Unos son desconocidos para el público. Otros ya tienen renombre internacional. Desde las tablas, una generación de jóvenes directores domina a la Venezuela del siglo XXI. Su edad no los amilana; se saben jóvenes y con ganas de romper estereotipos. Tampoco les asusta la reducción de espacios culturales ni los escasos recursos económicos para proyectos artísticos. Como pueden, crean, y en ello despuntan. Con discursos y metodologías que distan en propósitos y aspiraciones, estos siete directores confluyen en una pasión común: la dirección escénica. Jorge Souki, Fernando Azpúrua, Pedro Borgo, Jennifer Gásperi, Axel Valdivieso, Carlos Fabián Medina y Rafael Barazarte hablan fuera de las salas en representación de la juventud.