Internacionales

"Fraude" electoral en Estados Unidos: 10 mentiras peligrosas

Una herida abierta ha dejado el proceso electoral estadounidense: la desconfianza hacia las instituciones y el voto. Al menos entre los seguidores de Donald Trump que solo se explican la derrota como producto de un fraude. La discusión incluye a airados venezolanos, trumpistas furibundos que creen y alimentan las versiones de conspiración. Aquí van algunas explicaciones para desmontar las mentiras y las interpretaciones interesadas

fraude electoral
AFP
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Como parte de esa extraña apropiación de la política estadounidense que hemos hecho los venezolanos, ciudadanos de un huérfano estado 51 online repleto de teorías de conspiración y paralelismos dudosos, nuestras redes sociales se han contaminado en los últimos días con toda suerte de videos y registros que afirman un supuesto fraude electoral en Estados Unidos. Ni George W. Bush, Chris Christie o Marco Rubio –tótems del establishment republicano– se han montado en el vagón de las afirmaciones de Trump y Giuliani. Hasta Melania le ha dado la espalda, dicen algunas fuentes.

¿Acaso los creyentes han olvidado que Trump, gran showman dispuesto a jugar todas las cartas, basó su campaña de 2016 en afirmar que los muertos y los inmigrantes ilegales votarían por Hillary Clinton en el más colosal fraude la historia americana? Fraude que, claro está, decidió no volver a mencionar una vez que el Colegio Electoral le brindó la victoria.

Pero en los tóxicos canales de Twitterzuela, la legión criolla de los grupos políticos de Doral, García Banchs, los columnistas del PanamPost y Sosa Azpúrua prácticamente han declarado una yihad en defensa del presidente saliente.

“La desinformación prolifera primero online, luego es usualmente convertida en Whatsapp, que es muy popular entre los latinos inmigrantes”, escribieron Patricia Mazzei y Jennifer Medina en The New York Times, refiriéndose a las campañas de desinformación para influir en el voto latino de Florida: «Luego, en Florida, se filtra en el ecosistema del mercado mediático de Miami, en gran parte no verificado, de periódicos y estaciones de radio y televisión en español, cuyos anfitriones y comentaristas de derecha amplifican algunos de los perniciosos mensajes».

Y así, por obra y gracia de tweets reciclados de personalidades mediáticas de la alt-right y los márgenes más radicales del partido republicano, los grupos de Whatsapp de tu tía Mireya y tu tía Gladys –residentes de Caurimare y El Cafetal– archivan las supuestas pruebas del fraude. Vamos a desmontarlas, una a una.

1) ¿Existe el fraude electoral en Estados Unidos?

Sí, pero es ridículamente escaso: un estudio de MIT (una de las universidad más prestigiosas de Estados Unidos) de abril de este año, que analizó 20 años de elecciones, encontró que el voto fraude sucede en instancias del 0,00006% nacionalmente.

De hecho, en Oregon, el porcentaje es de 0,000004% -es decir, cinco veces menos común que ser golpeado por un rayo en Estados Unidos. Por ello, los casos contados –en un país de más de 300 millones de habitantes– que Rudy Giuliani ha presentado podrían ser reales, pero serían parte de un fenómeno abrumadoramente aislado.

2) Las papeletas dobles

Desde hace varios días, principalmente por un tweet del actor y comediante trumpista Terrence K. Williams, circula un video de una cámara de seguridad donde una mujer de una de las mesas de votación rellena una papeleta electoral, copiándose de otro papel. El narrador explica que está llenando votos falsos para Biden, como parte del fraude masivo y coordinado (en un país donde cada estado maneja independiente su proceso electoral y su conteo) contra el presidente Trump.

El narrador del video no sabe lo que está observando: es un proceso común y plenamente legal conocido como “curing the ballot” (o ‘limpieza de la papeleta’) que consiste en replicar exactamente una papeleta dañada en una papeleta nueva, lo cual está haciendo la mujer mientras el otro miembro de mesa le dicta. El curing the ballot se hace con observadores de ambos partidos, que probablemente están fuera del estrecho ángulo de la cámara. De hecho, podría ayudar a Trump en un reconteo porque definiría mejor los votos.

