Luego de pasar la noche en la comisaría de Brooklyn (New York) y ser acusado de vandalismo por atacar a un bus de luchadores rivales, Conor McGregor, estrella de la UFC, fue liberado este viernes tras pagar una fianza de 50.000 dólares, a pesar el incidente dejó a dos atletas heridos.
El pasado jueves, el polémico deportista fue filmado, junto a un grupo de unos 20 hombres, lanzando una carretilla de carga contra la ventana de un bus que transportaba a luchadores rivales, los cuales asistieron a un evento en el estadio Barclays Center, en Brooklyn. En el momento del ataque, el vehículo avanzaba lentamente por el estacionamiento.
Poco después McGregor fue registrado estrellando una silla contra otra ventana del bus y dando un puñetazo a un guardia de seguridad, según un relato de los hechos en la corte de Brooklyn, adonde el luchador fue trasladado esposado, tras entregarse sin oponer fuerza.
El irlandés fue acusado de tres delitos de agresión y uno de vandalismo, mientras su colega de Artes Marciales Mixtas (MMA) Cian Cowley, de 25 años, fue acusado de un cargo de agresión y otro de vandalismo.
La fianza fue fijada en 50.000 dólares como parte de un acuerdo que permite a McGregor viajar sin restricciones, pero que lo obliga a volver a la corte en dos meses, el 14 de junio.
«Es la cara más conocida del planeta, no tiene antecedentes penales y el acuerdo de fianza es completamente apropiado», dijo a la corte su abogado, Jim Walden.
La Ultimate Fighting Championship (UFC) dijo que dos atletas resultaron heridos. Uno de ellos fue el peso el peso liviano Michael Chiesa, quien sufrió cortes en la cara y, por sugerencia de sus médicos, se perderá el UFC 223, evento fechado para el próximo sábado, al igual que el peso mosca Ray Borg, que tampoco podrá luchar debido a múltiples abrasiones de córnea.
«Estoy devastado, por decir lo menos», dijo Chiesa.
El presidente de la UFC, Dana White, dijo al canal ESPN que no se tomará ninguna medida que afecte carrera de McGregor, por lo menos hasta que culminen las peleas de este fin de semana.
«Conor está en muchos problemas. Obviamente, la gran pregunta que todos me están haciendo es ‘¿Vas a despedir a Conor McGregor?'», dijo White a ESPN, sin responder la pregunta.
White negó que la violencia del jueves fuese un elaborado truco publicitario y agregó que es lo «más desagradable que ha pasado en la historia de la organización».
«Este es el último truco sobre la Tierra que haríamos», dijo. «Esto es vergonzoso para el deporte y obviamente para la UFC. Esto está muy lejos de un truco. Esto es malo».
McGregor, estrella de la MMA, esas peleas espectaculares donde casi todo está permitido, accedió a la fama mundial y a la riqueza gracias a su combate perdido en agosto pasado contra el estadounidense Floyd Mayweather, por el cual se embolsó unos 100 millones de dólares.
Se especula que su furia puede haber sido causada por el anuncio de la UFC, hecha el miércoles, de que le retirará su título de campeón de los pesos ligeros. El título que posee desde noviembre de 2016 será entregado al ruso Khabib Nurmagomedov o al estadounidense Max Holloway, estrellas de los combates que se darán el fin de semana en el Barclays Center de Nueva York.
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