«La economía brasileña es hoy más fuerte, más sólida y resistente que hace algunos años atrás. Somos capaces de superar las actuales dificultades y avanzar en nuestro camino hacia el desarrollo», afirmó la mandataria, primera líder mundial en hablar en la gran cita de Naciones Unidas en Nueva York.
Rousseff indicó que su país se encuentra en un «momento de transición a otro ciclo de expansión económica».
Golpeado por la peor crisis económica en años, con el real en su valor más bajo de la historia, el gobierno de Rousseff se ha visto afectado por graves casos de corrupción como el de la petrolera estatal Petrobras.
«El gobierno y la sociedad de Brasil no toleran ni tolerarán la corrupción. Los brasileños queremos un país en el que la ley sea el límite», sostuvo en ese sentido.