La importancia de ser nadie
La existencia del notable toma cuerpo de realidad cuando alguien lo nota. Es, en realidad, un reflejo especular en los ojos del otro. La celebridad vive con la constante y aterradora posibilidad de que sus habilidades puedan desvanecerse repentinamente. Con la promesa de que todos seríamos famosos, aunque sólo fuera durante cinco minutos, Andy Warhol nos puso en el camino equivocado. Si la foto que nos hará inmortales depende del evento de esta noche, si la aparición en televisión el martes por la tarde nos dará el sabor de los ricos y famosos, entonces, ¿por qué no intentarlo? Grave error. Como en los regímenes despóticos, como en el Imperio Mongol o en el Imperio Otomano, la mejor forma de pasar la vida es bajo el manto de invisibilidad, del anonimato.