Los protagonistas también mueren
No hay personajes imprescindibles en las series, todo cambió y los cementerios se llenan de protagonistas que parecían inmortales
No hay personajes imprescindibles en las series, todo cambió y los cementerios se llenan de protagonistas que parecían inmortales
La ficción de J.J. Abrams explota la figura del panóptico como dispositivo de vigilancia masivo creado para prevenir un nuevo 11 de septiembre. El panóptico, en la serie llamado La Máquina, no logra salvar a una de las protagonistas de la serie, la detective Josh Carter (Taraji P. Henson), policía honesta, aliada de John Reese, el antihéroe que se mueve en las sombras y se alimenta de la información de La Máquina para prevenir delitos.
La secuencia del asesinato de Carter en The Crossing (capítulo nueve de la tercera temporada) fue dirigida por Frederick E.O. Toye, quien goza de títulos respetables en su ficha como Fringe y The Good Wife y es responsable de dos episodios de la secuela The Good Fight.
El décimo capítulo hace pausa a la narrativa justiciera de la trama para darle paso a la venganza sistemática del protagonista, John Reese, violentísimo y malherido, con Johnny Cash de fondo. El capítulo es una joya y lo dirigió el escritor Chris Fisher, talentoso y recurrente de la serie, con títulos pésimos en su ficha de trabajo, excepto de The Magicians, serie de ciencia ficción sólida que replantea la percepción de los cuentos infantiles.
El sargento Nicholas Brody, demostrado traidor a Estados Unidos, opera como contrainteligencia para el gobierno de su propio país. Pero Washington no lo salva y acaba ahorcado públicamente en una plaza de Teherán: así murió otro de la camada de protagonistas que pensamos que siempre lo lograría.
https://www.youtube.com/watch?v=UlIzL8afSz8
Apenas iniciado el rodaje de la quinta temporada, Kevin Spacey, el actor que interpretaba al histriónico y siniestro Frank Underwood, fue despedido de la serie tras ser acusado de violar a un menor de edad. Robin Wright, intérprete de Clare Underwood, asumió el liderazgo de la serie en un epílogo hiperbólico y accidentalmente desarrollado. La muerte de Frank Underwood fue también la muerte de House of Cards, lo que confirma que no siempre es buena idea acabar con tus protagonistas.
Desde la partida de Nicholas Brody, Peter Quinn asumió el rol estelar en la CIA. Y aun siendo uno de los agentes operativos más diestros de la agencia acaba recibiendo balas y golpes hasta ser envenenado dejándole secuelas motrices y gesticulares. La historia de Peter Quinn acaba en su sacrificio ante un posible magnicidio.
Braquo es hiperrealista y violentísima. Pero la acción no desmerita el fondo del conflicto entre la inteligencia francesa y los albaneses, los maleantes locales, las mafias judías y musulmanas o jeques turcos.
El escuadrón de cuatro policías protagonistas encabezado por Eddy Caplan (el veterano Jean Hugues-Angladé) pierde a uno de sus miembros en un atentado bomba que muestra a Théo Wachesky, el más joven, calcinado en el asiento del piloto y posteriormente conectado a un respirador artificial. Declarada su muerte cerebral, es desconectado por su compañera, Roxane Delgado, en un último acto de amor.
Los personajes de Braquo son grises, crueles y amorales, con pocos pero potentes rezagos de humanidad y descenso moral de la autoridad permanentemente corrompida.
El thriller francés fue un éxito en Europa, Estados Unidos y América Latina. Su cuarta temporada fue la más floja a pesar de que mostró con verosimilitud las consecuencias de las rivalidades con las altas esferas corruptas de la sociedad civil francesa.
La versión estadounidense de la serie británica Shameless (2004-2013) ha sido, por sus diez temporadas, la consentida de la crítica, que aplaude la creatividad de los actores protagonistas Paul Abbott y John Wells, quienes han logrado sentar como precedente a los Gallagher, una familia pobre y disfuncional del sur de Chicago que expone las precariedades de la clase obrera americana, la diversidad sexual y lo corrompido del sistema de justicia norteamericano.
