Por lo menos hasta el pasado domingo, Tigres de Aragua era la franquicia más antipática del beisbol venezolano. Hasta el uniforme de home club, que no se sabe si es un estampado militar o de animal print (o ambas cosas a la vez), se ve horrible. Es un equipo descaradamente construido a punta de dólares preferenciales a 6,30 e importados recién bajados del avión, con muy pocos peloteros que sirvan de referencia hasta para su propia afición.Alberto Callaspo, que abandonó ignominiosamente la manada y ahora vuelve arrepentido, bueno… es quizás lo más parecido a un corroncho en toda nuestra pelota.
Gracias a Dios ya se acabaron los tres juegos en el estadio de Maracay, cuyo audio interno con sonidos felinos se convierte en una tortura hasta para los que lo miran por TV. Están a un triunfo de ganarle la final a Magallanes, que más que una novena de beisbol es un sentimiento nacional (la serie se reanuda hoy con el sexto juego en Valencia a las 7:30 pm).
Así han construido su épica los seis veces campeones entre 2004 y 2012, una dinastía alguna vez encabezada por el áspero manager Buddy Bailey de la que hoy solo sobrevive un suplente (el utility Alex Núñez), que estuvieron a tres outs de quedar abajo 0-3 en la serie hasta que le conectaron cuatro hits seguidos al estelar apagafuegos magallanero Hassan Pena el pasado domingo:
-La pegaron por el techo con los refuerzos. Carlos Sánchez, prestado de Tiburones, aún no ha bateado en las Grandes Ligas con los Medias Blancas (acumulado de .229/.268/.321), pero para una final de la LVBP luce sobrado: 8 hits y 6 impulsadas contra Magallanes. Como “el mío” alrededor de la segunda almohadilla tiene al shortstop Juniel Querecuto (tomado de Cardenales), que además ha estado brillante con el guante mientras Magallanes ha tenido que usar hasta tres campocortos distintos por las lesiones y otras desgracias. Sánchez y Querecuto apenas cumplirán los 24 años en 2016.
-Cinco ambidextros en el lineup. Sánchez y Querecuto, además, batean en ambos lados del planto, al igual que Sandy León, Luis Ugueto y Callaspo, lo que le saca la piedra bastante al manager magallanero Carlos García y su manejo del cuerpo de lanzadores.
-Gerencia pilas. La directiva de Tigres ha sido tan viva que se va a morir de última, no solo con el manejo de los importados agarrados de otras ligas regionales, sino con los refuerzos. Se les lesionaron Ildemaro Vargas y Carlos Rivero (traídos de Cardenales) y los reemplazaron con… Sánchez y Querecuto.
-Los Imposibles. No, no es el libro de Leonardo Padrón que siempre resuelve un regalo de Navidad. Así podría llamarse el equipo que ha terminado presentando Tigres en esta final. Para el juego del domingo, Aragua era un deslave: no contaba con el manager Eduardo Pérez (suspendido), al cuarto bate mexicano Jorge Vázquez se le murió el papá, Callaspo agarró sus peroles porque lo habían borrado del lineup abridor, los Mellizos le prohibieron seguir jugando a Eduardo Escobar, etcétera. Parecía imposible que el ex cátcher magallanero Clemente Álvarez dirigiera en una final contra… Magallanes. Parecía imposible que Luis Enrique Ugueto, un veterano utility suplente de 36 años que tiene muchos más robos que jonrones en su carrera en la LVBP (81 contra 15), terminara ocupando una posición tan crucial como la de primera base. Y así. El dominicano Alfredo Marte, por ejemplo, se ha convertido en un cuarto bate ideal. Teodoro Martínez, uno de los hijos del Café, estuvo a un e-mail de ser cambiado a las Águilas y ahora es el primer bate.
-Viejos pero buenos. Cuando todo se veía muy feo para Tigres, Freddy García (39 años), el mexicano José Oyervides (33 años) y el estadounidense Austin Bibens-Dirkx (30 años) lanzaron tres aperturas muy buenas (un total de 15,2 innings y 4 carreras permitidas) y le dieron descanso al bullpen de Aragua, que quizás ahora luce más crecido que el muy famoso cuerpo de relevistas del Magallanes, con Tony Peña, Johan Yan, Ronald Belisario y compañía.
-Hernán Pérez está despertando. El grandeliga de los Cerveceros de Milwaukee lleva de 8-4 en los dos últimos juegos, y aunque está bateando de séptimo debido a su reciente slump, ya está asomando su muy sexy combinación de fuerza con el bate y velocidad en las bases en la final.
-A Magallanes todo le ha salido horrible. Se lesionó Ronny Cedeño en una acción de rutina (correr hacia primera base). Casi de manera idéntica, el lunes se lesionó Luis Rodríguez, que en algún momento pintaba como el MVP inamovible del Magallanes campeón (8 empujadas). Se derrumbaron los abridores Orlando Lara y Joely Rodríguez. Se apagó el bate de Frank Díaz y ahora tienen dos outs automáticos en el lineup (Juan Apodaca y Sammy Díaz). A pesar de su éxito en la a veces engañosa estadística de los salvados (25 en toda la temporada), el cerrador cubano Hassan Pena no había sido demasiado dominante (solo 29 ponches en 37,2 innings) y se intuía que en algún momento le harían daño. Pero el derrumbe llegó justo en un momento crucial de la final.