«Después de diez años quiero haber sido capaz de salvar a Siria, pero ello no significa que siga siendo presidente entonces», declaró el jefe de Estado sirio, en el poder desde 2000. «Siria estará bien y yo seré la persona que ha salvado a su país», agregó.
En diez años «si el pueblo sirio quiere que esté en el poder, entonces estaré y si no quiere, entonces no estaré», señaló el mandatario.
Asad puntualizó que «sin lugar a dudas, el respaldo ruso e iraní ha sido esencial» en el avance de sus tropas frente a las fuerzas de oposición.
«Nosotros necesitamos esta ayuda, por una simple razón y es que existen 80 países que respaldan con diferentes medios a los terroristas. Algunos de forma directa, con dinero, respaldo logístico, armas o combatientes. Otros les ofrecen apoyo político en los diferentes foros internacionales», dijo Asad.
El ejército ruso lleva a cabo desde el 30 de septiembre una intensa campaña de bombardeos aéreos contra «objetivos terroristas» que posibilitó al ejército leal a Asad recuperarse.
Siria vive desde 2011 en una guerra civil que opone a las tropas fieles al régimen, a los grupos armados de oposición y grupos yihadistas, con saldo de 260.000 muertos y varios millones de refugiados.