«Puesto caso que corran igualmente las hermosuras, no por eso han de correr iguales los deseos, que no todas hermosuras enamoran (…) La honra y las virtudes son adornos del alma, sin las cuales, el cuerpo, aunque lo sea, no debe parecer hermoso.» Don Quijote de la Mancha, Capítulo 14.
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La Presidenta de la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, Magistrada Ninoska Queipo, muere a consecuencia de una infección luego de ser sometida a una operación estética de liposucción”, El Universal, 12/10/2012. “Yuraima Presilla Brito, ama de casa de 35 años y madre de tres niños, fallece luego de un implante de glúteos practicado por falsa doctora”, Noticias24, 30/11/2011.
Dicen que tu cuerpo es tu templo. Pero no te gusta tu cuerpo. Nadie te dio a elegir tu morfología y la genética es la más injusta de las reparticiones de Dios. Y no hablamos de discapacidad física sino de arriesgarse en quirófano para planchar tus arrugas o para cambiar tu apariencia al estilo de Sarah Burge, la mujer británica que gastó un millón de dólares durante 40 años para convertirse en la Barbie humana. La autoestima a crédito y en cómodas cuotas.
Venezuela se ubica en el top 10 de los países que realizan más cirugías estéticas al año y tiene la tasa per cápita más alta de operaciones de este tipo en el mundo: 1 de cada 150 venezolanos. Según cifras de la Asociación Internacional de Cirugías Plásticas (ISAPS), en promedio, cada hora, 26 personas se someten al bisturí en nuestro país.
La cirugía estética para corregir alguna imperfección o daño corporal procura mejorar la calidad de vida de la persona tanto en lo físico como en lo psíquico. Es decir: busca el equilibrio psicosocial del individuo; lo cual se ajusta a la definición de salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS), establecida en su constitución de 1946:
“Estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solo ausencia de enfermedad”, consagra. Sin embargo, la proliferación de falsas necesidades culturales y sociales, las obsesiones particulares y la falta de bioética de algunos “esteticistas”, puede devenir desgracias.
El cuerpo hay que cuidarlo, no cabe duda. No abusar con la alimentación, ejercitarse regularmente, evitar los excesos de alcohol, tabaco y trasnocho; entre otras medidas harto conocidas que conforman el ABC de la salud. Pero estás convencido de que no es suficiente. Quieres ser como el actor de cine, la modelo del bikini, la gente en la foto de la valla que come, bebe y no engorda.
“Fallece Adriana Zorrilla, venezolana de 29 años con prótesis PIP, víctima de adenocarcinoma de pulmón ocasionado por fuga de silicona de su prótesis mamaria”, El Nacional, 28/04/2013. “Oli Cooney, joven británico de 20 años, muere por su adicción a los esteroides”, Telecinco.es, 03/04/2014.
Nada más contradictorio y absurdo que un hombre se inyecte esteroides para conquistar parejas con su musculatura y al momento del sexo no le respondan sus reducidos testículos a causa de alteraciones hormonales. Cambiar el cuerpo express duele y apena.
La obsesión por modificar el cuerpo traspasó clases sociales, géneros y edades. La nueva moda entre hombres y mujeres es operarse la zona abdominal para marcarla con el efecto cuadros o six pack. Pero de mentira. Cambie su dieta y su gimnasio por su cuchillo de cirujano.
La vida por ser como no se es. Y rápido. Lo ornamental por encima de todo. Si usted fuma un cigarrillo lo hace a conciencia del daño a su cuerpo. Pero en este caso lo que la persona quiere es la belleza temporal del cuerpo a pesar del propio cuerpo. Alterarlo artificialmente a cambio de poner en riesgo su propia vida. El culto a la belleza es una religión terrenal y antigua con nuevos alquimistas. Deséame hoy con lujuria, mañana veremos.
El cuerpo que desea la mente asesina al cuerpo real. Y al morir este, muere también la mente. Entonces, el pensamiento embellecedor de su propio cuerpo orquesta su suicidio. Conspira y atenta contra sí mismo. La violencia tiene extrañas facetas.
“Es bello lo que gusta por medio de la vista y el oído.” Aristóteles.
“Pirañas robapelo apuñalan a mujer en Maracaibo al no poder cortarle el cabello con el fin de venderlo en Colombia para la fabricación de pelucas y extensiones naturales”, Diario La Verdad del Zulia, 18/08/2013. “Roxana Vargas, joven de 19 años víctima de uno de los crímenes más sonados de los últimos tiempos, acudió a su psiquiatra verdugo por motivo de su trastorno bulímico”, noticierodepaz.org, 09/03/2012.
*FOTO: AFP
Según artículo publicado en noticierodepaz.org, Roxana Vargas, la muchacha asesinada por el renombrado psiquiatra Edmundo Chirinos; mantenía un blog pro Ana y Mía, palabras claves con las que la chicas, identificándose bajo el nick de “princesas”, intercambian información sobre anorexia y bulimia.
Al escribir bulimia y anorexia en Google aparecen 11.100.000 resultados. Blogs, como amigasanaymia.blogspot.com y thinnylicious.blogspot.com, enseñan técnicas para vomitar efectivamente y de cómo usar laxantes y preparar purgas para no aumentar de peso, con todo el riesgo para la salud que ello representa. “Porque la comida es como el arte, existe sólo para mirarla”, es el lema de uno de estos sites.
El ser humano, sus necesidades y adicciones. “Vive rápido y muere bello”, dijo el actor James Dean poco antes de salir disparado contra el parabrisas de su Porsche 550 Spider.
Hasta el alimento intelectual es de cuidado, sino que lo diga Don Alonso Quijano, quién, enloquecido por tantos libros de caballería, salió de la Mancha y su cuerpo maltrecho quedó apaleado con cada aventura. O ciertos políticos delirantes —por exceso o carencia— que arremeten sin clemencia contra el cuerpo-país. Su propio país.
¿Quién no concuerda con el ideal platónico que trasciende lo corpóreo y abarca el arte y lo etéreo? “Si hay algo por lo que vale la pena vivir, es por contemplar la belleza.” Pero la tierra del Miss Venezuela y los galanes de telenovelas no se conforma con gente fea. La competencia es ruda. Los centros de estética, nuevos templos de Adonis y Afrodita, te hinchan los labios, te ponen un par de tetas 38 B, el culo de J-Lo y te “liposuccionan” la grasa. El moderno Prometeo en serie y desechable como sus implantes.