El paisaje contemporáneo de Caracas como epicentro de todas las emociones. El objeto abstracto como discurso histórico de nuestros orígenes colonialistas. La música convertida en postales urbanas. Fotos. Collage. Multimedia. Dibujo. Video. La obra plástica del venezolano Muu Blanco es también un documento íntimo de su hoja de vida pero al mismo tiempo, es una lectura antropológica de nuestro contexto geográfico. Y ha sido precisamente ese discurso, el que le ha dado notoriedad a su trayectoria artística y profesional.
Muu Blanco es un protagonista anónimo de la ciudad. Un talento autóctono con calidad de exportación. Su trabajo plástico se ha exhibido en países como Estados Unidos, Alemania, Canadá, Argentina o Colombia y su obra ha sido adquirida por galerías y coleccionistas en todas partes del mundo. Asimismo, es un prolífico dj y productor musical, atrincherado siempre en los beats del hip-hop, el dub, el chill y el ambient. Fue fundador junto al rapero dj Trece del proyecto Hermanos Monteverde con el que editaron dos discos durante la década pasada. Sus creaciones musicales cobran vida a través del nombre Dr. Muusica y definitivamente es un prodigio del collage sonoro, eje central de su propuesta.
Entre sus exposiciones más destacadas figuran Bello Horizonte (2007), Paisaje Sonoro Caracas-Berlín (2009), Fósiles Analíticos (2010), Inthahouse (2013) entre otras muestras que se acoplan a la visión filosófica que el mismo denomina Modernismo Anacrónico.
“Estoy en desacato desde el exilio. A mi modo de ver, la pregunta cambió de -¿ahora quién podrá ayudarnos? a ¿Ahora quién podrá ayudarnos sin petróleo?-. El petróleo ha sido nuestro veneno, generador de corrupción e injusticias, aniquilador de la cultura rural y motivador de la descomposición moral de los venezolanos. Aspiramos a ser lo que no somos y un ejemplo claro de esto lo vemos aquí en ´doralzuela´, ´westonzuela´ o ´brickellzuela´”
-¿Por qué decidiste irte de Venezuela?
-Fue casi por supervivencia, pensando en mi entorno y las limitaciones que tenía. Me propuse salir de mi burbuja y zona de comodidad. Ya eran 47 años en la misma ciudad. Sumado a eso, el deterioro económico y la imposibilidad de crecer profesionalmente. Por otra parte, la oferta de tener una exposición individual en Nueva York terminó por motivarme hasta que por último me reuní con un abogado de inmigración y me dijo que mi trayectoria calificaba perfectamente para obtener una visa de artista. Aquí ando, dando la pelea…
-¿Qué es lo que más extrañas?
-Bueno, paradójicamente esa “zona de confort”. Mi círculo de amigos, mi familia, mi pareja, la comida. Y, definitivamente, el ser una persona reconocida y respetada profesionalmente. Eso aquí no lo tengo.
-¿Y lo que menos?
-La violencia, la inseguridad, la política “roja”, la injusticia, la improductividad, el anarquismo y el canibalismo social y económico, entre una larga lista.
-¿Qué es lo que definitivamente, «no te gusta» de Miami?
-No me gusta su frivolidad, su estructura rural o de -no ciudad-, su falta de cultura, de historia. Su «provisionalidad».
-Si tuvieras que usar un calificativo para definir a los venezolanos que viven en Miami, ¿Cuál dirías?
-Bueno en primer lugar me parece un poco “reductiva” tu pregunta. Por supuesto que no hay solo “un tipo de venezolano” viviendo en Miami, pero lo cierto es que si se han venido muchos. Y cada día más.
