La primera parte que ofrecieron ambos equipos fue más que tediosa, con un Levante espeso en su juego, incapaz de hilvanar jugada alguna de peligro. Eso animó al Málaga, con un juego horizontal en los primeros minutos, que se convirtió poco a poco en dominador del duelo.
De hecho, los andaluces fueron los únicos capaces de generar ocasiones de gol. Avisó Ideyé con un flojo remate de cabeza y en el minuto 25 fue Chory quien dispuso de la mejor oportunidad del primer tiempo, tras un sensacional disparo que despejó Oier con muchos apuros.
El Levante, con su cerebro Campaña desaparecido del campo, jugó a arreones, sin cabeza alguna y se mostró inoperante en los metros finales. Tan solo dos remates a puerta, ninguno entre los tres palos, fue el paupérrimo bagaje ofensivo de los locales.
En el vestuario, Paco López le debió leer la cartilla a su equipo, porque el Levante salió con otro talante al terreno de juego. Los valencianos imprimieron un mayor ritmo a sus acciones y en apenas cinco minutos se acercaron con más peligro al área de Roberto que en toda la primera mitad.
Un disparo lejano de Campaña y una jugada de estrategia, en la que Coke no llegó cabecear a gol por centímetros, despertaron a la poblada grada del Ciutat de València. El Málaga no le perdía la cara al partido pero se mostró muy endeble en ataque.
El cuadro ‘granota’ aceleró de nuevo en el tramo final del partido y Roger pudo marcar el primero, pero el ariete local en su mano a mano con Roberto, no acertó con su autopase para librar la salida del meta y desaprovechó una magnífica oportunidad.
Apenas, un minuto después, tras un saque de esquina botado por Campaña, el balón se estrellaba en el larguero de la portería malacitana tras una mal despeje de la zaga andaluza.
Los minutos finales fueron un querer y no poder del Levante. Parecía que el partido iba a finalizar con el empate inicial, pero en la última jugada del encuentro, Morales centró al área donde Boateng remató a gol ante el delirio de la grada y las lágrimas del Málaga]]>