3) Los 130.000 votos de Michigan

Repetidas veces se ha afirmado que los cerca de 130.000 votos por correo que llegaron en la primera noche electoral a Michigan eran en su totalidad para Joe Biden. La afirmación se magnificó luego de que el presidente Trump compartiese un tweet de Matt Mackowiak. La explicación es simple: el reporte había sido un error de entrada, creado por el archivo que había montado la página de monitoreo Decision Desk, creadores del mapa. El error fue corregido, demostrando que no todos los votos eran para Biden. Por ello, Mackowiak se disculpó y borró el tweet original. Pero ya Trump lo había compartido a sus decenas de millones de seguidores.

fraude EE UU

4) Los votos extras de Wisconsin y Georgia

Se asevera que en Wisconsin hubo más votos que votantes. Según el activista pro-Trump Mike Coudrey, hubo 3.239.920 votos aunque en el estado solo existen 3.129.000 votantes registrados. “Esto es evidencia directa de fraude”, dijo.

Quizás es evidencia de una persona mal informada: la cifra de votantes que da Coudrey está obsoleta. Para el primero de noviembre, el estado contaba con 3.684.726 votantes inscritos, unos cuantos cientos de miles más que la cantidad de votos. Además, la participación electoral en el estado ha aumentado gradualmente en los procesos electorales anteriores.

Una afirmación similar se hizo con el estado sureño de Georgia, donde Biden parece llevar la ventaja: según usuarios de redes, Georgia sacó alrededor de 3,8 millones de votantes aunque su población sea tan solo 3,7 millones de personas. Una afirmación plenamente equivocada, pues se refieren a la población de la otra Georgia, un pequeño país ex-soviético en los montes del Cáucaso, entre Medio Oriente y Europa. El estado norteamericano llamado Georgia tiene alrededor de 10 millones de habitantes.

5) El cambio súbito de la noche a la mañana

Pero, ¿por qué los votos por correo favorecieron a Biden de la noche a la mañana en Georgia, Michigan, Pennsylvania y Wisconsin? Porque allí se contaron los votos en persona primero, más comunes en las zonas rurales que son menos densamente pobladas y donde gran parte de la población es menos cautelosa con el coronavirus. Y dichas zonas rurales, como bien demuestra el mapa de condados, votan principalmente por el Partido Republicano pues son más conservadoras, blancas y de clase obrera. Las ciudades –más liberales, multirraciales y de población profesional– suelen votar demócrata y mandaron en gran medida su voto por correo: el cual se contó posteriormente, volteando la balanza a favor de Biden.
Por eso, lo contrario sucedió con estados como Texas, Carolina del Norte y Ohio: se contó el correo y el voto citadino primero, dándole una ventaja original a Biden. Pero, como mostraron los resultados posteriores, el Partido Republicano terminaría llevándose la victoria en estos.

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6) Los muertos que votan

Los muertos no votan. Al menos no en Estados Unidos. Las autoridades de Michigan han calificado a dichas afirmaciones como “desinformación”, notando que los votos de muertos son rechazados. Como han explicado oficiales en el estado, las supuestas muestras se deben a que en el sistema electoral se han confundido a votantes vivos con los nombres de sus padres fallecidos, que tienen la misma dirección que sus hijos. ¿Pero qué hay con aquellas personas, por ejemplo en el contado de Allegheny en Pensilvania, cuyas fechas de nacimiento datan de principios de siglo o hasta del siglo diecinueve? Es una situación común, que se usa por motivos de privacidad para personas como sobrevivientes de violencia doméstica con protección legal o testigos judiciales. En cualquiera de las situaciones, todos son casos aislados.

7) Las papeletas en la basura

Eric Trump, el hijo del presidente saliente, ha esparcido un video donde se están incendiando 80 papeletas a favor de su padre. Tras la viralización del video, oficiales de la ciudad de Virginia Beach, Virginia, donde se incendiaron las papeletas, respondieron por Twitter directamente a Trump hijo, explicándole que aquellas eran papeletas de muestra. De hecho, las papeletas no tenían los códigos de barra que tienen todas las papeletas oficiales. La misma respuesta se aplica a otros videos, donde se ve a oficiales desechando bolsas con papeletas en basureros. Similarmente, se ha dicho que se encontraron miles de papeletas militares desechadas en una playa de Wisconsin. La historia es completamente falsa, sin fuentes ni pruebas, y se originó en Facebook.