“No puedo dejar de decir que hay una gran cantidad de coterráneos que se insertan en el calificativo de “frivolidad e incultura”. Eso abunda. La mala educación, los excesos y el “nuevoriquismo” se reconocen a simple vista y por lo general, por supuesto, vienen en color rojo. Mucho “bolichico” y “boliburgues” que viven como si fueran las Kardashians. Sin embargo, también te puedo decir que habemos un gran grupo de criollos que estamos trabajando duro para crear espacios culturales acá. Construyendo, impulsando, porque a esta ciudad le falta mucho. Es muy nueva, en el 2015, apenas cumplió 100 años”.
-¿Tienes pensado volver al país?
-¡Claro que si!, no he regresado en casi 2 años por cuestiones logísticas, pero mi plan es volver en periodos cortos a compartir con mi familia y amistades a las que extraño bastante. También me interesa mucho mantener mi vitalidad artística en el país. Este año voy.
-¿En qué se parece un jabalí a una muñeca descuartizada?
-En nada se parecen. La inspiración tiene que ver con los relatos desplegados de la conquista de América y las ideologías que permitieron a los europeos llevar a cabo su empresa de dominación por la vía de la fuerza. En ese sentido, los mitos del paraíso perdido dieron paso al mito del Dorado y los relatos de seres fantásticos, mitad hombre, mitad bestia, cuya ausencia de alma justificaba su dominación, inicialmente con la guerra y luego por la vía de la evangelización. En la serie “Modernismo Anacrónico” vemos objetos inexplicables como una “Barbie” descuartizada junto a un jabalí y de alguna manera es una crítica contemporánea al pensamiento y la sensibilidad instaurada por la modernidad.
-¿Qué es lo más absurdo que has escuchado decir sobre alguna de tus obras?
-Que son piezas superficiales y sin contenidos de investigación, o por ejemplo, que no representan nada que valga la pena.
-¿Cuál es tu nuevo proyecto artístico? ¿Tu próxima exposición?
-Lo más inmediato es una exposición individual en el Museo de Arte Contemporáneo del Zulia que se va a llamar “In Memorian” para septiembre de este año. Vale la pena acotar, que este es el único museo en Venezuela que no maneja el gobierno central. Es un homenaje “familiar” si se quiere, al poeta zuliano Udon Pérez, escritor del himno del Zulia y un creador prolífico de principios del siglo XX, al igual que a Antonio Angulo Luzardo quien fuera el artífice de la primera pintura abstracta Art Deco en nuestra historia; también fue el fundador del Ateneo de Maracaibo. Este es un trabajo que estoy llevando a cabo con el curador venezolano Gerardo Zavarce y sigo aquí en Miami trabajando mucho con collage y dibujos. Ya para el año que viene tengo un proyecto expositivo en Barcelona, España para la galería Sicar, quienes me representan allá.
-¿Estás trabajando como dj en Miami?
-No es fácil. Estuve 5 meses buscando trabajar como dj en el circuito de Wynwood y Miami Beach pero es imposible penetrar la barrera del star-system que tienen aquí. Por un lado, sino tienes representante estás fuera del juego automáticamente y mi música como es -de autor- no entra en los renglones del technnopop, el housepop y el vintagepop que escuchan aquí. Entonces tuve que crear mi propia “fiesta” que se llama Latin Sound Connection que es en realidad un espacio de intercambio musical entre djs y músicos mayormente venezolanos que viven acá en Miami. Por ahí han pasado Pablo Estacio (Bacalao Men), Dj Oddo o Black Dog. Las redes se van tejiendo poco a poco y en eso estamos trabajando.
Asegura Muu de lo que parece ser otro síntoma de la diáspora migratoria, cuyos efectos siguen siendo inéditos para muchos en esta nueva era de nacionalismo fragmentado. Es como si nuestra identidad se hubiera roto en mil pedazos que están regados por todo el mundo.
Desde UB seguiremos tras las historias de venezolanos en el exterior. Destacados, exitosos, reconocidos pero también de quienes, a fin de cuentas, conforman el conglomerado de nuestra sociedad sea donde sea que este.
Si Mahoma no va a la montaña. La montaña va a Mahoma.
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