Melomanía

¿Mejor hablar o morir? Sobre "Italia 1983", de Nombres Ocultos

Con ecos de "Call Me by Your Name" el dúo Nombres Ocultos acaba de lanzar un nuevo sencillo que es "como una canción de cuna para adultos angustiados"

Nombres Ocultos
Publicidad

En 2018, un par de panas sin rostro nos invitaron a abandonar nuestra identidad en su disco debut, 7 Canciones en Mí. Convencidos de que es más fácil hablar desde el corazón cuando somos anónimos, de que nuestras caras son a veces cadenas, se apodaron Nombres Ocultos y nos cantaron sus ansias en forma de sintes y samples.

Entonces escribí un artículo en Guatafoc donde lo mencionaba como mi disco favorito del año (lástima que la página haya cerrado y ese y otros textos estén en los confines del ciberespacio). Luego de difuminarse en Internet y las calles de Caracas por unos buenos meses –cuentan, eso sí, que musicalizaron un recital de poesía en Cusica Live alguna noche–, me llena de entusiasmo saber que tienen un nuevo single a la mano.

«Italia 1983» es una canción de cuna para adultos angustiados, un paisaje sereno que explota de pasión en sus últimos segundos.

En cierto modo, el sintetizador Fairlight CMI que marcó las canciones de Peter Gabriel en So, consigue su semilla al inicio del tema, entre sus coros. El alarido del del final me remite a los disparos de voz en «Ian Curtis» de Todosantos. Es más, creo que los temas de Nombres Ocultos en su conjunto, cuando no me hacen pensar en Sufjan Stevens, son excelentes herederos del influyentísimo combo de Ernesto Pantin, Alberto Stangarone, Luis Montenegro y Francisco Mejía.

La letra del tema, así como su título, hacen referencia a «Call Me by Your Name», la novela de André Aciman sobre todo conocida por su versión en cine. Ya nos sabemos el cuento: un profesor de arqueología que vive en la Italia rural de 1983 invita a un estudiante de doctorado como asistente durante del verano. Entre el doctorando, Oliver, y el hijo de profesor nace una complicidad que se vuelve el despertar sexual del chamo, Elio.

Entre guiños a la literatura, la historia del arte y la lingüística, a escondidas de las personas que comparten vida con el profesor y su familia, los personajes se redescubren y completan a pesar de la carga de sus nombres. Algunos en redes sociales han señalado como problemática la diferencia de edad de los protagonistas; pero la belleza que transita entre las conversas y las escenas de la película han sido lloradas y aclamadas en el mundo entero.

Para Nombres Ocultos, “el amor es desprendimiento y abandono.” Se inspiran, pues, en dos personajes que conocen bien sus diferencias, los límites que el tiempo les impuso, los mundos alejados que los han definido; que los vuelven humo para amar intensamente.

Cuando la pregunta “¿será mejor hablar o morir?” se escapa de «Call Me by Your Name» para aparecer en el coro de la canción, el dúo sin rostros enseña que las palabras pueden liberarnos en lugar de condenarnos. Cuando repiten el “parce que c’était lui ; parce que c’était moi” de Montaigne que citan en el texto, proponen que la amistad de la que hablaba el ensayista francés sea la partida de la pasión: que parta de la mera presencia del otro, no de las esposas que carga.

La ansiedad según Nombres Ocultos

En el artículo que publiqué en Guatafoc sobre 7 Canciones en Mí, escribí: “puede que los debates sobre identity politics inunden YouTube todos los días; puede que Venezuela sea un país donde hacer gala de nuestra nacionalidad sea lo único que nos queda; puede que el anonimato que posibilita Internet sea tildado por algunos como máscara. Da igual: a veces, toca romper las cadenas de cómo nos ven para decir a viva voz cómo lo vemos todo».

Claramente, romper esas cadenas, siquiera pensar en ellas nos llena de ansiedad: la proliferación de medicamentos como el Xanax en nuestros tiempos es inocultable. Pero las ganas de comerse las uñas que molestan al liberarse de los apellidos pueden hacer estallar el arte en nosotros.

Según Nombres Ocultos, “una vez que la ansiedad se materializa en algo concreto, te permite tener mayor pasión. Es un motor, una gasolina que está allí, consumiéndote internamente, pero cuando se materializa en lo externo, más bien te propulsa hacia adelante, te motiva”. Reconocen constantemente las inquietudes y las inseguridades en sus canciones: no para rendirse ante ellas, sino para tomarlas como trampolín. «Italia 1983» no es una excepción.

Encerrarse con sus emociones puede ser, para muchos, espantoso. Pero 2020 no nos ha dejado otra salida: nadie se escapa de mirarse en el espejo estos días y preguntarse quién es. En vez de enloquecer por la respuesta, resulta mejor acercar el oído a los acordes de Nombres Ocultos y matar los silencios alrededor.

«Italia 1983» promete, promete mucho, pero mientras el futuro de la agrupación siga escondido, quedémonos pegados en la música que motiva sus sombras.

Publicidad
Publicidad