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¿Cuál es el chance del baloncesto venezolano en los Juegos Olímpicos?

Acontecimientos como la clasificación de la selección nacional de baloncesto a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro están cargados de rareza. Venezuela consiguió su boleto a la máxima competencia de manera inesperada y luego de que se combinaran una serie de factores que no necesariamente tienen que ver con la casualidad.

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Fotografía: AVN

Por Jesús Milano (@Milanojesus)

Durante el FIBA Américas que se llevó a cabo en México el año pasado, el equipo comandado por el argentino Néstor «Che» García sorprendió al mundo al titularse y conseguir el ansiado pase luego de transitar por un agreste terreno que supieron sortear con el aplomo que el caso requería.

El éxito del equipo fue un campanazo conseguido luego de varias amenazas en torneos de clasificación mundialista y olímpica. Desde 2013, la preparación criolla ha sufrido cambios notables y la concentración en Europa ha coincidido en la evidente alza del nivel de juego.

La buena planificación ha dado resultados casi inmediatos en un equipo que no estaba acostumbrado a prepararse de la manera en que lo hace hoy en día. Para el país, esta clasificación representa apenas la segunda en toda su historia, la primera fue en 1992. Pasaron más de dos décadas para volver a alcanzar la gloria en una demostración de que aquella primera hazaña fue un hecho aislado y no el resultado de un trabajo extenso por parte de los entes que regulan la disciplina. Por tal razón, el principal reto del baloncesto es no repetir la historia.

«La diferencia entre los años 91 y 92 y este trabajo que se viene haciendo desde 2013 es que estamos en presencia de una planificación increíble para nuestras selecciones nacionales. Sé que suena trillado pero ahí está la base de todo esto. El que planifica no juega, no dirige, pero ofrece todas las condiciones a los que si lo hacen. Creo que ahí está la diferencia, en la comodidad que tenemos hoy en día», asegura el director de selecciones nacionales, Oswaldo Narváez.

El fanático del baloncesto celebró la clasificación, una de las metas más complicadas de alcanzar para cualquier deporte de conjunto en Venezuela, pero ahora se pregunta de qué es capaz este equipo luego de haber llegado a Río de Janeiro.

«De entrada digo que vamos con humildad. Estamos conscientes de nuestras limitaciones físicas, pero el baloncesto es un juego de iguales y lo demostramos en México. Ojalá podamos obtener victorias allá, pero lo importante es que estamos en el puesto 22 en el ranking FIBA y ahora estamos entre las 12 clasificacadas. Lo que sí puedo decir es que una competición dura, los rivales son duros, pero la idea es seguir dando ese salto de calidad», prosiguió Narváez.

Pero más allá del plan de preparación, quienes deciden todo son los jugadores sobre el tabloncillo y ellos parecen estar en sintonía con los dirigentes en el hecho de hay que tener mucha humildad para afrontar el reto.

«No quiero crear falsas expectativas hablando sobre lo que podríamos hacer, lo importante es hacer un buen torneo así como hicimos en México. Queremos hacer un buen baloncesto y que los resultados vengan solos. Van a estar las mejores selecciones del mundo, pero si estamos ahí es por algo. No me conformo, yo no voy sólo a competir y sé que mis compañeros tampoco, es fundamental hacer un buen papel», aseguró el desequilibrante Heissler Guillent, quien se recupera de una rotura parcial en su tendón de aquiles.

«Nosotros queremos siempre ir más allá, lo demostramos en México. Nadie creía que podíamos clasificar y lo hicimos, nosotros sólo queremos mejorar y conseguir los mejores resultados, eso lo vamos a demostrar en Rio», agregó el alero Javinger Vargas.

La revolución del «Che»

Desde la era de Eric Musselman, Venezuela demostró el incremento en su nivel y en torneos internacionales lograron tener excelentes minutos, pero durante lapsos limitados y marcadores con grandes ventajas se desvanecían ante selecciones de buen nivel como República Dominicana o Argentina.

Néstor García es un objetivo que los fotógrafos aman ya que es material para portadas gracias a la chispa que imprime a sus pupilos. El nivel defensivo que el argentino consiguió en el plantel es clave, la rotación de balón a la hora de atacar también, pero todo queda en segundo plano cuando se analiza el aspecto psicológico y la influencia mental que ha tenido el coach en un grupo al cual le hace creer que pueden asesinar a un oso con sus propias manos y a las 24 horas los muchachos le entregan las garras del animal para su sala de trofeos.

«El «Che» es un psicólogo. Es increíble el papel que cumple como motivador del equipo y la manera en la que nos hace creer que todo es posible y nos permite saber de lo que en realidad somos capaces. Con el respeto de todos los grandes que han estado ahí, para mí García es el mejor técnico en la historia de nuestra selección», destacó el NBA venezolano Greivis Vásquez.

La influencia de García se ha puesto de manifiesto en varias ocasiones, pero la más notable fue en el juego que daba el cupo a Rio contra la Canadá de Andrew Wiggins y un total de nueve jugadores NBA. Con alrededor de tres minutos por jugar y 7 puntos abajo en el marcador, el «Che» pidió un tiempo en el cual la pizarra quedó a un lado y se inmortalizó la charla del técnico donde la frase «tres minutos para ir a unos Juegos Olímpicos» fue la protagonista y el origen de la posterior remontada de la mano de Guillent y Grégory Vargas.

 ¿Y Greivis?

Luego de que Greivis Vásquez se ausentara el año pasado por diferencias con la manera de trabajar de la federación, las opiniones sobre su participación en Río se cruzan. Mucha gente avala su jerarquía, mientras que buena parte no está de acuerdo con su ingreso.

El hecho es que Greivis está en Lituania con el equipo y fue invitado por la federación a unirse al proceso. Vásquez impactará, de manera positiva o negativa, pero lo hará. Es el NBA del grupo, un líder dentro y fuera de la cancha que tiene la aceptación del plantel.

«Aquí todos tienen espacio. Greivis puede venir a ganarse el puesto igual que todos nosotros porque esto es un juego de equipo. El plantel está contento con la incorporación de él y todos los que no pudieron estar en México» destacó hace un par de meses Grégory Vargas.

Además de Vásquez, jugadores como el pívot Grégory Echenique y el alero Luis Bethelmy, quienes no estuvieron el año pasado por lesión, tratarán de ganarse un cupo para la cita, lo cual podría darle otra dimensión al seleccionado criollo.

Trabajo a largo plazo

El puesto que alcance Venezuela en los Juegos Olímpicos, donde se medirá a grandes selecciones como Estados Unidos, China y Australia, va a ser meritorio, pero la intención del baloncesto es que el buen desempeño perdure en el tiempo.

«El trabajo bien hecho da beneficios, todo eso deriva en la concentración y las ganas de estar en el equipo. Estos muchachos se matan por estar en la selección nacional, algo que antes no sucedía. En años anteriores los jugadores ponían excusas o iban desganados, ahora se molestan si no son llamados, hay un sentido de pertenencia que desde la federación tenemos que encargarnos de que se mantenga. Debemos seguir haciendo las cosas bien y obteniendo resultados, no hablo de clasificar a los Juegos Olimpicos de Tokyo porque sabemos que eso es algo complejo, sino sostener el nivel competitivo durante mucho tiempo. Van a suceder cosas, pero tenemos que adaptarnos para conseguirlo», destacó Narváez.

Venezuela se codeará con los mejores y será un premio a su esfuerzo, pero lo vital será mantenerse en la nueva etapa del baloncesto mundial, la cual tendrá un cambio brusco y cuya clasificación mundialista se asemejará a la del fútbol.

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