Con una ruta de 15 kilómetros, allegados al concejal Fernando Albán, fallecido este lunes en la sede del Sebin en Plaza Venezuela, acompañaron una caravana con la carroza fúnebre que llevaba el cuerpo del funcionario de Primero Justicia y que partió desde la parroquia Universitaria, donde se realizó una misa en horas de la mañana, hasta el Cementerio del Este, lugar de la despedida.
A primera hora, la ceremonia religiosa estuco oficiada por el cardenal Jorge Urosa Sabino, quien manifestó que Albán “tenía contacto frecuente con nosotros (la iglesia), con una actitud de gran apertura para apoyar todo lo que fuera el sentir religioso del pueblo católico y cristiano en Caracas”.
Detenido desde el pasado viernes por la policía política Sebin en el aeropuerto de Maiquetía, el concejal estaba vinculado, de acuerdo con declaraciones del fiscal designado por la Asamblea Constituyente, Tarek William Saab, con el presunto atentado que sufrió el presidente Nicolás Maduro el pasado 4 de agosto en la avenida Bolívar de Caracas.
“Es importante que sintamos con la muerte de Fernando un compromiso mayor por luchar por la defensa de los derechos humanos de todos los venezolanos”, siguió Sabino.
Según la versión del representante del Ministerio Público, la muerte de Albán se debió a un suicidio cometido desde el piso 10 del edificio, un hecho en el que no han coincidido sus versiones, como tampoco la de otros voceros oficialistas.
Fuera del país, la esposa e hijos de Albán participaron en la misa a través de una videollamada que un familiar les hizo.
Tras la misa, los más cercanos al hombre de Primero Justicia, así como ciudadanos que decidieron acompañar a los familiares y amigos, caminaron hasta el camposanto, donde se le dio el último adiós al concejal del área metropolitana.
Según el fiscal del chavismo, Tarek William Saab, los funcionarios fueron condenados por "los delitos de homicidio culposo (negligencia), quebrantamiento de las obligaciones de custodia, agavillamiento y favorecimiento de fuga agravada"
Jorge Urosa Sabino, una de las voces más influyentes de la iglesia católica venezolana, estaba en terapia intensiva y asistido con respiración mecánica. Falleció este 23 de septiembre, anunciaron fuentes eclesiásticas pasadas las tres de la tarde.
El cardenal se encuentra delicado y asistido con respiración mecánica, pero estable en terapia intensiva. Otros tres sacerdotes están hospitalizados, también por coronavirus, en distintos centros asistenciales
