Rajoy, en el poder desde 2011, ha reclamado al Parlamento que le permita formar un nuevo ejecutivo, alegando la «urgencia» de que España salga del bloqueo político que se ha prolongado durante más de ocho meses.
Pero el jefe del Partido Popular (PP, derecha) se dirige a un fracaso, al carecer de una mayoría absoluta en la cámara baja de 350 diputados que le garantice la investidura en la primera votación al final de la tarde de este miércoles.
Con 170 votos a favor (137 del PP, 32 de los liberales de Ciudadanos y uno de un pequeño partido regional canario), Rajoy cuenta con seis menos de los necesarios para tener éxito.
Tendrá otra oportunidad el viernes, cuando en la segunda vuelta le baste tener más «síes» que «noes», pero se prevé otra derrota toda vez que ningún partido de oposición se muestra dispuesto a abstenerse para dejarle la vía libre.
¿Elecciones en Navidad?
Los socialistas del PSOE, la segunda fuerza en el Parlamento que con 85 escaños determina el resultado de la votación, dejaron claro que negarán su respaldo a Rajoy, durante el debate del miércoles en el que intervendrán todas los partidos en el legislativo.
«Su comportamiento reciente y lejano» y «sus mentiras de ayer y hoy», avalan «nuestra absoluta desconfianza hacia usted y por eso votaremos en contra de su candidatura», dijo el jefe socialista Pedro Sánchez a Rajoy, al reclamarle no hacer ningún esfuerzo para ganar más apoyos.
En su respuesta, Rajoy auguró que el líder socialista «pasará a la historia porque va a provocar que por tercera vez en un año vayamos a elecciones», algo inédito en España.
Según la Constitución, tras una fallida primera votación de investidura este miércoles, empieza a correr un plazo de dos meses para que los partidos formen un ejecutivo o deben convocarse nuevas elecciones, que por los plazos establecidos caerían el 25 de diciembre.
Para evitarlo, el líder del partido antiausteridad Podemos, Pablo Iglesias, invitó este miércoles al PSOE a intentar un gobierno de izquierdas, algo ya descartado por los socialistas.
«¡Imposible! Cero. No se va a intentar», había adelantado un consejero de Pedro Sánchez. «La desconfianza hacia Podemos es absoluta», aseveró.
Una iniciativa legal del PSOE, apoyada por Podemos y Ciudadanos, para recortar la campaña electoral y permitir que las nuevas legislativas se adelanten al 18 de diciembre, es una señal de que los partidos empiezan a resignarse a volver a las urnas, señaló esa fuente.
Rajoy podría en teoría reunir más apoyos tras las elecciones regionales del País Vasco el 25 de septiembre. Si el Partido Nacionalista Vasco (PNV) necesita el apoyo del PP para seguir allí en el poder, Rajoy podría pedir a cambio el apoyo de sus cinco diputados en el Parlamento.
Pero Rajoy irritó al PNV el martes al denunciar los nacionalismos: Estoy «cabreado», resumió un portavoz del partido. «Los vascos de hoy y del futuro nos seguiremos rebelando», dijo.
Hartazgo
Mientras, en las calles los españoles miran entre el hartazgo y la exasperación la incapacidad de diálogo de sus representantes políticos y la posibilidad cada vez más real de tener que ir nuevamente a las urnas, tras haberlo hecho en diciembre de 2015 y en abril pasado.
«Yo quisiera que se pusieran de acuerdo. Queremos un diálogo entre partidos», dijo Patricia Palomo, una profesora de 41 años que apoya a los socialistas. «Pero estoy harta», advirtió.
«El bloqueo político es un poco culpa del PP de Mariano Rajoy y del PSOE de Sánchez, son muy soberbios», dijo por su parte Juan Antonio Jareño, empleado de la Compañía Española de Petróleos (Cepsa) de 47 años y votante de derechas.
La parálisis política en España arrancó en diciembre, cuando en las urnas los españoles acabaron con el bipartidismo del PP y PSOE imperante durante décadas, pero eligieron un Parlamento muy fragmentado, entre esos dos partidos tradicionales y los noveles Podemos y Ciudadanos.