Opinión

Vinotinto: sin goles no hay paraíso

Superada en el plano físico, pero sobre todo en el futbolístico, la selección de Venezuela pierde en Asunción contra Paraguay (1:2) y cae al octavo lugar de las Eliminatorias CONMEBOL, fuera de los puestos de clasificación al Mundial

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Salomón Rondón ante Paraguay
AFP

Seis partidos sin ganar y apenas 3 goles anotados en ese lapso. Cuatro puntos de los últimos 18 posibles. Ese es el balance estadístico que explica por qué el equipo de Fernando Batista se encuentra, a día de hoy, fuera de los puestos de clasificación al Mundial. A pesar de las buenas sensaciones que transmitió la Vinotinto contra Argentina (1:1) la semana pasada en Maturín, esta vez Venezuela se vio claramente superada en su visita a Paraguay y pierde un partido clave, fundamental, ante un rival directo. 

El gol inicial de Aramburu ayudó a maquillar durante gran parte del primer tiempo las dificultades que tuvo la Vinotinto para asociarse, y para nutrir de pelotas a un aislado Salomón Rondón que durante todo el partido estuvo incómodo e incapacitado entre los centrales paraguayos. Los dirigidos por Batista optaron por posicionarse en bloque medio-bajo y aunque no opusieron demasiada resistencia para que Paraguay llegara con pelota dominada hasta el último tercio de cancha, en líneas generales el equipo fue solvente para defenderse cerca de su área. Parecía que la idea era agazaparse y salir al contragolpe, con un planteamiento de juego directo y reactivo, ejemplificado esto justamente en la jugada del gol de Aramburu.

El segundo tiempo sí fue todo de Paraguay, y esa situación se agudizó aún más con los cambios de Venezuela, que en esta oportunidad, a diferencia de otras ocasiones en donde el técnico sí logró corregir sobre la marcha, empeoraron al equipo: Batista decidió prescindir de Jefferson Savarino y pasó a jugar 4-4-2 con Jhonder Cádiz acompañando a Salomón Rondón, pero la fórmula no dio resultados y la selección guaraní siguió dominando, sobre todo en el plano físico, la mitad de la cancha. Si bien es cierto que Savarino nunca ha logrado trasladar a la selección el nivel que ha demostrado con sus clubes, la realidad es que es el jugador de Venezuela con mejor actualidad, por lo que se hace difícil entender el cambio si también se toma en cuenta el errático y desafortunado partido que completó Darwin Machís.

No basta con la épica, con la narrativa de ese “echabolismo” tan arraigado en la cultura de nuestro país, o con picos aislados de inspiración que para nada responden a la uniformidad de rendimiento que una selección verdaderamente competitiva debe tener. Venezuela es un equipo voluntarioso, sí, que ha mejorado en su mentalidad y que ha pretendido edificar su fortaleza partiendo de la solidez defensiva, pero que le cuesta una barbaridad generar un volumen de juego ofensivo directamente proporcional a la calidad de los jugadores con los que cuenta. Para más inri, ese rendimiento defensivo que mencionamos ha decaído en los últimos partidos y el equipo de Batista ya es el cuarto con más goles en contra de estas Eliminatorias CONMEBOL.

Evidentemente, no todo está perdido. Quedan 24 puntos en juego. Ni antes, en medio de la euforia de los resultados positivos, se estaba clasificado, ni ahora se está irremediablemente eliminado. Lo que sí es cierto es que Venezuela está obligada a revisarse y a mejorar, sobre todo en su faceta ofensiva, si quiere encontrar el nivel competitivo que le permita quedarse con un cupo para el próximo Mundial. Brasil y Chile, los próximos rivales.

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