El éxodo masivo de venezolanos hacia varios países de la región obligó a cada gobierno cercano a tomar medidas. Cada uno respondió a su manera; sin embargo, las formas fueron criticadas.
En el caso de Colombia, que ha recibido desde 2013 a más de un millón y medio de venezolanos que escapan de la crisis originada por los desaciertos políticos del fallido socialismo del siglo XXI, sus opciones son claras: brindar ayuda a todo aquel que decida probar mejores oportunidades en sus latitudes.
Pero su misión y alternativas no es la misma que Ecuador.
Con más de 260.000 migrantes venezolanos dentro de su territorio, el país meridional decidió desde julio de 2019 exigir visado humanitario a quienes deseen hacer vida ahí.
Vías distintas
Para la fecha, Ecuador emitió 10.000 visas humanitarias, número aún menor al correspondiente a los migrantes. Eso obligó a que no fuera pocos los que buscaran suerte en otras naciones, apuntando otra vez a Colombia para instalarse.
En agosto, Christian Krüger Sarmiento, para aquel entonces director de Migración Colombia, dio a conocer su posición sobre el tema. “Respetamos las políticas de cada país. Pero también somos conscientes que el cerrar la frontera o el exigir visados o imponer condiciones para el ingreso lo único que va a hacer es incentivar la irregularidad. Estas personas están migrando por necesidad”, comentó.
No obstante, afirmó que su país seguiría haciendo las labores para facilitar el ingreso de venezolanos a Colombia.
“Continuaremos trabajando en los diferentes escenarios para poder articular esfuerzos e implementar estrategias conjuntas, que nos permitan ayudar a la población venezolana, sin afectar a la región”, siguió.