Opinión

¿Es "Spider-Man: Across the Spider-Verse" la mejor película del año?

Es enorme en todos los sentidos posibles: en avance técnico, evolución de su argumento, puesta en escena y exploración de la realidad. Esta variante de Spider-Man es la demostración de que el cine todavía puede sorprender

Spider-man
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En una de las escenas iniciales es evidente que Miles Morales (Shameik Moore), creció. Ya no es el héroe adolescente, torpe e inseguro de la película de la cual procede “Spider-Man: Across the Spider-Verse”, sino un joven en formación y en busca de un propósito. Un año es mucho tiempo para un adolescente, mucho más para uno con superpoderes.

Y la cinta lo deja claro de inmediato. Este Miles, que rescató a la ciudad, que vio morir a su tío, que trata de encontrar un objetivo, tiene metas más ambiciosas y la necesidad de comprender el misterio de su existencia. ¿Por qué es un héroe, precisamente él, entre todas las personas del mundo? 

De modo que puede vérsele mientras se columpia de un lado a otro en Nueva York con una habilidad que deja claro que su crecimiento no es solo mental. Todo el que lleva el traje rojo y negro está destinado a un objetivo, a una manera de hacer el bien. Algo que Miles exploró en la breve visita de sus pares multiversales y que ahora gravita como una idea que no puede abandonar del todo.

¿Quién es Brooklyn Spider-Man, apartado de la muerte de Peter Parker y convertido en un paladín por derecho propio? ¿Quién es esta nueva encarnación de un tipo de bondad que toma sentido y fuerza a medida que se hace más consciente de sus límites? El traje siempre calza, dijo Stan Lee en su inevitable cameo en la anterior película. Ahora la máscara está en su lugar, pero la incertidumbre corroe al superhéroe.

Y es entonces cuando descubre que su mera existencia fue un error. Eso, al mismo tiempo que el multiverso — esa puerta entreabierta que apenas vislumbró en la cinta inicial — es real y es un territorio extraordinario, inabarcable y que contiene todas las posibilidades de su vida, cada posibilidad irrealizable y no cumplida, cada idea enlazada con su objetivo vital.

Es allí cuando comenzará la verdadera aventura. Una destinada a cambiar por completo lo esencial de la historia de Spider-Man en el cine, pero mucho más, la forma de concebir lo épico en el género de superhéroes. Nada será igual para nadie — para Miles, sus padres, el mundo o incluso, todas las versiones del Hombre Araña que le forman y le completan — a partir de esta película. 

Tres veces cien unapremisa

Lo más sorprendente de “Spider-Man: Across the Spider-Verse” es que toma una decisión en sus primeros minutos. Este no es un camino de reconocimiento de Miles, es un encuentro con la infinita idea de cada decisión vital que ser un héroe conlleva consigo. Eso, vinculado a la casa de refracción de los universos múltiples. Por cada decisión o camino distinto que Miles tomó, una versión suya creó una alternativa y una historia paralela.

Claro, se trata del concepto central del Multiverso de Marvel. Pero está construido en un riesgo visual que abarca todas las cosas, todos los tiempos, todos los países y cada tragedia del héroe. Los directores Joaquim Dos Santos, Kemp Powers y Justin K. Thompson llevan las multiples encarnaciones del héroe a la pantalla a la vez y en una aparición colosal que es uno de los elementos que separa a la cinta de cualquier otra animada estrenada hasta ahora. 

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No solo se trata de los casi 240 personajes con su breve instante de protagonismo en este ecosistema arácnido de rápida expansión. Es el hecho de que la animación está relacionada directamente con cada historia, por lo que con un fractal visual que por momentos se hace abrumador, la cinta muestra los recovecos del más allá de la realidad. Todas las veces en las que una araña radiactiva — o cualquier otra criatura — mordió a un joven desprevenido, que admitió su lugar en medio de las desgracias del mundo y afrontó dolores en el proceso. Cada ocasión, en que todo lo relacionado con el bien y el mal se reconfiguró para enlazar un único relato. Hay un Spider-Man en cada país, por todos los géneros, en cada matiz de la gran narración central de cada cosa que ocurre en los límites de lo conocido. 

Solo que Miles, mordido por un arácnido que no pertenecía a su mundo, que no fue creado para él y que venció a Kingpin en una batalla por el tejido de la realidad, rompió una regla.

Es el único héroe de capucha y telas de araña que jamás debió haber existido alguna vez. Lo que empuja a Miguel O’ Hara (Oscar Isaac) a tratar de restablecer el equilibrio del mundo de la llamada Spider Society, el grupo de versiones Spider-Man del multiverso, encargados de mantener el equilibrio. Esto es: matar — borrar de la existencia — al jovencísimo héroe.

Más potente, menosefectiva

Para su segunda mitad, “Spider-Man: Across the Spider-Verse” demostró que su mera llegada a la pantalla grande, marca un hito. Es la película de animación más ambiciosa de occidente y la mejor del año. Si la anterior probó con timidez cambios visuales y de narrativa en favor de la emoción, en esta ocasión la aventura lo es todo y eso se refleja en su capacidad para asombrar. Los cientos de fragmentos de historias están conectados con una animación, un ritmo e incluso, partituras distintas, lo que hace que una vez revelado el problema que Miles es, el largometraje se dedique a deslumbrar.

El paso es tan rápido — tan contundente y formalmente pulcro — como para arrasar por completo todo lo visto hasta ahora en premisas semejantes. Spider-Man lo es todo a la vez. Es desde la clásica Jessica Drew hasta todo tipo de versiones internacionales, futuras, pasadas, hombres, mujeres, niños, incluso especies animales. El héroe se expande, abarca cada historia Marvel, la aglutina, la sostiene, la empuja hacia lugares desconocidos. 

Y con eso, pierde un poco su sentido del relato general.

Es difícil entender el viaje de universo en universo de Miles, su aceptación de su identidad a través de la multiplicidad y por último, la confusión total que abre el giro para una tercera historia. Para su escena final — con dos horas y poco más, no hay poscréditos que añadir — Miles se encuentra más lejos de casa que nunca. Y Spider-Man perdió un poco de su humilde talla de vecino amistoso y bienhechor. Una vida por lo mágico, de un recorrido visual irrepetible, quizás. Una de las pocas cosas que se lamenta de un espectáculo visual que dificilmente podrá superarse en el mediano plazo. 

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