Deportes

Suramérica y el retroceso mundialista

Cuando bajó el telón de la Copa del Mundo Rusia 2018, Suramérica presumió de contar con cuatro de cinco naciones participantes en el torneo entre las 16 mejores ubicadas en la tabla

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Fotografía: AP

Al igual que en la Copa del Mundo de Brasil 2014, solo un país de la región cayó en fase de grupos, ahora con Perú como la única en quedarse en la mencionada instancia del torneo; sin embargo, y a diferencia del torneo previo, fueron más los lamentos que alegrías los que rondaron a dichos países.
Hoy se recuerdan más las constantes caídas de Neymar, los impredecibles planteamientos de la Argentina de Jorge Sampaoli y las lágrimas de James Rodríguez al perderse por lesión los octavos de final de Colombia.
Salvo la eterna lucha de Uruguay, queda la duda de cómo es el proceso de conformación de las selecciones suramericanas, la influencia de grandes figuras y el poder de las federaciones. Además, la eliminatoria Conmebol, muchas veces catalogada como la más fuerte y competitiva del planeta, hoy es refugio de combinados que llegan con un aire de favoritismo que se disipa en el camino.
A la región parece condenarla el fútbol mal manejado por aquellos dirigentes que ponderan un resultado a corto plazo, la creación de maniobras en pro del triunfo rápido, pero fugaz en comparación con la búsqueda de una idea que se implemente en las bases y que asegure regularidad en todas sus escalas.
La práctica que hoy profesa Inglaterra, donde sus garantes de desarrollo indicaron previo al Mundial de Rusia que este serviría como un evento de ensayo y error, pues están haciendo las labores pertinentes para darle mayor atención a Catar 2022 y Estados Unidos, México y Canadá 2026, es el modelo a seguir.
Lo propio puede aplicar para Francia, recientemente coronado.
Desde este lado del mundo siempre se ha aprovechado la fábrica de piezas originarias de Brasil y Argentina, pero antes de conformar una idea en los clubes y sistema de inferiores en las federaciones, estrechar la mano de agentes priva por encima de todo.
Jugadores de Colombia, Uruguay, Chile y Venezuela hoy son cada vez más partícipes en ligas extranjeras por el atractivo de sus piezas en otras ligas, pero la exportación de jugadores no es necesariamente sinónimo de éxito a nivel de selecciones.
Hoy, la élite del fútbol de selecciones se concentra en otros lugares. Hoy, Suramérica padece un mal común de priorizar un negocio por sobre la disciplina.]]>

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