Alcabalas: ¿cómo te salvas?
“Los pacos”, “Las brujas”, “Los tombos”, “Los sapos”. Te vas a topar con ellos de alguna manera u otra, así que es mejor estar preparado
“Los pacos”, “Las brujas”, “Los tombos”, “Los sapos”. Te vas a topar con ellos de alguna manera u otra, así que es mejor estar preparado
Hay técnicas de disuasión y detalles que deberías saber para evitar ser “mataraqueado”, cosa que no te podemos asegurar que suceda, pero el conocimiento siempre ayuda, aunque no sirva para nada.
Cada quien tiene su estrategia, mala o buena, cuando ve una alcabala. Ya los policías de tu urbanización no son amigables. No hay unos mejores que otros, solo están ahí. Cuando vas a rumbear, cuando sales a comprar un refresco o vas a visitar a tu novia/o, cuando “bajas” a la playa o cuando sea, el terror de todos es encontrarse de frente con esa cola que aparece como un espejismo, después ves los conos y esas presencias uniformadas que están detectando cualquier cara de huevón.
Un amigo desarrolló la famosa técnica de hurgarse la nariz frente a los policías, que luego se puso relativamente de moda entre millennials venezolanos. Para ello requieres, antes que nada, la valentía de hacerlo y le apuestas a que el uniformado de turno le tenga asco a los mocos. Es una lotería.
Puedes también fingir que no hay tal policía, ver para el frente y seguir. Pero esto no es tan recomendable porque puede terminar en una persecución con la cual tendrían más razones para “matraquearte”.
Jugártela de educado es confuso; pueden tomarte por débil, pero es muy probable que con tu bajada de vidrio y un amable “buenas tardes”, te puedas salvar del “oríllese a la derecha, ciudadano”.
No hay técnica infalible y con la cantidad de alcabalas que debemos sortear los venezolanos la matemática de las probabilidades no juega a nuestro favor. Por eso lo que realmente hay que saber es qué tanto pueden hacer los uniformados basados en las razones principales que usan para pedir para el refresco. Como te queremos informado, aquí van:
Documentos
Que te falte algún papel, siendo este solo uno, como la licencia o el certificado médico, no es una razón válida para la retención del vehículo. Esto amerita una sanción de 10 unidades tributarias (500 bolívares).
“Comerse” la luz
No te creas el sermón del oficial porque él es el primero que no respeta los semáforos. Por esto te deben multar igualmente por 10 unidades tributarias.
Los niños no van adelante
Ahí sí perdiste el control y hasta puedes merecerte el “matraqueo”, por bobo. Los menores de 10 años no pueden ir en el asiento de copiloto por razones de seguridad. Esto se sanciona con una multa de 5 unidades tributarias. Más barato que no tener certificado médico.
Asegúrate por ti y por tu bolsillo
Debes usar el cinturón de seguridad, aunque su falta no requiere, como inventaron los policías de La Guaira, que te quiten el carro, visites la iglesia de Maiquetía y te des tres vueltas por el estadio. El “castigo” legal es una multa de 10 unidades tributarias.
Escuchando el voice del “culito”
Sí, debes evitar el uso del celular mientras manejas. Pero entendemos que a veces tienes urgencias, como ver la última foto que mandaron a tu grupo de WhatsApp. Si te pillan usando el celular (a menos de que sea con manos libres), tendrás que enfrentar una multa de 10 unidades tributarias.
Te agarraron “prendidito”
“No bueno, oficial, yo me tomé dos vinos en casa de un amigo”, es probablemente lo que has dicho a un “paco” a las 3 de la mañana con tu aliento a Cocuy. Tu ventaja es que en el país no hay presupuesto para los alcoholímetros (hay unos pocos en algunas comisarías). Si te procesan por conducir ebrio y te levantan un acta, también tendrías que pagar una multa de 10 unidades tributarias, que parece ser el precio para muchas cosas.
“Yo pensaba que eso era un puesto”
No, no te puedes estacionar en pleno paso peatonal en la avenida Francisco de Miranda. Pero si lo haces, en vez de comprarle pastichos a 6 agentes, según la ley tienes que asumir una multa de 5 unidades tributarias.
Rastautopista
Ajá, te agarraron en tu giro de siempre, en la autopista o por los caminos verdes. No importa, al final te pararon y encontraron tu porrito, o dos, o siete.
La ley orgánica de drogas de Venezuela establece unas cantidades que serán tomadas en cuenta como uso personal “…se apreciará la detentación de una cantidad de hasta dos gramos para los casos de posesión de cocaína y sus derivados, compuestos o mezclas; hasta veinte gramos para los casos de marihuana, o hasta cinco gramos de marihuana genéticamente modificada y hasta un gramo de derivados de amapola, que se encuentre bajo su poder o control para disponer de ella”, dice el artículo 153 de esta ley.
Sin embargo, hay un proceso cuando te la encuentran que empieza por declararte consumidor. Tú asumes que la droga es tuya y te procesan, pero en teoría no deberían llevarte detenido sino que un juez evalúa las cantidades y tus exámenes (que saldrán positivos y eso no te perjudica).
Esa presentación con el juez no constituye un juicio y lo que a continuación se aplica no es una condena, se llama “medidas de seguridad social”. Dependiendo de tu caso el juez tomará una de tres decisiones o medidas: re inserción social, seguimiento o servicio comunitario.
Todo lo anterior es la teoría, pero como establecen varios abogados consultados para hacer esta nota, en Venezuela no hay estado de derecho. En tu idioma, te van a joder si ellos quieren.
La mejor decisión que puedes tomar es “entrarle por debajito” al oficial. Darle esa cuota de poder que él cree merecer, mostrar respeto y escuchar su sermón de palabras inventadas para sonar inteligente. Si incurriste en una falta, “cuadrar” sería lo más rápido, igual ahí te dejamos las leyes, al menos para que las conozcas.