El laboratorio alemán CureVac probará vacuna contra el COVID-19 en humanos
CureVac es la segunda empresa farmacéutica germana y la undécima en el mundo en probar la inmunización en voluntarios
CureVac es la segunda empresa farmacéutica germana y la undécima en el mundo en probar la inmunización en voluntarios
La biofarmacéutica alemana Curevac recibió la autorización para probar en humanos una posible vacuna contra el coronavirus. El estudio clínico fue autorizado por el Instituto Paul Ehrlich (PEI), autoridad en materia de vacunas y biomedicinas.
Es la segunda empresa alemana y la undécima mundial en llegar a esta fase de prueba en personas.
«La autorización es el resultado de una meticulosa evaluación del potencial perfil riego-beneficio de la posible vacuna. El ensayo en personas es un importante hito en el camino hacia vacunas seguras y eficaces contra la COVID-19», señala el comunicado.
Se trata de la segunda empresa alemana después de la biotecnológica BioNTech en recibir la autorización.
En ambos casos se trata de una vacuna RNA que contiene información genética para la construcción de la proteína de espiga del CoV-2 en forma de ácido ribonucleico (ARN).
En la primera fase del estudio clínico participarán 168 voluntarios sanos, de los cuales 144 recibirán la vacuna desarrollada por CureVac.
La dosis de la inmunización aumentará gradualmente para determinar la seguridad y la tolerabilidad y para establecer la cantidad adecuada que logre una respuesta inmunológica contra el Sars-Cov-2 con la formación de anticuerpos.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud es la undécima autorización a nivel mundial para ensayos en personas.
CureVac asegura que la producción estará destinada a la población de Alemania y de otros países.
El Ministerio de Economía informó que el Estado invertirá 300 millones de euros en CureVac. Así se hará así con el 23 % de la compañía para dar seguridad financiera a la empresa. No tiene intención de influir en las decisiones empresariales pero sí de evitar una posible adquisición del extranjero.
Por otra parte, el PEI autorizó en abril y mayo estudios clínicos con plasma de personas que se habían recuperado tras contagiarse con el coronavirus para un potencial medicamento con el que tratar a pacientes de riesgo gravemente enfermos.