Mónica Gallagher (Chloe Webb) es la madre del clan Gallagher. Drogadicta y bipolar, un personaje en apariencia secundario, que en apariciones breves y trascendentales le dio un vuelco a los desvergonzados Gallagher, quienes fueron testigos de su suicidio.
Shameless es una de las grandes joyas de Showtime: cruda, real y cotidiana, hace tragicomedia del mal vivir de la clase trabajadora, la mayor de las veces deshonesta aunque nunca innoble. Un retrato moral de la pobreza como sector de poder del sistema, que hace y deshace a costa de las fisuras del Estado y las estafas meticulosamente elaboradas para que Frank (un majestuoso y legendario William H. Marcy) se salga con la suya, impune y desvergonzadamente.
https://www.youtube.com/watch?v=tutwL5EKIuw
El alcoholismo de Frank y la bipolaridad de Mónica son heredados en Lipp e Ian, cuyos infiernos distan de semejanzas: Lipp se bebe su talento como universitario y científico destacado, mientras que Ian sucumbe a la bipolaridad y abraza al club de fans que ve en él a la versión gay de Jesús, omnipresente y todopoderoso.
Pocas horas después de la muerte de Monica, Fiona, la mayor de los Gallagher, confronta a su padre Frank, un borracho impenitente, bromista constante y estafador de muy buen verbo, quebrado ante la certeza del dolor de la desaparición física de Monica.
Ann Biderman escribió una serie profundamente masculina que abarca la religión cristiana y la pedofilia. La trama gira en torno a Ray Donovan, oriundo de Boston y de ascendencia irlandesa, fixer de escándalos de figuras de la farándula, cuya viudez producto del cáncer de mama de su esposa Abby, (Paula McColmson) es narrada a lo largo de la quinta temporada mediante flashbacks en los que la serie se centra en Abby y sus convicciones ante la muerte como suceso próximo e inaplazable.
Ray Donovan en su séptima temporada ha sabido cómo desarrollar y envejecer a sus personajes, poderosos y marginados delincuentes de cuello blanco que se enamoran, se enferman, asesinan, pican en pedazos y hasta se suicidan. Todo dosificado, y todo a la vez.
Ann Biderman construyó la genealogía de la familia Donovan como un árbol torcido y enmarañado, que tiene como protagonistas a los veteranos Jon Voight (Midnight Cowboy), quien interpreta a Mickey Donovan, padre ausente y astuto ladrón de medio pelo; junto a Liev Schreiber (Spotlight) como Ray Donovan, personaje principal de la serie, hijo de Mickey y cuyo odio al padre sería música para oídos freudianos. El resto del elenco no es menos talentoso.
Destacan Dash Mihok como Bunchy Donovan, el menor y más traumado de los hermanos Donovan y Eddie Marsan, quien interpreta a Terry, un boxeador con parkinson prematuro, quien culpa a su padre de su condición al permitirle llevar tantos golpes en la cabeza durante su carrera boxística.
Abby, la esposa de Ray, es permanentemente engañada y también engaña; mata en defensa propia y lidia con la rabia de saberse esposa de un marido infiel echando bala en un campo de tiro y fumándose mil cigarrillos en cuatro temporadas de infelicidad que acabaron en un cáncer, narrado sutil y efectivamente a lo largo de la quinta temporada.
La escena en la que Ray contempla el cadáver de su esposa es una de las más oscuras y mejor logradas de la serie, que no escatima en humanizar a un Ray mercenario, en apariencia insensible y apático hasta la misantropía.
Abby Donovan fue un gran personaje y fue despedida como lo merece.
