Dentro de un gigante de acero en forma de hamburguesa, coronado con su bandera nacional, China logró una primicia mundial: crear una temperatura de 100 millones de grados, un pequeño paso hacia la fusión nuclear, clave en el sector de la energía renovable.
Las sanciones suspendidas alcanzan a sectores clave de la economía iraní como los productos petroquímicos, el comercio del oro y los metales preciosos así como las transferencias financieras.
Olvidados ya los temores surgidos tras la catástrofe de la central atómica de Fukushima (Japón) de 2011, China reafirmó esta semana su apuesta por el sector nuclear como principal alternativa energética a los combustibles fósiles.