Opinión: Tenle paciencia al “Guachimán” *
Los apellidos se asumen con dignidad. A menos que el tuyo sea Hitler, pues. Ahí sí como que conviene un cambio en la jefatura. Aunque la dignidad, he aprendido, no aplica al momento de entrar a una caseta de vigilancia en una zona residencial. Ningún vigilante ha podido anotar mi apellido