El reboot de la saga que tuvo como protagonistas a Mel Gibson y Danny Glover en 1987, 1989, 1992 y 1998, fue exitosamente recibida por la crítica. Clayne Crawford, actor de relleno de películas como «A walk to remember» y series de corte psicológico y bajo presupuesto como Rectify (2013-2016) despegó su carrera interpretando el papel de Mel Gibson.
En la serie Lethal Weapon encontramos a un Martin Riggs texano (no de Chicago, como el de la película) veterano de guerra, recién enviudado, que enfrenta serios problemas de alcoholismo, tiene pesadillas recurrentes sobre la muerte de su esposa y su hijo nonato y comete actos temerarios y suicidas en nombre de hacer cumplir la ley sin importarle morir en el proceso.
El personaje de Rogert Murtaugh, interpretado originalmente por Danny Glover, recae en Damon Wayans, el veterano protagonista de «My Wife And Kids» (2001-2005), quien ejecuta correctamente el papel del veterano oficial de la Policía de Los Angeles.
Clayne Crawford desarrolla con suma credibilidad su personaje narrando los orígenes de su alcoholismo, producto del suicidio de su madre y los constantes abusos físicos de su padre, retratados en flashbacks pesadillescos, en los que su padre -interpretado por Rex Linn-; la muerte y el descenso onírico y suicida, fueron una constante en el arco narrativo de Riggs, desarrollando más el motivo de la clásica escena de la primera entrega en 1987 en la que Riggs cumple a cabalidad con el ritual del suicidio, arrepintiéndose a último momento.
Las diferencias entre Crawford y Wayans acabaron en el despido del primero. Luego de matar a su padre, Martin Riggs es asesinado por su medio hermano de un tiro en el pecho.
https://www.youtube.com/watch?v=79OF9p6x-E4
Lethal Weapon se quedó sin Riggs e intentó una temporada más, sustituyendo a Crawford por Seann William Scott, el bobalicón de Stifler, de «American Pie», quien interpreta a Wesley Cole (apellido en homenaje a Lorna Cole, interpretada por Renne Russo en LW III y IV), un ex agente de la CIA que no aporta nada a la serie, cuyo elenco y tramas decaen en un intento lastimoso por mantener el éxito internacional que tuvieron las primeras dos temporadas.
Destaca la participación de Jordana Brewster como la psicóloga Maureen Cahill, quien trata a Riggs durante ambas temporadas y que, a diferencia de la saga original en la que la psicología es objeto de mofa en la figura de Stephanie Woods, en la serie la terapia sirve como motor deconstructivo de la tendencia suicida y el alcoholismo de Riggs.
Scarface meets The Godfather. La serie es un remake del filme australiano homónimo de 2010. El matriarcado ejercido por Janine Cody, alias Smurf (enana) sobre sus hijos, Baz; Andrew, alias Pope; Craig y Deran, a quienes crió como los criminales impolutos, diestros en finanzas y planes de atraco sesudos y precisos, a los que ahora se suma su nieto, J Cody (Finn Cole, Michael Gray en Peaky Blinders) en apariencia ingenuo y de amplias ambiciones criminales.
Animal Kingdom es una serie rica en acción y tramas familiares complejas. En la última, Smurf, paciente de cáncer terminal, inicia una misión suicida que sale mal, y le pide a su hijo mayor que la ejecute. Pero el gatillo lo aprieta J (Finn Cole) el menos bueno y más corrompido de la familia Cody. La serie es de TNT y su quinta temporada está en plena producción.
Su creador, Jonathan Lisco (escritor de episodios de Southland y un par de episodios de Halt and Catch Fire), optó por eliminar dramáticamente a la matriarca del imperio criminal.
https://www.youtube.com/watch?v=74q8JBOjikc
Nick Jonas interpreta a un luchador de artes marciales mixtas, hijo menor de Alvey Kulina, leyenda del mismo arte marcial, quien vive de un gimnasio en el que entrenan sus dos hijos, Nate (Jonas) y Jay (Jonathan Tucker), su mejor amigo, Ryan Wheeler (Matt Lauria) y Christina Kulina (Joana Going).
