Venezuela

Baruta: Un fuerte improvisado

Inexpugnable. Al menos esa fue la impresión del equipo reporteril de El Estímulo que fue al pueblo de Baruta, en el Área Metropolitana de Caracas, a verificar una información. Los accesos desde La Trinidad, Las Minas y Manzanares estaban bloqueados con palos, piedras, láminas y todo lo imaginable para colocar en forma de barricada. 

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Fotos: Felipe Rotjes y Ronald Uribe/EL ESTÍMULO

Se conoció a través de las redes sociales que un Centro Diagnóstico Integral (CDI) en el casco histórico del mencionado poblado había sido incendiado, por lo que se decidió enviar a un equipo para investigar y tomar datos de la situación para reseñarlo en el portal.
Periodista y motorizado iniciaron el recorrido. Para llegar a esa zona no son muchos los accesos. Tomaron el camino más obvio: La Autopista Prados del Este. Pero la moto ni siquiera llegó a tomar la rampa de acceso a la mencionada arteria vial. Las otras motocicletas se devolvían rápidamente y hacían señas a los demás. Un contingente motorizado de la Guardia Nacional (GN) venía a toda velocidad lanzando bombas lacrimógenas a todo lo que se le atravesara.
Retirada. Por ahí no era el camino. Se regresaron por la misma vía para intentar tomar el distribuidor pero por Chacao. En el camino se evidenciaron algunos encapuchados con sus característicos escudos; algunos voluntarios de Cruz Verde y al llegar a calle Galarraga, un nutrido grupo de periodistas apertechados como si fueran a una guerra: chalecos, cascos, máscaras, guantes y cámaras. Por supuesto, cansados. Como esperando a ser relevados de su tarea diaria al replegarse a la «seguridad» que brinda el municipio.
El motorizado aceleró para intentar alcanzar el acceso a Prados del Este, pero otra vez la GN arremetía como una caballería a los infortunados que se atravesaran por el camino. Otra vez, retirada.
Travesía para Baruta

Tras un acuerdo rápido, el equipo decidió intentar llegar a Baruta a través de la avenida Río de Janeiro. Eso implicó llegar hasta Los Ruices para cruzar el Río Guaire y tomar la avenida Principal de Las Mercedes y de ahí, poder empalmar hacia el Distribuidor Santa Fe. Meta superada. Después de pasar una alcabala sencilla de la policía, tomaron la Autopista Prados del Este. El panorama era extraño para la hora, aproximadamente como las 4:00 PM. Ambos sentidos estaban sin presencia de vehículos. Solo algunas motos circulaban por esa arteria vial.
Llegaron al Distribuidor Santa Fe. En la parte de abajo del puente había piedras, restos de bambú provenientes del campo de golf cercano, rejas y una especie de telaraña negra. Hilos, quizás. Tomaron la parte superior del distribuidor para ver mejor qué era lo que sucedía. Desde abajo, los encapuchados prohibieron a gritos las cámaras para no dejar rastro de sus acciones.
Protesta Santa Fe_220517
Luego de intentar subir por Santa Inés para llegar a Baruta y constatar que el acceso estaba cerrado, lograron pasar el obstáculo de Santa Fe para subir a Baruta por el Centro Comercial Concresa y Terrazas del Club Hípico. Calles más estrechas. Igual, signos de lucha y barricadas. Apartaron unas cuantas para poder pasar. Al llegar a la estación de servicio cerca del casco de Baruta, un contingente de la GN se enfrentaba con un grupo de manifestantes que, con fuego, rejas y palos, bloqueaban la pequeña calle. Fallida la acción.
De vuelta, el equipo trató de llegar a la zona a través de los «caminos verdes» para llegar a La Trinidad. A pesar de las protestas que se sabía que se llevaban a cabo en la zona, habían lugares en los que para la gente no pasaba nada. Haciendo ejercicios, paseando perros, entre otras cosas. Una Venezuela paralela.
Llegaron a la cumbre. Desde ahí, divisaron cómo La Trinidad se encontraba perfectamente atrincherada. La zona que se veía era cerca de la Comandancia de los Bomberos. Varias barricadas.
Se aventuraron a llegar a la «Zona de Guerra». Al llegar al letrero de  los años 50, que divide la vía en dos: para la izquierda, rumbo a El Hatillo. A la derecha, para La Trinidad, cerca del McDonald’s de la zona. Desde temprano se había dicho que habían obstaculizado los túneles a la zona. Igual  había que transitar lento por la cantidad de vidrios rotos y obstáculos en la vía. El equipo dobló a la derecha.
Casi inmediatamente, una barricada con materiales improvisados impedía el paso. Conclusión, entrar a Baruta este lunes era como intentar el asedio frontal a un castillo de la Edad Media. Nuevamente los gritos de los encapuchados: ¡Las cámaras! Obligaron al fotógrafo a hacer pocas instantáneas para dejar el lugar y emprender el camino a la oficina.
22052017 MBaruta Felipe rotjes/EL ESTÍMULO
Interceptados por la GN

