«A pesar de haber sido apoyado en elecciones, ese apoyo no lo comparten todos. Por eso pongo mi renuncia a disposición de los dirigentes del mundo. Tomo esta decisión de renunciar para limpiar la imagen de la FIFA. La FIFA necesita una profunda reestructuración», aseguró Blatter.
Blatter fue elegido presidente electo el pasado viernes 29 de mayo dos días después de la detención de siete altos cargos de la FIFA en Suiza a petición de la justicia de Estados Unidos, que solicitó su extradición para juzgarlos por presunta corrupción.
El todavía presidente de la FIFA aseguró que seguirá en el cargo hasta que se celebre un nuevo congreso, que todavía no tiene fecha, y en el que se decidirá el nombre del nuevo mandatario de la institución internacional.
«Aunque los miembros de la FIFA me reeligieron presidente, parece ser que este lunes no fui apoyado por todo el mundo del fútbol, aquellos que inspiran la vida en el fútbol como hacemos en FIFA. Esto es por lo que convocaré un congreso extraordinario y pondré a disposición mi cargo, que va a ser cubierto lo más rápido posible y un nuevo presidente será elegido para sucederme», afirmó.
También indicó que «aprecia y adora» la FIFA más que «otra cosa» y explicó haber tomado la decisión porque quiere «hacer» lo mejor para el organismo del que acaba de dimitir.
Blatter declaró que espera que el congreso extraordinario se celebré en «un corto plazo de tiempo» y dejó claro que no se presentará a las elecciones. «Se preparará con el tiempo suficiente para que los candidatos deseosos de presentarse puedan hacer sus campañas», apuntó.
«El próximo congreso ordinario de la FIFA tendrá lugar el 13 de mayo de 2016 en Ciudad de México. Esto crearía un innecesario retraso y instaré al Comité Ejecutivo a que organice un Congreso Extraordinario para la designación de mi sucesor lo más pronto posible», aclaró.
Asimismo, tras leer un breve comunicado que no superó los diez minutos y tras el que no se admitieron preguntas de la prensa, recordó las reformas que está acometiendo la FIFA en el mundo del fútbol e hizo autocrítica del último escándalo que afectó a la institución internacional.
«Durante muchos años, hemos llevado acabo la introducción de reformas administrativas. Por supuesto, estas reformas deben continuar hasta que sean eficaces», comentó.
«No tenemos control sobre los representantes de las Confederaciones, pero sus acciones, por supuesto, están bajo la responsabilidad de la FIFA. Aquí necesitamos un cambio estructural y de naturaleza profunda», agregó.
Por último, lanzó un mensaje final para las personas y cargos que le apoyaron mientras ocupó la presidencia de la FIFA: «Quiero agradecer a todos aquellos que siempre me están apoyando de forma leal y constructiva como presidente de FIFA y a todos los que han hecho tanto por FIFA», indicó.
Blatter dice adiós al cargo después de acceder a él el 8 de junio de 1998. En total, ha sumado 17 años al frente de la FIFA y su última elección, el viernes pasado, fue muy polémica por la detención solo dos días antes de siete cargos del organismo que presidía acusados de corrupción.
Pese a ello, decidió seguir adelante con las elecciones y ganó al otro candidato, el jordano Ali bin Al Hussein, por 133 votos contra 73. Después de proclamarse presidente declaró que la FIFA no necesitaba una «revolución» y sí una «evolución».
«Me hacen responsable de esta tormenta. De acuerdo. Asumo la responsabilidad y estoy dispuesto a seguir adelante. Los delitos cometidos se centran en América del Norte y del Sur. Nos vemos afectados porque las personas detenidas ocupaban cargos en la organización, pero la FIFA no tiene un papel directo», dijo entonces.
Ahora, solo tres días después de anunciar que seguiría presidiendo la FIFA a sus 79 años, decidió, por sorpresa, dejar el cargo de una institución que, en un espacio de tiempo todavía indeterminado, tendrá un nuevo nombre en el cargó más importante del mundo del fútbol.