La serie narra los pormenores de las vidas de estos protagonistas que son peleadores de artes marciales mixtas, la pobreza de los submundos estadounidenses y los estereotipos americanos, que tiene como patriarca al peor personaje de todos: Alvey Kulina (Frank Grillo, quien interpretó a Frank Campana en Warrior) y que en Kingdom repite el mismo papel de entrenador confundido sobre si entrena o no a un peleador con quien tuvo un antecedente violento y comprometedor.
Alvey Kulina es un atleta alcohólico que asiste a terapia dos veces por semana. Un personaje complejo interpretado por un Frank Grillo que siempre lo intenta y nunca lo logra. Ni siquiera al final de la serie cuando Nate Kulina (Nick Jonas) muere en sus brazos asesinado después de confesarle que era homosexual.
Kingdom es una buena serie en el sentido de que evidencia la imposibilidad de redención de Alvey Kulina. La muerte de Nat Kulina los conmueve y los toca a todos, menos al padre, un personaje nunca encontrado por el actor que lo interpretó.
Destacan las actuaciones de Jonathan Tucker como Jay Kulina, una red neck de amplio y acertado vocabulario, quien en clave de sátira suele desentrañar los entramados sociales y las consecuencias sublimes y grotescas de sus peleas y adicciones.
Y la de Joana Going como Christina Kulina, heroinómana y prostituta redimida que recae, rehabilita y asciende como matrona de una casa albergue de jóvenes prostitutas. Going interpreta un papel crudo, entrañable y admirable como consecuencia de las adicciones, la pobreza americana y la bestialidad callejera.
La segunda temporada de Californication (2008), la serie creada por Tom Kapinos, fue un abierto y enorme homenaje a The Great Gatsby (1925), con Warren Zevon, The Mamas & The Papas, Lynyrd Skynyrd y un largo y eminente etcétera de fondo.
La novela de F. Scott Fitzgerald encuentra deferencia en la segunda entrega de la serie con la introducción de Lew Ashby (Callum Keith Rennie) entre sus personajes protagonistas, un productor de música asquerosamente rico y terriblemente solo, que vive rodeado de mujeres, cocaína y bandas de rock, soñando, como el Gatsby de Fitzgerald en reencontrarse con un gran amor.
Ashby, en calidad de legendario productor, contrata a Hank Moody (el escritor de ficción interpretado por David Duchovny, más asociado a Bukowski de lo que debería estar a Baudelaire) para que escriba su biografía.
Puesto a trabajar, en el tercer episodio titulado No Way to Treat a Lady Moody entrevista a Ashby haciendo nueva referencia a Fitzgerald, cuando le pregunta al productor quién es su Daisy Buchanan, la protagonista de The Great Ashby, y que en Californication se llama Janie Jones como la canción de The Clash que suena de fondo cuando Jones acepta entrevistarse con Moody.
La muerte de Ashby, tras confundir heroína con cocaína, previo a un nuevo y definitivo encuentro con Janie Jones, le dio a Ashby una partida triste, hedonista y decadente, como la serie misma, que lo separó de la ficción de Fitzgerald en la que Gatsby muere asesinado.
Lew Ashby fue un personaje incidental, cuyos excesos, sarcasmos, debilidades y decadencias impulsaron a Californication a posicionarse como la serie más próxima al realismo sucio bukowskiano y a la sexualidad líquida, con clásicos del rock y constantes referencias literarias de fondo.
En el último episodio el fantasma de Ashby presencia el fin de la escritura de su biografía, con Warren Zevon de fondo. La biografía de Ashby fue publicada y es mencionada a lo largo de las siguientes cinco temporadas, apareciéndose como la conciencia de su biógrafo, Hank Moody, quien recibe a Ashby en pequeños e infernales bares oníricos, cada vez más lejos de Fitzgerald y más cerca de La Divina Comedia de Alighieri.