Venezuela

Insensatez Morrocuyana

Las negociaciones de Barbados con mediación Noruega, apoyo prácticamente unánime en la comunidad internacional y expectativa en un país angustiado pueden ser un paso importante hacia la solución venezolana o una enorme frustración de funestas consecuencias

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Si uno juzga por el hecho de que las conversaciones se mantienen, cabe pensar que hay posibilidades reales de avance. Y, al contrario, si nos basamos en los desplantes del vicepresidente del PSUV, concluiría en que no van a ninguna parte. Ese dilema nos conduce a otro: Puede ser que el gobierno de Maduro no le esté diciendo la verdad al señor de la llamada Constituyente, lo que sería negativo para la perspectiva de una salida a esta crisis que empeora a diario, o que le esté mintiendo a los enviados de Guaidó que sería mucho peor. Lo que no es creíble es que esté siendo sincero con uno y otros.

No es que me sean indiferentes los problemas en el remoto planeta oficialista. Remoto porque allá no se sienten estos dramas cotidianos que empobrecen la vida del venezolano común. Ya bastantes dificultades nos ocasiona a todos el conflicto sordo entre uno que quiere demostrar que es el duro, para dejar al otro como un zoquete y éste que se siente diariamente obligado a probar que no lo es. No me son indiferentes esos problemas, ciertamente, pero sí ajenos y carezco de influencia en ellos. Sinceramente, más me importaría que estuvieran jugando a darle largas hasta desgastar el recurso político del diálogo y desprestigiar al liderazgo comprometido responsablemente en explorar esa opción. Porque tal temeridad somete al país entero, chavismo incluido desde luego, a riesgos muchísimo mayores. Riesgos muy altos para millones de personas que no son materia apta de ser tratada con la frivolidad propia de algún sobradito Goebbels tropical.

Aquí no hay margen para ningún tipo de burla, ni siquiera como desprestigio oblicuo. Serían maniobrillas baratonas que pueden salir carísimas. Las tácticas dilatorias no son sólo inútiles sino contraproducentes cuando por una situación que se deteriora sin que se vean salidas, los venezolanos sufren y en su desesperación unos se irán, con lo que aumentará la presión latinoamericana porque la masiva emigración los afecta y entre los que se queden, no faltará quien desespere y se le ocurra cualquier aventura. ¿Imaginan los insensatos teóricos de una operación morrocoy roja que la institución FAN, está dispuesta indefinidamente a cargar sobre sus hombros todo el peso de una represión inevitable e inconteniblemente creciente?

La negociación de Oslo-Barbados no puede ser eterna. Ese no es su diseño, tampoco es su posibilidad real. Bien la ha definido la mediación noruega, es un trabajo continuo y expedito. Quien trate de insuflar injustificada confianza en que no importaría otro diálogo fracasado porque igual seguirían como si nada, miente irresponsablemente porque ha perdido el contacto con la realidad, sea nacional como internacional.

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