Diocleciano resucitado
No hay peor ejemplo existencial que aferrarse a una forma de hacer las cosas cuando las realidades demuestran de manera contundente el fracaso de esa conducta. Así está procediendo la burocracia gubernamental venezolana cuando, ante el fracaso de su control de precios, la solución ideal que ha encontrado ha sido la de establecer controles aún más absolutos.