Cultura

7 estados de ánimo descritos en las canciones de Yordano

Es uno de los artistas preferidos por los venezolanos y uno de los más queridos por sus colegas. Este 27 de octubre cumple 65 años y en El Estímulo le rendimos un homenaje, demostrando la universalidad de sus letras.

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Giordano Di Marzo Migani nació en Roma, un 27 de otubre de 1951, pero a los 12 años llegó a Venezuela. Arquitecto de profesión y hermano del también cantautor Evio Di Marzo, ha dejado impecables piezas en la historia musical de Venezuela. De la balada a la crítica social, las letras de Yordano, como se le conoce en el medio, funcionan perfectamente para explicar lo que el corazón nos dicta, pero que cuesta verbalizar. Aquí unos cuantos ejemplos.

1- Amor:

A donde crees que te vas a esconder
si ni un fantasma no se puede escapar
a donde crees que te vas a subir
si no hay montaña que no pueda escalar… 

y tu y yo
y tu y yo
y tu y yo
estamos locos de amor…

¿Qué mayor prueba de que esta es la canción de amor por excelencia si aparecen María Alejandra Martín y Yordano en el video? Locos de amor es el cuarto track de «Lunas» (1988). La portada es realmente bonita, con la Y de Yordano en forma de luna. El riff de la guitarra y el coro contagian. Es imposible no reír mientras la escuchas, además es un tema perfecto para cantarlo en pareja, en el carro o en la sala de la casa. Cuando suena «a dónde crees que te vas a esconder si de un fantasma no se puede escapar», viene a la mente la introducción de Willie Colón: «Yo creo en muchas cosas que no he visto, y ustedes también, lo sé», primer sencillo del disco que se llama precisamente «Fantasmas».

2- Tristeza:

Me tiro a la calle a caminar esta tristeza 
quiero perderla entre la gente atravesando soledes 
para dejar que corra libre un manantial de corazón 
voy a dejar que corra libre un manantial de corazón.

Manantial de Corazón nos presenta la pluma afilada del cantante. Aquí está la combinación: un arreglo con mucho jazz latino y un video estupendo, que hoy puede causar risa, pero que en 1985 fue todo un suceso. Es el séptimo tema de «Yordano», segundo disco como solista del cantante; un éxito rotundo pues casi todas piezas rodaron en las radios venezolanas. No había casa venezolana en la que no estuviera el vinil negro, con la cara del cantante y su nombre en azul. El disco fue editado en 1984, bajo el sello Polydor. De esta producción sonaron En aquel lugar secreto, Otra cara bonitaHoy vamos a salir… En fin, un clásico de la música venezolana.

Ojo al video que marcaba tendencia en los 80s; el humo londinens y las dobles de Madonna. La historia es un poco extraña,  muere la protagonista, bajo la mirada fisgona de Yordano. Un director creativo, muy creativo, firma el guión y el director deja una huella testimonial de cómo era el fashion de la época.

3- Despecho: 

No queda nada 
de las palabras 
que nos dijimos 
de todo el tiempo 
que nos dimos 

No queda nada 
de nuestro amor y 
tu siempre igual 
con esa forma de mirar 
que hace temblar 
con solo verte se me va 
el corazón 
y nada queda en su lugar

No queda nada es el cuarto track de Yordano.

4- Impotencia:

Y los que andan de cuello blanco son los peores 
porque además de quemarte se hacen llamar señores 
tienen amigos en altos cargos muy influyentes

y hay algunos que hasta se lanzan pa’ presidente.

Por estas calles fue el segundo sencillo del disco «De sol a sol», que editó Sonográfica en 1992. No fue una producción memorable, pero el tema duró más en la radio que la novela en la televisión. Capitaliza un sentimiento generalizado de los 90’s: los políticos venezolanos eran corruptos y el pueblo, impotente, lo sufría. Estaría en ese malestar, el germen de un cambio que se inició con el Caracazo, continuó con los intentos de golpes de Estado, por parte de Hugo Chávez Frías, la destitución de Carlos Andrés Perez por «malversación de fondos públicos». Famasloop y Chino y Nacho han realizado versiones de este tema. Por supuesto, no ha perdido actualidad.

5- Esperanza: 

Que gran alegría y ganas de vivir
Por toda la calle se escuchar el cantar
Las voces que nadie puede callar
Algo bueno tiene que pasar.

Algo bueno tiene que pasar es el tercer sencillo de «Yordano». Se trata de una canción muy cándida (el coro puede resultar reiterativo), con arreglos pegajosos, en la que se narra el anhelo de que algo podría cambiar. Un año antes había sucedido el «Viernes negro», la mayor depreciación del bolívar ante el dólar. El fin del «Tá barato dame dos». Actualmente es un himno para la oposición venezolana. 

6- Deseo (o cuando quieres matar el verano)

Mis manos saben lo que hacen
mi lengua no tiene rival
dime que quieres que te haga
yo se de mil calles
y todas llevan al mismo lugar
La cama todavia caliente
¿quien sabe cuantos habra?
y en menos de cinco minutos
dejo mi aliento en un cuerpo cansado
de tanto rodar.

Perla negra es Giordano. Sí, así con G. Bajo ese nombre firmó su primer trabajo individual que se titulaba «Negocios riesgosos», editado en 1982. El disco original es precioso, aunque luego tuvo una segunda edición, eliminándose algunas canciones en italiano. Temas como Vivir en Caracas, Triste historia (Caballos Salvajes) y la genial Pasapoga, pertenecen a este trabajo. La historia es conocida, sobre las chicas que entonces iban de Pinto a Miseria y con las que no hubo despedidas ni flores. Al final se trata de una noche de sexo pura y ruda, que se consume en menos de cinco minutos. Bien podría ser un triste blues de New Orleans. Lo curioso fue que las mujeres la acogieron como una balada romántica.

7- Orgullo

Las amigas dicen que estas cambiada
que se ve tristeza en tu mirada
que te quedas callada cuando me nombran
eres solo una sombra y te digo que:
No voy a mover un dedo
Tu te lo buscaste why te equivocaste
y te digo que:
No voy a mover un dedo
Por tu maldito orgullo
yo no quiero nada tuyo, ni tu amor.

No voy a mover un dedo es el track 8 de «Yordano». Narra la historia del que de termina con una chica, le cuentan que se puso más buena que un pan de jamón en la Venezuela actual y aún cree que sigue pendiente con él. Realmente se consuela pensando en que si viene a pedir cacao, no va a mover un dedo. Paradójicamente, es él quien la acusa de orgullosa.

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