Melomanía

Cusica Fest: "¡Qué buen regreso a casa, carajo!"

La primera edición del Cusica Fest logró tocar la fibra emotiva de muchos: del público y de las propias bandas que tenían años sin tocar en Venezuela. Así fue la segunda y última jornada del festival del que ya se espera su edición 2020

Betania Ibarra @bibarris
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El primer día del Cusica Fest marcó un precedente tanto en la organización como por el cartel que se presentó ese sábado. Los artistas dejaron la vara alta a sus sucesores en la tarima y a estos les tocó llevarlo a otro nivel por ser los que cerraban el festival.

A diferencia del 14 de diciembre, el segundo día contó con el doble de asistencia. Ya a las 10:30 de la mañana había una gran cola de gente entre en la entrada para el Cusica Fest y el punto de recepción. Iba transcurriendo el tiempo, el clima de ese día daba la pinta de que pudiera volver a llover, la tierra mojada del lugar lo apuntaba.

Al pasar el segundo checkpoint de seguridad un cartel visible decía: “Es en serio, estamos en Caracas”. Le daba a entender a los espectadores que el festival al que asistían era un hecho palpable y no era algo lejano como Coachella, Lollapalooza o Glastonbury.

Al culminar la prueba de sonido de Los Amigos Invisibles, a las 11:17 quitaron la barrera y las personas comenzaron a distribuirse en el terreno de acuerdo a su conveniencia.

Dándole color al domingo

Aunque el sol no estaba tan picante como el primer día, el calor continuaba haciéndoles guiños a las personas que se encontraban en el lugar. A las 12:14 se montó la banda caraqueña Meera para abrir el segundo día de festival. Aunque su material no se encuentre disponible en el mundo 2.0, en el escenario mostraron parte de su propuesta urbana y tropical.

Luego llegó El Otro Polo, quien recientemente estrenó su segundo álbum “Mar Adentro”. La voz de Carlos Poletto ya había captado la atención del público que iba coreando “Traviesa”, “Bésame”, “El Sur” y “Bajo el sol”.

Polo tuvo dos invitados: Alberto Arcas –vocalista de Okills- para interpretar “Claridad” y Liana Malva, para hacer juntos “Castigo”.

El intermedio musical pasó en un abrir y cerrar de ojos para darle paso a la banda más sonada en este 2019: Anakena. El grupo empezó su presentación con su más reciente sencillo: Cinco.

Con ellos -y sus camisas hawaianas- llegó también una leve lluvia, pero eso no impidió que el show continuara. El rostro multifacético de Mikel Maury transmitía la sabrosura del Caribe.

Nuevamente Malva apareció para cantar “Montaña Rusa” con Anakena. Maury decidió sentarse sobre una de las cornetas y allí le cayeron los fotógrafos para captar sus muecas mientras iba soltando su voz melódica. Tocaron “Sanguchito”, “Pantera”, “Sofía” y “Saudade” con Mr. Bosch. Y por supuesto en todo esto no podía faltar el bailecito que se lanza la banda durante su repertorio.

El regreso de dos generaciones

Luego de pasar seis años sin tocar en Venezuela, regresó Malanga con todos sus integrantes. El vocalista, Arístides Barbella le dijo a público que a la banda le hacía muchísima falta la fanaticada venezolana más que a ellos mismos (los espectadores).

Era alrededor de las 3:30 cuando todo el terreno de la interconexión de El Hatillo estaba repleto. Allí los músicos le dieron rienda suelta a “Mil copas”, “Vueltas”, “Maria Luisa” y en el momento que tocaron “Si tú no estás” le hicieron un tributo a los artistas que ya no se encontraban en este plano como Carlos Cruz Diez, Gustavo Aranguren, María Rivas, Simón Díaz, Iván Loscher, Diego Rísquez, Canserbero, Humberto Orsini, Juan Vicente Torrealba y Cayayo Troconis, el guitarrista de Sentimiento Muerto y Dermis Tatú.

Malanga continuó interactuando con el público mientras tocaban “Mai Lof”, “No Tienes Corazón”, “Bigotón”, “El latin lover”, entre otras piezas.

Durante su presentación Barbella le dijo a los espectadores que la banda había hecho un ensayo previo antes de subirse a la tarima. Esto alegró al público porque a pesar de eso, se notaba la soltura entre sus integrantes al momento de tocar.