8) ¿Y las cortes?

Trump no va a detener su cruzada contra los resultados, pero sus demandas han sido rechazadas en varios estados. Y esto no quiere decir que exista una conspiración de jueces comprados por los demócratas, sino una falta suficiente de pruebas para parar el conteo.

De hecho, en Georgia –un estado que rechazó la demanda de Trump– los encargados del conteo de votos son el gobernador y el Secretario de Estado: ambos republicanos.

Aun así, es probable que el reconteo que reclama Trump llegue a las cortes (aunque quizás no a la Suprema). Lo que no es probable es una inversión de los resultados, como sucedió tras la revisión judicial de las elecciones entre George W. Bush y Al Gore en el 2000: a diferencia de aquel caso, la brecha del voto popular y electoral entre Trump y Biden es sumamente grande. Bush ganó el Colegio Electoral por un solo voto, mientras que el voto popular tenía una diferencia de un poco más del 1%. Biden parece llevar una ventaja popular de cerca del 3% y una ventaja en el Colegio Electoral de más de 10 votos.

9) El Fiscal General denunció un fraude electoral

Según ciertos tweets, William Barr –Fiscal General de Estados Unidos– denunció el supuesto fraude electoral en una entrevista con Wolf Blitzer de CNN. La última entrevista de Blitzer a Barr fue en septiembre, antes de las elecciones. Allí, Barr alegó que la votación por correo podría ser fraudulenta y citó erróneamente supuestos casos: es decir, dos meses antes de las elecciones.

Cuando el artículo fue publicado, Barr no se había pronunciado. El lunes en la noche ordenó al Departamento de Justicia investigar las denuncias de fraude de Trump. Richard Pilger, encargado de investigar crímenes electorales en el Departamento, renunció en protesta.

10) Las invenciones descaradas

Pero, como parte del juego político, las invenciones van a seguir surgiendo: cada vez más infundadas, descabelladas y ficticias. Antes de compartir una cadena o una supuesta noticia, se debe revisar la fuente y la veracidad de la información: hay ciertos movimientos radicales intencionalmente bombardeando el internet con desinformación.

En la tarde de ayer –domingo-, le llegó una cadena a mi mamá en su grupo de promoción del colegio: arrestaron a una mujer de la campaña de “Sleepy” (Biden) y por ella se supo que los votos de Michigan eran falsos, revirtiendo la victoria del candidato demócrata allí y dándosela a “Trunp”. Sorprende que Josué de Prados del Este esté más informado que la FBI, Fox News o CNN: no hubo tal arresto, no hubo tal reversión.

¿Quién está detrás de las más descabelladas invenciones, salpicadas con supuestos arrestos mesiánicos de Trump y el colapso de un tal Nuevo Orden Mundial? QAnon, una comunidad de teoristas de la conspiración – urgida en 2017 en el foro 4chan, siguiendo la teoría de conspiración de Pizzagate– que cree que el mundo es regido por un cabal de pedófilos satanistas (los demócratas, las organizaciones globales, Hollywood, George Soros y las grandes corporaciones) que establecerán un gobierno plutocrático y global en un Nuevo Orden Mundial.

Solo Trump, en una gran tormenta, pondrá fin a los depravados y acabará con el Estado Profundo que está llevando a cabo los planes. Descabellada, considerada una amenaza de terrorismo doméstico por la FBI, y casi convirtiéndose en un culto debido a sus conceptos milenaristas y apocalípticos ligados al evangelismo, QAnon – lamentablemente – ha avanzado ferozmente: dos creyentes acaban de ser electas como senadoras republicanas.

Así que, cuando te digan que la pandemia fue orquestada para causar el voto por correo y lograr un fraude electoral y establecer una dictadura socialista y globalista en “la última esperanza de Occidente”, recuerda que es solo depravada propaganda QAnon: una y otra vez. Y no van a parar.

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