Joven se hizo la muerta y se salvó de asesinos en discoteca Bataclan

Casi al mismo tiempo del atentado en el local nocturno hubo otros cinco atentados en la capital francesa. Sin embargo, su texto va dirigido a los que murieron asesinados, a sus amigos y familiares. Primero la estudiante de la Universidad de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica,  recuenta cómo vivió ella el suceso y luego expone lo que piensa:

«Tú nunca piensas que te va a pasar a ti. Era un viernes en la noche en un concierto de rock. La atmósfera era tan feliz y todos estaban bailando y cantando. Y cuando los hombres atravesaron la entrada y comenzaron a disparar, nosotros inocentemente creímos que era parte del show. No era solo un ataque terrorista, fue una masacre. Dispararon a docenas de personas frente a mí. Charcos de sangre cubrían el piso. Gritos de hombres adultos que tomaban en sus brazos los cadáveres de sus novias penetraban el pequeño local de música. Futuros demolidos, familias con corazones rotos. En un instante. En shock y sola, pretendí estar muerta por más de una hora, acostada entre personas que veían a sus amados inmóviles… Conteniendo mi respiración, tratando de no moverme, de no llorar -queriendo ocultarle a esos hombres el miedo que ansiaban ver. Tuve una suerte increíble de sobrevivir. Pero tantos no lo lograron. Personas que estuvieron en el mismo lugar por las mismas razones que yo -tener un viernes en la noche divertido eran inocentes. Este mundo es cruel. Y actos como estos se supone que deben señalar lo depravado del ser humanos y el recuerdo de esos hombres circulando sobre nosotros como cuervos se quedará conmigo el resto de mi vida. La forma como meticulosamente apuntaban a personas de pie en la misma área en el centro sin consideración alguna por la vida humana. No se sentía real. Esperaba que en cualquier momento alguien dijera que era solo una pesadilla. Pero ser una sobreviviente de este horror me da la posibilidad de hablar sobre los héroes. El hombre que me consoló y arriesgó su vida para cubrir mi cerebro mientras yo sollozaba, las últimas palabras de amor de una pareja que me mantuvieron creyendo en que existe bien en el mundo, la policía que logró rescatar cientos de personas, los desconocidos que me recogieron de la calle y me consolaron durante 45 minutos. Yo verdaderamente pensaba que el hombre que yo amaba estaba muerto, el hombre herido que confundí con él y que luego de que reconocí que no era Amaury, me abrazó y me dijo que todo iba a estar bien a pesar de que él mismo estaba solo y asustado, la mujer que abrió sus puertas a los sobrevivientes, el amigo que me ofreció refugio y me compró ropa nueva para que no tuviese que seguir usando este top ensangrentado, todos los que han enviado mensajes de apoyo -ustedes me hacen creer que este mundo tiene el potencial de ser mejor. De nunca dejar que esto suceda de nuevo. Pero esto es, en su mayor parte, por las 80 personas que fueron asesinadas en ese local, quienes no tuvieron tanta suerte, quienes no se despertaron hoy y por todo el dolor por el que están pasando sus amigos y familiares. Lo siento tanto. No hay nada que arreglará ese dolor. Me siento privilegiada de estar ahí en su último aliento. I esperando sinceramente reunirme con ellos, prometo que sus últimos pensamientos no estuvieron con los animales que causaron todo esto. Estaban con los que amaban. Mientras estaba acostada sobre la sangre de desconocidos y esperaba que una bala pusiera fin a mis pocos 22 años, me imaginaba cada rostro que he amado y susurraba ‘Te amo’. Una y otra vez. Reflejaban los momentos más importantes de mi vida. Deseaba que todos los que amo sepan cuánto, deseaba que ellos supieran que a pesar de lo que pudiese sucederme, seguiría creyendo en lo bueno del ser humano. De no dejar que esos hombres ganaran. Anoche, las vidas de muchos fueron cambiadas para siempre y depende de nosotros ser mejores personas. Vivir las vidas que las víctimas inocentes de esta tragedia soñaron pero que nunca podrán completar. Que en paz descansen, ángeles. Nunca serán olvidados».