El blanco como escape
¿El mundo está perdiendo color? El blanco Cloud Dancer es el tono de 2026, pero no exageremos con lo neutro
¿Nuestro futuro está condenado a ser una sala de espera estéril de personalidad o un lienzo en blanco con afán de ser llenado?
Pantone escogió el Cloud Dancer como color del año 2026, un blanco roto con un matiz grisáceo que simboliza «una influencia calmante en una sociedad que está redescubriendo el valor de la quietud y la reflexión. Es un tono sofisticado que llega como un soplo de aire fresco y está impregnado de una sensación de serenidad”.
«Un blanco neutro y etéreo cuya presencia ligera actúa como un susurro de calma y paz en un mundo ruidoso. Un blanco vaporoso impregnado de serenidad, que invita a la verdadera relajación y concentración, permitiendo que la mente divague y la creatividad fluya. En movimiento y en reposo, el Color Pantone del Año 2026, PANTONE 11-4201 Cloud Dancer, oscila entre la luz y lo etéreo, una calma viva que invita a la renovación, a la visión en la serenidad y a la liberación creativa».
Pantone es un sistema estandarizado y una empresa que proporciona un lenguaje universal para identificar, comunicar y reproducir colores precisos en diversas industrias. (diseño, moda, impresión, etc.). Pero el color del año no nace de la nada, este responde a estadísticas y tendencias que se han popularizado y mantenido durante todo el año.
El mundo está perdiendo el color y eso es un hecho. Como consecuencia, generaciones mas jóvenes donde la creatividad debería ser ilimitada, tienen pocas -por no decir nulas- referencias sobre estéticas ALEJADAS de la vida adulta, aesthetic, clean look o minimalista.
Que los colores estridentes sean considerados de mal gusto, de poca clase o nulos en elegancia, ¿es bueno o es malo?
Y ojito aquí, no tengo nada en contra de los colores neutros y mucho menos del blanco, (que como dato curioso es el resultado de la unión de las ondas de todos los colores). Entiendo que los neutros son colores muy fáciles de combinar, por lo que no debes pensar mucho al momento de usarlos.
Pero la tiranía de los neutros me da aburrimiento y no me genera ninguna emoción. Entre cafeterías con la misma paleta de crudos en su decoración y uniformidad en la ropa de las grandes multimarcas, quedan pocas opciones con personalidad.
El problema nunca fue la elección del color, mi problema es la falta de curiosidad y creatividad. Si no decidimos sobre las cosas “sin importancia”, realmente entonces ¿sobre qué tenemos decisión?
