Con una clara desventaja, me aventuré al estreno de la nueva película de Marvel -lo acabo de googlear porque todavía no diferencio Marvel de DC Comics- para intentar entender el tema de conversación entre mis compañeros de trabajo y de clases. Confieso que salí de la sala de cine con una gran interrogante: ¿en estas películas no salen ganando siempre los superhéroes?
No puedo prometer estar libre de spoilers porque desde mi inocencia no sabría distinguirlos cuando escriba de esta película. Al entrar y sentarme en mi asiento, ya me había fijado en las más de cinco personas usando camisas alusivas a algún superhéroe. Yo tenía una que brillaba y sin ninguna referencia a algún mundo/universo/galaxia más allá de las estrellas y vaya que me sentí fuera de lugar. Al menos uso lentes y eso me hizo pasar como una más del montón de fanáticos que estaban desesperados por ver qué iba a pasar en la película.
Todo se puso difícil para mí con la primera escena. Reconocí a Loki y a Thor al minuto que aparecieron. Esas películas sí las he visto, porque eso de ver en pantalla grande a dos hombres de cabello largo que se odian/quieren siempre me ha parecido una experiencia fascinante. Habían otros que todavía no sé de dónde salieron y que más bien parecían piedras con ojos y pintura de labios bien oscura. Al rato me percato de que eran los malos de la partida.
En menos de media hora, ya habían matado a alguien y la sala soltó un «nooooo» al unísono que me hizo sentir mal por no tener ese sentido de pérdida tan a flor de piel. Loki pidió que mataran a su hermano y luego se arrepintió, juró serle fiel a un tal Thanos y al instante quiso matarlo con una daga mágica que hizo aparecer casi de la nada. Normal.
Me di cuenta de que lo más importante de la película iba a ser el guante de Thanos. Tenía unos huecos que debía llenar con unas gemas de colores para tener el poder de la destrucción de la humanidad con solo chasquear los dedos. O algo así.
Eran seis de esas piedras que tenía que conseguir y mucha gente con poderes se unió para derrotarlo. La locación cambia de una galaxia lejana con muchos planetas de nombres raros a la conocida ciudad de Nueva York.
Ok, aquí sí estamos en lo mío, ya estoy entendiendo.
Gwyneth Paltrow hablaba con Iron Man de unos hijos que él quería tener con ella pero como tiene una piedra incrustada en el pecho no pueden. En medio de un beso, aparece un mago de un agujero y atrás está un asiático que hace círculos dorados con las manos y se lo llevan. Este tema del tiempo parece importante.
Se suponía que tenían que unirse todos los superhéroes o algo pero Iron Man no quiso llamar a un tal Steve Rogers. Eso sí, cuando sacó su celular «de tapita» me distraje porque ¿cómo es posible que con una piedra incrustada en el pecho y un traje que se arma y desarma solo no tenga otro teléfono?
Cuando dejé de pensar en eso ya estaban peleando contra una nave espacial circular y un monstruo bien parecido a los White Walkers de Game of Thrones y que ,claramente, tenía poderes más fuertes.
Se pasa a otra escena y aparece el grupo más cool hasta ahora. En una nave con música conviven una mujer con unas antenas que se prenden en la cabeza (sí, están pegadas a ella), una liebre, un tronco, una mujer verde y Chris Pratt. Ahora la cosa se centra en una amenaza horrible para el mundo con Thanos y su guante de piedras.
Resulta que la mujer verde es su hija adoptiva y lo odia pero igual llora cuando piensa que lo mató, e igual el papá la lanza a un vació cuando dicen que tiene que sacrificar algo que ama por una de las piedras. Una importante, según entendí. Este tema del amor/odio con los superhéroes y los malos que terminan siendo sus familiares no es nuevo. ¡Pero que gente tan inestable!.
Después entra el Capitán América con Scarlett Johansson y todo el cine aplaude. Yo sí sé que ese capitán es importante y que debería salvarlos a todos, pero no lo hace. El verdadero héroe termina siendo el que no aparece en buena parte de la película y aguanta el calor de una estrella para crear un arma que mate al malo del guante.
Un Spider Man que iba al colegio y era como el asistente de Iron Man se colgó a la nave circular, para salvar al mago del White Walker flaquito. Se fueron a otro de los miles de planetas, en de Thanos, para esperarlo, mientras por otro lado ya estaba el grupo cool de la mujer verde intentando encontrarlo en otro. Ahí sí me perdí.
En mitad de una pelea aparecieron unos perros bien parecidos a los demodogs en Stranger Things pero como con esteroides que se suicidaban. Eran millones, pero después una pelirroja que estaba enamorada de un tal Visión los mató.
Otro mundo importante era un tal Wakanda que me recordaba a África. Incluso hablaban con dialectos y luego todos se desaparecieron porque Thanos logró hacer lo que quiso hacer desde el principio. Los superhéroes salen perdiendo y quedan sin entender nada de lo que está pasando. Más o menos como quedé yo.
Yo pensaba que en este tipo de películas siempre salía ganando el lado bueno y se supone que en esta se unían todos pero resulta que pasa todo lo contrario. En el cine, la gente estaba genuinamente consternada por lo que estaba pasando y se negaban a dejar la sala hasta que apareciera algún clip de la película siguiente.
Confieso que me salí de la sala porque tenía que ir al baño y si no entendí en casi tres horas, no creía poder hacerlo en un minuto más. En resumen, la película trata de un señor piedra que tiene más fuerza que todos los superhéroes juntos, que buscan matarlo pero como controla el tiempo, la realidad y esas cosas lo que hace es confundirlos y que quiere limpiar el universo matando a la mitad de la gente que vive en él por «piedad», muy a lo Hitler.
Nota del editor (que sí ha visto las películas del MCU): Al final de los créditos, un hombre con un parche en el ojo y su asistentes son sorprendidos en New York por un carro que chocó solo. Al bajarse, la asistente se desaparece, lo que impulsa al moreno a sacar un beeper (sí, un beeper) de su bolsillo. Envía un mensaje y sale un loguito con una estrella azul y roja. Nos vemos el año que viene.]]>
"Avengers: Infinity War", la cinta que une a la mayoría de los superhéroes de los cómics Marvel, consiguió este fin de semana el mejor estreno de la historia de Estados Unidos al recaudar 250 millones de dólares, según datos del portal especializado Box Office Mojo.
