Fue la última voz que se escuchó antes de que la pantalla de RCTV se pusiera negra. Hace 10 años dijo que el canal volvería “pronto”, y mantiene la esperanza. Desde Miami, Nelson Bustamante habla de su nuevo documental, hace un balance de su carrera y cuenta cómo ha tenido que reescribir su nombre, letra por letra, en otras tierras
El capítulo final de Radio Caracas Televisión (RCTV) rompió récord de audiencia. De cada 100 televisores encendidos, 98 estaban en sintonía del canal 2. Eran números históricos, era “el rating de la muerte”. Así lo bautizó el escritor Leonardo Padrón quien, a pesar de pertenecer a otra televisora, estuvo en la vigilia que hicieron los artistas y el personal de la planta antes de que su pantalla se fuera a negro.
Parecía una cosa imposible: el fin de un canal que era parte del día a día de los venezolanos. Uno estaba ahí y pensaba que quizás algo pasaría y la medida del gobierno de Hugo Chávez no se aplicaría. Pero no: el 27 de mayo de 2007, negado a renovar la concesión del canal, Chávez cortó la señal de RCTV y se libró de un feroz oponente. Luego caerían o se apaciguarían otros en esta prolongada era de censura y guerra contra los medios. Esa noche estuve en el canal y este fue el texto que escribí allí antes de ir a publicarlo en El Universal, otro medio de comunicación pulverizado por el chavismo. Esta fue la primera versión del texto, hecha en caliente. La publicada incluyó algunas otras cosas, unas palabras del entonces alcalde Capriles, por ejemplo. Pero eso se perdió porque el chavismo fantasma borró la memoria de El Universal en la web
El 4 de febrero de 1992 al entonces ministro de Información, Andrés Eloy Blanco, le tocó una jornada agitada y en primera línea: vio sangre, balazos y posibles conspiradores que luego se hicieron los locos. De eso y más -sí, de RCTV y de Ochoa Antich- habla en esta entrevista a 31 años del intento de golpe de Estado
Hemos vivido un retroceso democrático en la pantalla chica. Pasamos del control comercial que ejercieron otrora Venevisión y RCTV, antes de la llegada del chavismo al poder, a un control gubernamental, con intenciones de hacerse hegemónico