Investigación

Guerra a muerte en la Asamblea Nacional

Las próximas elecciones serán clave para el futuro del país. En serio. Lo mismo se ha dicho de todas y cada una de las innumerables votaciones que se han sucedido a lo largo de estos 16 años de revolución. Sin embargo, con el petróleo cayendo y la crisis económica mostrando sus fauces, queda claro que en 2015 estará en juego mucho más que la Asamblea Nacional

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El presidente Nicolás Maduro lo sabe. “Para que Venezuela siga en paz y democracia, necesitamos una gran victoria electoral en las elecciones parlamentarias de 2015”, expresó el Jefe de Estado el domingo 23 de noviembre antes de sufragar en el proceso de selección de los 3.988 jefes de Círculos de Luchas Populares y del Buen Vivir del Partido Socialista Unido de Venezuela.

Maduro volvió sobre el tema el 10 de diciembre en Barinas. Flanqueado por el gobernador de esa entidad, Adán Chávez, el mandatario vaticinó un escenario apocalíptico en caso de que sus rivales asuman el control de la Cámara. “No tendríamos presupuesto, se acabaría la Misión Vivienda, la Misión en Amor Mayor, no habría recursos ni para pagar sueldos y salarios, se acabarían los recursos para el poder popular”, alertó el líder del chavismo, que recordó a sus huestes: “debemos incrementar la mayoría de diputados para garantizar leyes y recursos para las misiones”.

En el campo de la oposición, también sobran las declaraciones públicas que subrayan la importancia de estos comicios. Pero quien mejor lo ilustró fue un dirigente de la Mesa de la Unidad Democrática, que al preguntarle su opinión sobre el desafío de 2015 respondió: “Es la última bala de plata que nos queda. Es ahora o quién sabe”.

En un documento que presentó al país el 28 de agosto, Primero Justicia llamó a “arrasar” en las próximas votaciones para, desde el Poder Legislativo, aprobar “las reformas constitucionales para recortar el periodo presidencial de Nicolás Maduro”. Nada más y nada menos.

Al rojo vivo

El PSUV ya está en campaña. El proceso de renovación interna, que debe concluir en enero de 2015 con el remozamiento de su Dirección Nacional, sirve para activar a su tropa con la mira puesta en la AN.

Durante su participación en el I Taller para el Diseño del Sistema de Formación de la organización roja, celebrado el 1 de septiembre de 2014, Maduro enfatizó: “es sumamente importante, no lo descuidemos, mantengámonos en primera fila, seguir aceitando y manteniendo la maquinaria electoral que dará las victorias al país y garantizará la paz”.

El 31 de julio, en el cierre del III Congreso del PSUV, el Presidente elevó a rango de vicepresidencia la que hasta el momento era la coordinación de Propaganda, Agitación y Comunicación del partido, colocando al frente de la misma a Ernesto Villegas.

Luego de asumir esta responsabilidad, Villegas admitió que procuraban superar las diferencias internas y trabajar con “rigurosidad y disciplina” en la transmisión del mensaje chavista. De esta forma, junto con el enorme aparataje propagandístico del Gobierno nacional, ahora los rojos afinan sus brigadas proselitistas para la batalla cuerpo a cuerpo en los 335 municipios venezolanos.

Al margen de la movilización de su base, al PSUV le preocupa la cohesión de su militancia. “Debemos eliminar de una vez y para siempre los grupitos. Los grupitos le han hecho daño a la revolución bolivariana, aquí lo único que tiene que haber es el grupo del comandante Chávez”, declaró el primer vicepresidente de la organización, Diosdado Cabello, el 3 de julio en un acto en Apure.

Cabello, quien ha sido identificado como jefe de uno de esos “grupitos”, exigió desterrar los chismes y la intriga. Con la herida abierta por las cartas de los ex ministros Jorge Giordani y Héctor Navarro, el capitán demandó el fin del “sectarismo” y lamentó que “la derecha ataca y agarra opiniones de personas ligadas a la revolución y las expone como si fuera un triunfo de ellos”.

El vicepresidente de organización y asuntos electorales, Francisco Ameliach, fue un poco más allá el 12 de noviembre, cuando a través de su cuenta Twitter emitió el siguiente trino: “El militante que esté fomentando la desunión debe ser denunciado a través de: [email protected], y vía Sms al 0416-9425792”.

Antes de emprender esta nueva gira internacional que le llevará a Rusia, China y países de la OPEP, Maduro anunció que el PSUV celebrará elecciones primarias con el fin de escoger a sus abanderados para las parlamentarias.

