Morir por belleza
La obsesión por la belleza en ocasiones conduce a sus víctimas a escenarios aciagos, incluidos mortajas y ataúdes. Uno de cada 150 venezolanos se somete a operaciones de tipo estéticas. El número, nada insignificante, ubica al país en el top10 de los más frívolos. Pero ¿qué pasa cuando la perfección del cuerpo salta de los quirófanos a velorios?