Cuando una banda culminaba su presentación había un intermedio musical que duraba aproximadamente 15 minutos. En ese corto periodo la gente aprovechaba para echarse protector solar, ir a refrescarse con cocadas y cerveza o encontrar un foodtruck con menos cola para matar el hambre.

Que te hunda o que te eleve

Luego de tres años y dos hijos, se montó una de las bandas más esperadas por el público: Viniloversus. Iniciaron de manera estruendosa con “Yunque”, el rock sacudió a los espectadores que coreaban y gritaban por Rodrigo Gonsalves, Juan Víctor Belisario, Orlando Martínez y  Kmarón al guitarrista de Okills que suplantó a Alberto Duhau que no pudo asistir al evento.

El negro fue el color que decidió utilizar la banda tanto para la imágenes que aparecían en la pantalla que los acompañaba como en su vestimenta. “¡Qué buen regreso a casa, carajo!”, gritó Gonsalves.

“Implosión”, “Las historias”, “Carpie Diem”, “Directo al grano”, “Llámame”, “Broken Cities”, “JBTC” formaba parte del arsenal que trajo el conjunto rockero desde Estados Unidos y México.

Rodrigo agradeció a los organizadores del Cusica Fest por haberlos llamado para formar parte del cartel. “Estamos honrados de estar acá”. Y prometió que para la próxima edición estaría de vuelta con Arawato, la banda que comparte con Luis Jiménez y Carlos Imperatori. Luego de soltar esa perlita se subió el vocalista de la Vida Bohéme, Henry D’Arthenay para tocar la guitarra de Rodrigo, mientras él estaba entregado al público cantando.

Viniloversus cerró con una de sus canciones más emblemáticas de sus inicios: “Dos secretos”.

Al igual que Malanga y Viniloversus, Los Mesoneros también tenían años sin tocar en Venezuela, tres años para ser precisos. Ya la noche había tomado espacio en el cielo y las luces del escenario comenzaron a jugar con los espectadores.

El espectáculo arrancó con el “Buenas noches, Caracas” de Luis Jiménez, mientras lo acompañaba un video conceptual del nuevo álbum de Los Mesoneros: Pangea. “Prefiero no saber” fue la primera del reportorio y la encargada de encender los ánimos.

El trío aprovechó de presentar el disco y desempolvar varias canciones como “Indeleble”. Antes de tocar “Caiga la noche”, Jiménez dijo que esa pieza está dedicada a Caracas: “Tuvimos que esperar tres años para tocarla acá”.

“Exprópiese”, “El Paraíso”, “Pangea”, “Te lo advertí”, “Dime como tú quieras”, “Solo”, estuvieron presentes en las 20 canciones que tocaron.

Nuevamente el vocalista de Los Mesoneros reiteró la promesa que hizo Rodrigo Gonsalves previamente: Arawato vendrá en el 2020 a Venezuela.

Ponerte a ti

Por ser el último día del Cusica Fest, el festival no se podía acabar tan temprano: A las 8:45 de la noche se subieron Los Amigos Invisibles, quienes se encargaron de cerrar el evento.

Los otros géneros que estuvieron presentes en el escenario quedaron atrás cuando el funk se montó en la tarima, el terreno continuó repleto y todos estaban parados con sus celulares en mano mientras movían sus brazos de un lado a otro mientras Julio Briceño los iba hipnotizando con su peculiar voz.

La propuesta visual y auditiva hizo que a todos se les olvidara el dolor en los pies: había que mover el esqueleto.

Los Amigos Invisibles estrenaron la canción “Something”, cuya fecha oficial de lanzamiento es el próximo 14 de febrero de 2020. El vocalista de la agrupación dijo que hacer esto fue como revivir sus inicios como banda cuando tocaban frecuentemente en Caracas.

“Cero autotune”, dijo Chulius mientras seguía prendida la fiesta en la interconexión de El Hatillo.

“Sueño erótico”, “Sexy”, “Sabrina”, “Playa Azul”, “Espérame”, “No es fácil amar”, “Disco anal”, “Dame el mambo”, “En cuatro”, “Ultrafunk”, “La que me gusta”, “Tócamela”, “Óyeme nena”, “La vecina”… 120 minutos de gozadera.

Al culminar la presentación de los ganadores del Latin Grammy, todos los artistas se subieron para celebrar la gran proeza: hacer un festival en la acontecida Venezuela que logró juntar a tres generaciones de música en paz.

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