Internacionales

Estado Islámico crece y suma unos 80.000 combatientes en 9 países

El reciente juramento de lealtad anunciado por el grupo islámico nigeriano Boko Haram ilustra la internacionalización del grupo Estado Islámico (EI). A continuación presentamos un informe sobre la organización extremista sunita.

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Un «califato» y 25 «provincias»

El EI declaró el 29 de junio la creación de un califato a caballo entre Irak y Siria, dos de los nueve países en los que se ha implantado.

En total, el grupo reivindica 25 provincias («wilayat» en árabe) en Siria, Irak, Libia, Yemen, Argelia, Arabia Saudita, Egipto, Afganistán y Pakistán.

Irak, donde el grupo tiene sus raíces, es el primer país en número de provincias, con diez. A continuación, estarían Siria y Libia, con siete y tres provincias respectivamente.

A parte de estos países y de Egipto, las otras ‘wilayat’ son más exactamente grupos de los que el jefe del EI, Abu Bakr Al Bagdadi, ha aceptado el juramento de lealtad, pero que no se han destacado por «acciones» particulares.

Alrededor de ocho millones de personas viven en los territorios controlados por el EI en Irak y en Siria, según Pieter van Ostaeyen, especialista en Oriente Medio.

Luay Al Khatteeb, investigador asociado en el Brookings Institute, ofrece una horquilla un poco menor, «de entre 6 y 7 millones de personas».

– ¿Cuántos hombres tiene el EI?

Resulta extremadamente difícil evaluar las fuerzas del EI pues «no existen fuentes sólidas para dar una cifra precisa», subraya Al Khatteeb.

El experto calcula que el número de combatientes estaría en «alrededor de los 80.000», de los que «20.000 aproximadamente serían extranjeros».

Para Van Ostaeyen, el EI puede contar con entre 60.000 y 70.000 combatientes pese a que «es muy difícil dar una estimación exacta».

Solo en Siria, el EI dispondría de 40.000 a 50.000 hombres, según el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), Rami Abdel Rahman.

Dalia Ghanem-Yazbeck, analista del Carnegie Middle East Center, es mucho más prudente con al número de combatientes. «Podemos contar 25.000 en total como máximo», afirma, pidiendo «dejar de sobreevaluar el número» pues esto «es hacerles publicidad».

– ¿El EI es rico?

También resulta imposible determinar los medios financieros del EI, que usa las riquezas económicas de las regiones conquistadas. Una de ellas es el petróleo extraído de los pozos de Siria e Irak.

En octubre, el subsecretario estadounidense en el Tesoro encargado del terrorismo y de las investigaciones financieras, David Cohen, declaró que éste le reportaba un millón de dólares diario.

Pero esta cifra fue contestada por el experto Al Kahatteeb, según el cual el EI produce «un máximo de entre 50.000 y 60.000 barriles diarios», una cantidad insuficiente para satisfacer las necesidades de «las poblaciones bajo su yugo».

Al petróleo se añaden los ingresos obtenidos por la venta de antigüedades, los rescates, los impuestos y las extorsiones impuestas «a los comerciantes locales, que tienen que pagar para poder mantener sus tiendas abiertas».

El EI también ha podido servirse de los establecimientos financieros de las ciudades conquistadas, como Mosul, donde las reservas de liquidez de los bancos estaban alrededor de los 400 millones de dólares antes de la ofensiva, según declaró Bashar Kiki, jefe del consejo provincial de Nínive, de la que Mosul es la capital.

– ¿Cómo funciona el EI?

La estructura administrativa del EI esta calcada de la de un Estado, teniendo en cabeza a Abu Bakr Al Bagdadi, autoproclamado califa. Bagdadi es asistido por adjuntos «territoriales» y un comandante militar.

Bagdadi está respaldado por un consejo consultivo que reagrupa a altos responsables yihadistas. Según algunas informaciones, existen además otros consejos específicos, entre los que habría uno militar, uno de seguridad, uno financiero y uno de medios de comunicación.

El EI es en un maestro en el arte de la comunicación al utilizar las nuevas tecnologías de forma sistemática.

Se ha convertido en «una marca que atrae, como Coca-Cola o McDonald’s», explica Dalia Ghanem-Yazbeck. «Su verdadera fuerza es virtual, en internet, Youtube… A cada revés militar o casi, sale un video para que se hable de ellos. Es una forma de compensar la derrota militar a través de la propaganda».

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