Al emprender el regreso, el equipo decidió tomar unas fotos panorámicas de la zona, ya que no se pudo ingresar a verificar la información del CDI. Regresando a la calle para subir a donde se divisaba la zona en conflicto, un contingente de la GN sorprendió al equipo reporteril de El Estímulo con sus frases características: «¡Alto, alto! ¡Párense ahí!»
En efecto, se detuvieron. Los efectivos rodearon a los comunicadores sociales como si fuera una jauría. Armas caladas. Miradas agresivas  e intimidantes. Y una metralleta de frases: «¿Qué hacen aquí? ¿Por qué las máscaras? ¡Quítenle las máscaras!».Ante esto, el periodista de identificó del medio de donde trabajaba y dejó registrar sus pertenencias por parte de los efectivos para demostrar que no tenía nada qué esconder.
Las máscaras antigases, tanto del fotógrafo como del reportero, fueron decomisadas temporalmente por los funcionarios castrenses, hasta que un oficial de más rango, que estaba dirigiendo el contingente, se dirigió amablemente a los periodistas a preguntarles el por qué de su transitar por La Trinidad. Le explicaron que iban a corroborar la información colocada en las redes sociales sobre el incendio del CDI y escribir sobre esa noticia.
El funcionario chequeó las credenciales del comunicador social y preguntó «¿Esto tiene fecha de vencimiento», a lo que respondió el periodista. «No, eso no se vence».
Después de sopesarlo un momento y evidenciar que solo cumplían su trabajo, el funcionario dijo «déjenlos ir. Denles sus máscaras». Acto seguido, los efectivos de la Guardia devolvieron el equipo antimotín de los periodistas y siguieron su camino.
Tras este episodio, subieron a la zona antes mencionada para hacer las gráficas correspondientes al enfrentamiento que se llevaba a cabo y donde se observaron las  barricadas dispuestas por los encapuchados.
22052017 MBaruta Felipe rotjes/EL ESTÍMULO
El retorno 

Se deshizo el camino andado hasta Santa Fe. Al intentar pasar por la Autopista, cerca  del Centro Comercial Los Campitos se  vio solo la nube de gases lacrimógenos. El regreso sería algo más complicado de lo que se pensaba.
Para poder llegar al este de Caracas, decidieron hacer una gran vuelta. Ingresar por Cumbres de Curumo y caer a Santa Mónica, con el fin de evitar la autopista.
Cumbres de Curumo, Santa Mónica, Los Símbolos, Sabana Grande, Plaza Venezuela. Hasta ahí todo transcurrió con normalidad. La gente hacía su vida normal. Lo que sí podría decirse que había una presencia «inusual» de efectivos de seguridad. En el puente que conecta Bello Monte con Plaza Venezuela; cerca de la Torre La Previsora; Santa Mónica  y hasta en la Avenida Libertador, donde habían desplegado a un contingente de la Policía Nacional y dos «rinocerontes» de la Guardia Nacional, con sus paredes desplegadas a la altura del Centro Comercial Los Cedros.
Los recovecos de Caracas permitieron que el equipo reporteril de El Estímulo pudiera sortear esos obstáculos y tomar vías alternas como La Florida y el Country Club. Al llegar a La Castellana, las barricadas  nuevamente se hicieron presente. Los encapuchados pedían dinero «para el agua» o «gasolina». Situación que se evidenció en horas del mediodía en Santa Fe. Un poco más lejos, el grupo de voluntarios de Cruz Verde descansaban de una ardua jornada y estaban alerta por si tenían que entrar en acción.]]>

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