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#El Hebraica

Colegios y pupitres vacíos: la educación de la migración

En colegios privados de Caracas, como Hebraica, la matrícula se ha reducido casi 75% en años recientes, mientras que otros como El Peñón o Champagnat han perdido a más de 100 alumnos para el nuevo período escolar. El interés por conseguir un pupitre universitario cambió por el de lograr una butaca en un vuelo sin regreso al extranjero Como Guido Orefice en La vida es bella, un padre piadoso podría decirle a su pequeño hijo matriculado en el colegio Moral y Luces Herzl-Bialik (Hebraica) que sus ex compañeritos están jugando al escondite para acumular puntos y ganar un tanque de guerra Merkava a escala real. Las cifras de descenso de la matrícula de la institución educativa de Los Chorros, debido a la emigración de la colonia judía en Venezuela, son dramáticas. Hasta hace pocos años, su nómina de estudiantes en primaria oscilaba alrededor de 1.000 niños, pero en el período lectivo 2014-2015, bajó a 350, y en el que comenzó este septiembre, descendió a 270. Según una fuente vinculada a la Unidad Educativa, de poco más de 60 alumnos que se graduaron en bachillerato, 57 se fueron al extranjero a proseguir sus estudios universitarios. Debido a la deserción, algunos de los salones se han arrendado a los otros colegios judíos que funcionan en la capital venezolana. El ejemplo de Hebraica probablemente es extremo: después de todo, el ex presidente Hugo Chávez alguna vez expresó mensajes abiertamente antisemitas y algunas sinagogas recibieron ataques, por no hablar de expropiaciones de joyerías y otros negocios, y se calcula que permanece menos de un tercio de la comunidad judía que residía en Venezuela a comienzos de este siglo.

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