compositor paraguayo Roberto Zayas, que tocó con la leyenda del tango Astor Piazzola en Japón, asegura a Efe que «hasta el momento sólo se ha hecho un análisis bien somero» sobre el origen de este tango, un gran desconocido fuera de la isla y entre muchos jóvenes taiwaneses.

«El tango, como música tradicional compuesta en Taiwán, con letras en taiwanés y mandarín, nace en la época de colonia nipona, con influencia musical japonesa, lo que no excluye otros orígenes, sobre todo en el baile», indica Zayas.

El ritmo del tango encantó a los taiwaneses, que «lo aplicaron a ciertos temas con melodía pentatónica», con influencia japonesa pero sabor propio, porque lo «podían bailar en grupo y con pareja», agrega el músico paraguayo.

Musicalmente, el tango isleño «no es el europeo, ni mucho menos el argentino», pero más cercano al primero, y muestra gran influencia no sólo de la música tradicional taiwanesa, sino también de la habanera de Bizet «Carmen» y del tango «Jelousy», puntualiza Zayas.

«Durante los cincuenta, la música taiwanesa empezó a utilizar el saxofón, porque en los grupos había un saxofonista y tenía que tocar. Todos los tangos tienen esa particularidad -que en el tango argentino no existe ni en el tango continental- que es el saxofón y las castañuelas que le ponen siempre», apunta el compositor.

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Por su parte, el profesor de tango Waisberg expone que el tango taiwanés no tiene tantos cambios de ritmo como el argentino y es mucho más sencillo de bailar.

Muchos de los tangos taiwaneses que ahora se bailan en parques y salas de la isla son herederos de los del padre de la música popular taiwanesa, Teng Yu-hsien (1906-1941), quien comenzó a componer esos temas hasta que, a finales de los años 30, Japón prohibió el canto en taiwanés, que continuó pero de manera clandestina.

De hecho, Japón (cuya presencia en la isla duró 50 años, entre 1895 y 1945) influyó de forma notable en la música popular tradicional taiwanesa ya que la mayoría de los músicos isleños, hasta 1950, estudiaron en Japón.

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