Obviamente, con semejante empresa ante sí, ni Antonio Leal, ni César Aguirre, ni Víctor León, ni Johan Mora, ni Eliana Lugo ni Lizzie Asís pudieron ponerse “en guard” en el torneo individual, perdiendo los puntos que defendían del año pasado y con la perspectiva de que los equipos que ellos integran corran la misma suerte.
¿Pero por qué se dio el forfeit de la esgrima venezolana en el Panamericano, un torneo programado desde el año pasado en un país que desde hace más de cuatro años no tiene oficina consular en Venezuela?
La respuesta podría estar en la fecha en que los atletas que hacen vida en el país recibieron de la Federación que preside la ex tiradora y doble campeona en Juegos Panamericanos, Mariana González, las planillas para iniciar los trámites de visado. Fue recién el 11 de mayo, un mes antes del torneo, que los seleccionados obtuvieron de la FVE las formas que debían llenar para el envío a México de los recaudos. Luego había que esperar a que el servicio diplomático canadiense en ese país comprobara que los requisitos habían sido cumplidos de forma satisfactoria, y dar otro lapso para que los pasaportes con las visas selladas, enviados por servicios de correo privado, llegaran a Venezuela.
Eso ocurrió el lunes 12 de junio. El torneo comenzaba al día siguiente, con los tableaux individuales de espada femenina y florete masculino, pero el Ministerio de Juventud y Deporte emitió una combinación de vuelos que implicaba pasar por cuatro aeropuertos diferentes para llegar. La sablista Shia Rodríguez alcanzó por muy poco a sumarse a la competencia este miércoles 14 de junio. El resto (los cuatro floretistas y las dos espadistas) dio un forfeit que podría bloquearles la posibilidad de tirar el torneo por equipos.
De acuerdo con los procedimientos de la Federación Internacional de Esgrima, si un tirador no se presenta a última hora después de estar inscrito, sus rivales en las pooles (una fase de grupos de todos contra todos que sirve para generar la siembra y con ello los emparejamientos del torneo) obtienen una victoria 5-0. Eso no sucedió en el caso de Leal, Aguirre, León, Mora, Lugo y Asís, lo cual podría indicar que la presidenta González logró retirarlos a tiempo de la inscripción individual. Si ocurrió así, probablemente Venezuela se salvará de la multa que acarrea la no presentación, pero es muy posible que los atletas tampoco puedan ser reactivados para tirar los torneos por equipos, previstos para el viernes 16, de modo que el daño en términos de clasificación mundial sería mucho peor.
El país corría igualmente el riesgo de que cualquiera de los delegados del resto de las naciones participantes pidiera la presentación de una tarjeta negra contra los ausentes, por los perjuicios causados con el rediseño de las pooles, lo que hubiera acarreado su suspensión internacional por un año y una multa de 5000 dólares.
¿Quiénes se salvaron del forfeit? Obviamente los que sí estaban a tiempo para sus torneos, y los que hicieron el trámite de visado individualmente desde los países en los que se preparaban. Es el caso de los sablistas Milagros Pastrán, Jesús Carvajal y Abraham Rodríguez, que se preparan en Italia, y Alejandra Benítez y Patricia Contreras, que lo hacen en Francia, así como la floretista Geiglys Mendoza, el sablista José Félix Quintero y los espadistas Rubén, Francisco y Jesús Limardo, y Grabiel Lugo, todos de la Fundación Rubén Limardo, que hicieron el proceso desde su base de entrenamiento en Polonia.
No es la primera vez que Venezuela falta a un torneo internacional por el retiro de las oficinas consulares de Canadá. En 2013, el softbol juvenil femenino se vio sorprendido por la salida de la legación y no pudo asistir al Mundial. Insólitamente, dos años después, el mismo equipo en la misma categoría se perdía por segunda vez consecutiva la participación mundialista, en el mismo país y por la misma razón. Cuatro años después, la falta de un servicio diplomático de Canadá en Venezuela y la imprevisión ante una circunstancia que no es nueva, siguen pasando factura.]]>
