Uno será recordado por prometer solucionar los problemas agudizados durante su mandato; otro por ofrecer la dolarización de la economía y otro por repartir sopas a lo largo del país.
Atrás quedaron aquellos días en los que los dirigentes políticos lograban la concentración de miles de personas en los espacios públicos durante sus actos. Salvo el candidato a la reelección, que utilizó la maquinaria del Estado, Maduro llenó avenidas de algunas ciudades del país.
Javier Bertucci será recordado por los «sopazos», en los que tazones de sopas fueron ofrecidos a hombres, mujeres y niños en los sectores populares. Cada evento también le garantizó multitudes en varias partes del país.
Sin duda alguna, el «sopazo» fue el estandarte de su campaña.
Henri Falcón arrancó el 22 de abril la campaña con un acto que convocó menos de 50 personas en la plaza Brión de Chacaíto (este). En un recorrido por Petare, una imagen del candidato con una mujer de pequeña estatura cargada en sus brazos se hizo viral a través de las redes sociales.
La imagen generó polémica entre los usuarios quienes, con mofas, debatían sobre si el candidato sabía o no que en realidad no se trataba de una niña sino de una mujer adulta. Al cerrar su campaña en Caracas el 14 de mayo, este candidato reapareció nuevamente con la mujer cargada. Ella ondeaba orgullosa una bandera del partido político Avanzada Progresista (AP).
Maduro, por su parte, arrancó la campaña presidencial con un «tuitazo» bajo la etiqueta #TodosConMaduro.
“Con orgullo y amor por Venezuela asumo nuevamente el compromiso de luchar por conducir esta Patria, y les ofrezco lo mejor de mí: mi alma, mi fuerza y mi vida para defender a nuestro Pueblo”, escribió a través de su cuenta oficial de Twitter el domingo 22 de abril.
Tras su regreso de Cuba, Maduro inició la campaña el 23 de abril el la bendición de un pueblo indígena en el parque nacional La Llovizna, en el sureño estado Bolívar. El candidato-presidente recorrió el país, haciendo mitines en varios sitios al día.
En Amazonas, debió suspender su discurso por personas que clamaban gasolina para la entidad. Con un penacho en su cabeza, el jefe de Estado resolvió el reclamo con una promesa y con la convicción de que se convertirá en «protector» de Amazonas.
Maduro también promovía su candidatura en las redes sociales a través del Facebook Live. Los insultos nunca faltaron en su encuentro con los internautas. En su última conexión, apareció junto a la Primera Dama, Cilia Flores. Ambos se encontraban en un cuarto donde estaba un retrato de la pareja presidencial.
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