«Queremos anunciar a Venezuela que estamos listos» para «una negociación internacional efectiva para llevar soluciones claras a los venezolanos», dijo el diputado Luis Florido, dirigente de la formación opositora Voluntad Popular (VP) y presidente de la Comisión de Exteriores del Parlamento.
Los contactos se iniciarán con la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que se encuentra profundamente dividida y que hace unos días denunció como un atropello al Estado de Derecho el retiro de la inmunidad al vicepresidente del Parlamento, Freddy Guevara, quien entró el sábado en la legación chilena temiendo ser detenido.
Sobre los objetivos de la oposición en este nuevo capítulo de las negociaciones con el Gobierno, Florido destacó como prioridad crear, con el concurso de países como México, Chile y Paraguay, «condiciones electorales» justas para concurrir con garantías a los comicios presidenciales previstos para 2018.
La MUD ha insistido en las últimas semanas en la necesidad de lograr un cambio en el Consejo Electoral después de señalar graves irregularidades y presentar pruebas de fraude en las elecciones a gobernadores regionales del 15 de octubre que el chavismo ganó en 18 de los 23 estados.
Entre las demandas de la oposición en estas conversaciones estarán una vez más la liberación de los que considera «presos políticos», la apertura de un canal humanitario y la restitución de los poderes del Parlamento.
El Parlamento fue despojado de sus funciones por varias sentencias del Tribunal Supremo después de la victoria por mayoría absoluta de la MUD en las elecciones legislativas de diciembre de 2015.
Y la Asamblea Nacional Constituyente, integrada solamente por oficialistas, le dio la puntilla en agosto al atribuirse sus competencias para legislar.
Según Florido, la decisión de volver a la mesa de negociación cuenta con el apoyo de «más de 104» de los 112 diputados que la MUD tiene en el Parlamento y fue avalada por todos los partidos opositores representados en el Legislativo, incluido el movimiento Vente Venezuela, de la exdiputada María Corina Machado.
Florido, dirigente de VP -partido fundado y liderado por Leopoldo López, que sigue en arresto domiciliario tras más de 3 años detenido-, hizo esta afirmación después de que Machado criticara el diálogo con el que el Gobierno busca, a su juicio, «embaucar» al Parlamento.
Según la exdiputada, el oficialismo ofrece negociar la renovación del Consejo Electoral -cuyos actuales rectores son acusados de servir al Gobierno- «sin perder el control» sobre este ente, a cambio de que el Parlamento apruebe la refinanciación de la deuda externa que pretende llevar a cabo el presidente Nicolás Maduro.
Vente Venezuela ha desmentido a Florido y ha negado haber aprobado la negociación.
A su postura contraria a regresar al diálogo se han sumado otros dos partidos de la MUD, Alianza Bravo Pueblo (ABP), del alcalde caraqueño Antonio Ledezma (también bajo arresto domiciliario y considerado por Amnistía Internacional un preso político al igual que López), y La Causa R, de Andrés Velásquez.
«Insisten en tomar decisiones sin consultar! (…) No nos prestamos a esos juegos!», escribió en Twitter el diputado del partido de Ledezma Richard Blanco.
Velásquez, que presentó pruebas del supuesto fraude electoral que le habría quitado la gobernación del estado sureño de Bolívar, también dijo que no fue consultado.
El inicio de las negociaciones fue confirmado por el flamante ministro de Información, Jorge Rodríguez, con un mensaje en la red social en el que se refería a Florido como portavoz de la «derecha» -pese a que VP forma parte de la Internacional Socialista- y anunciaba el 15 de noviembre como fecha de arranque del diálogo.
En las negociaciones que empezarán el próximo miércoles puede estar una vez más el expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, pese a haber sido tachado en el pasado de «agente de Maduro» por algunos líderes de la MUD.
Preguntado por su posible presencia, Florido respondió que Zapatero ha asistido siempre como mediador a estos procesos hasta ahora fallidos y la oposición no va a «objetar» que continúe participando.]]>