La convocatoria a esa competencia interna puede generar un enfrentamiento entre buena parte de los gobernadores y los diputados oficialistas, afirman las fuentes consultadas. En algunos casos, las fricciones tienen su origen en que los parlamentarios —elegidos en 2010— no responden a la línea de los mandatarios regionales que llegaron a sus despachos en 2012.

Los legisladores rojos en funciones pueden verse en el espejo de sus antecesores. En 2010, el chavismo realizó unas primarias para la AN. En aquella oportunidad, se postularon 106 representantes que anhelaban continuar y solo 16 resultaron favorecidos por las bases como candidatos principales y otros 12 como suplentes.

Maduro indicó que “hemos hecho un diseño para que el 50% —de sus candidatos— sean mujeres”, mientras ratificó su deseo de que la mitad de los aspirantes sean jóvenes menores de 30 años. El promedio de edad de la bancada roja en la actualidad, sumando principales y suplentes, alcanza los 51 años. De los 176 representantes del PSUV —95 principales y 81 suplentes—, solo tres tienen 30 años o menos y la mayoría —59 asambleístas— se ubica entre 51 y 60 años de edad.

El reto del PSUV será mantener amalgamada a sus filas, pese a los choques que posiblemente se producirán en el marco de la renovación de sus autoridades y la selección de los abanderados para las elecciones legislativas.

Dos caminos

En la Mesa de la Unidad Democrática lo repiten como un mantra: consenso donde sea posible, primarias donde sea necesario. Los partidos estarían dispuestos aplicar la fórmula que ya emplearon cuatro años atrás para sellar candidaturas únicas en todos los circuitos del país.

“Un grupo de quienes participamos en las comisiones de primarias en 2010, ajustamos el reglamento, los instructivos y el cronograma, y entregamos ese material a ‘Chuo’ —Jesús Torrealba, secretario ejecutivo de la MUD— para que no haya retrasos en ese aspecto”, comenta una fuente. De acuerdo con este dirigente, la preparación de las primarias se llevaría unos cinco meses.

Mientras ultiman los detalles del pacto electoral, cada uno mueve sus piezas. El gobernador del estado Lara, Henri Falcón, se acerca a su colega de Amazonas, Liborio Guarulla, y también pone en marcha un acuerdo con Un Nuevo Tiempo. Voluntad Popular, promotor de la Asamblea Nacional Constituyente, adopta una posición más “pragmática” o “racional” —al decir de ciertos observadores. Primero Justicia y Acción Democrática mantienen sus “coincidencias tácticas”. Y, en general, todos buscan su espacio en la futura AN.

Más allá de los grupos que compiten en el seno de la MUD y las tensiones generadas por la estrategia de “La Salida”, un líder destacado de la alianza cree que la discusión real se centra en dos tesis diametralmente opuestas: la sobrevivencia y la visión de poder. La primera habría marcado el transitar de la Unidad prácticamente desde su nacimiento, al tiempo que la segunda tendría que signar el nuevo rumbo de quienes se autodefinen como la alternativa al chavismo.

“Hasta la fecha, se impone la teoría de la sobrevivencia”, expone con preocupación este portavoz de la Unidad. ¿Y en qué consiste esa supuesta “teoría”? De acuerdo con este experimentado político, se trataría de que los partidos se dedican a proteger a sus “cuadros fundamentales” colocándolos en los circuitos “fáciles” para asegurarles su presencia en la próxima AN. “Es ver el cuadro pequeño, pensando en la sobrevivencia y no en la gran lucha por el poder que se avecina”, añade para completar su explicación.

La otra tesis, la de la lucha por el poder nacional, obligaría a los partidos a abrirse a otros sectores de la sociedad e incluir en sus listas de aspirantes a la AN a figuras distintas, con la finalidad de socavar las bases chavistas. “En su tiempo, Rómulo Betancourt promovió figuras como Rómulo Gallegos y Andrés Eloy Blanco, consciente de la importancia de observar el panorama nacional. A su manera, Hugo Chávez hizo lo mismo incorporando en sus planchas a personajes tan distintos como Elio Gómez Grillo y Reyna Lucero. La idea es ampliar la base de apoyo y sumar fichas que llamen la atención de ese país que está desmotivado o frustrado”, argumenta.

En el fondo, la inquietud de este veterano dirigente de la oposición se basa en una premisa tan precisa como contundente: en las elecciones parlamentarias de 2015 lo que estará en juego es el poder en Venezuela.

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