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Vinotinto: Todo no es suficiente

La Vinotinto luchó hasta el final pero los errores propios y el oficio del rival impidieron el pase a cuartos de final. A la bravura y la garra que caracterizan a nuestros futbolistas le sigue faltando el juego, ese que realmente es necesario para llegar a los puestos que aún vemos de lejos.

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(Andres Stapff/Reuters)

Más allá de la eliminación, la sensación general es de aprobación al esfuerzo de los futbolistas. Los últimos minutos ante Brasil fueron tan emocionantes que corremos el riesgo de no ver lo que debemos sino lo que queremos: a este equipo le hace falta traducir sus acciones en disparos al arco o en situaciones reales de peligro. No es nada nuevo, es un mal que aqueja a este grupo de futbolistas desde la etapa de César Farías, en la que se sacó mucho rendimiento de una de las fases del juego -la pelota parada- que menos se puede planificar, y al juego asociado se le dejó lado como si no hiciese falta.

Noel Sanvicente no se marcha contento de este torneo. Su carrera como entrenador demuestra que este grupo aún no le pertenece, pero sí marcha por el camino correcto hacia una conversión, aquella que lo transforme en un equipo más jugador, más protagonista y menos reaccionario. Es el camino elegido por el técnico y aceptado por la gran mayoría de estos jugadores y algunos que se quedaron fuera. Pero los grandes cambios necesitan de tiempo y paciencia, valores que no tengo claro que existan en el fútbol.

Si en los dos primeros partidos Venezuela apenas disparó 10 veces, ante el gigante amazónico se igualó esa cifra en apenas 90 minutos, estadística que seguramente es hija de la ansiedad final, pero también de la aceptación del modelo de juego que propone el director técnico. Lo que atenta en contra de la continuidad de ese desarrollo es la pausa que ahora tendrá la selección y el largo período de tiempo que pasará hasta que se vuelvan a encontrar. De todas maneras, el aumento en la finalización de las jugadas es un dato que invita al optimismo, ya que además de los que viajaron a Chile, la Vinotinto cuenta con otros jugadores como Mario Rondón, Christian Santos, Yohandry Orozco, Rómulo Otero y hasta Jeffren Suárez, que poseen entre sus principales virtudes la llegada al arco contrario.

Le decía que Sanvicente no está contento, pero tampoco tiene tiempo que perder. Hay una base importante que viene trabajando hace tiempo con la camiseta nacional pero también hay futbolistas que parece que irán dejando su lugar, tal es el caso de Juan Arango, a quien el paso del tiempo no le hará una excepción. El premundial sudamericano es el evento futbolístico más antinatura de todos, ya que entre fecha y fecha puede haber hasta 6 meses de inactividad, lo que obliga a que la toma de decisiones en cuanto a futbolistas deba ser inmediata. El caso del capitán no es el único pero sí el más conocido por su jerarquía y la inexistencia de un substituto natural.

El regreso al país debe estar acompañado de una agenda ya definida, en la que reaparezcan los módulos de trabajo. Además, y desde este instante, Sanvicente y su cuerpo técnico deben pelear con la FVF para que no se repita jamás el absurdo de no contratar partidos amistosos. No se puede permitir ese retorno a viejos escenarios, y sí esa es la forma de actuar del organismo -que sufre una guerra interna por el poder al mejor estilo de cualquier novela de Dan Brown-, entonces Noel está en la obligación de hablarle claro al país y replantearse su continuidad. De nada sirve tanta dedicación si, amparados bajo el pretexto del arresto de Rafael Esquivel, en la Federación se dedican a vacacionar y pelearse cual niños malcriados por el sillón presidencial.

Oscar Washington Tabárez contaba hace un par de días una anécdota con Marcelo Bielsa:

“Cuando en el primer partido de una Copa Libertadores Newell´s perdió 0-6 con San Lorenzo, hablé con Bielsa y me dijo: ‘De las derrotas se aprende, ahora podré hacer lo que pensaba y no me atrevía’. A partir de ahí empezó a jugar con tres defensores y trabajar en el estilo que fue imponiendo».

Esta pronta eliminación puede convertirse en el punto de partida para que Noel sea Noel y deje de lado algunas dudas que quizá frenen el avance de la selección. Ya no basta con dejarse la piel y pelear con el cuchillo entre los dientes; hace falta algo más, un plus, algo del juego que estos futbolistas y los que no viajaron pueden ofrecer. Ha llegado el momento de que todos, desde el entrenador hasta el más joven den un paso al frente, porque como expreso en el título de estas líneas, ese todo ya no es suficiente.

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