El 17 de junio la diseñadora Andrea Gómez presentó su más reciente colección de verano. El zapato pasa a ser el accesorio protagonista del look de la mujer, sobre todo mientras el sol del 2015 está de testigo. Sandalias bajas, botines, stilettos, plataformas, espadrillas son algunos de los diseños que deslucen a toda mujer que entre a su tienda
Desde sus comienzos Andrea Gómez ha tenido al arte y diseño como musa. Este 2015 presenta una nueva colección de Verano marcada por modelos coloridos y deportivos. «Busco que la mujer del día a día no necesite unos tacones para verse bella y elegante» comentó la diseñadora para Clímax.
Esta colección, presentada este 17 de Junio en el Altamira Village, se diferencia de las anteriores por sus líneas y curvas. También por los diseños veraniegos, que abarcan desde sandalias bajas, botines, stilettos, plataformas, espadrillas y una gran variedad de zapatos con la vanguardista suela de goma. Sus colores naturalmente se dividen en dos tendencias: unos muy vibrantes y otros extremadamente románticos.
Pero hay más. Cueros metalizados y patentes, gamuza, texturizados de culebra, decoran la colección. Cada uno de los modelos se elaboró en España. Asegura Gómez: «los hacemos allá porque el país se caracteriza por su calidad y excelencia en la industria manufacturera. Al final lo que queremos es mantener los estándares de la marca». La mezcla de tonalidades son para cualquier gusto. Quienes deseen estar cómodas y quienes quieran ir por lo alto. Tacones de colores estremecedores dan la categoría.
Ratos de desconexión llevando la moda más allá, generando contenido de interés e innovando comunicacionalmente, así son los Ushuva Talks by Marina Taylhardat
Tras su paso por la unidad de cuidados intensivos, el español Javier Lara hoy se encuentra curado del coronavirus. Todavía no sabe cómo pudo haberse infectado, pero el miedo de aquellos días no lo olvida. Ser víctima de la pandemia le hizo experimentar la incertidumbre más grande que haya sentido en toda su vida
Lía Alemán vive con su mamá y sus hijos en España, trabaja en un supermercado y el constante contacto con los demás la mantiene preocupada por el riesgo de infectarse e infectar a los suyos. Por estos días, usando tapabocas de tela y antibacterial casero, la fe se convierte en esperanza para ella, que siente la presión de una familia en cuarentena bajo sus hombros
