Durante de la toma del penal por parte de los presos el día de ayer, algunos de los recluidos entraron al área de enfermería de la cárcel de Uribana (estado Lara), y tomaron fármacos para suicidarse, según Prado. “Se habla mucho del nuevo régimen y mira la respuesta, totalmente negativa”, comentó.
Este nuevo régimen, impuesto por la ministra para el Servicio Penitenciario, Iris Varela, incluye nuevos directivos dentro de los centros y rutinas estrictas de limpieza, disciplina y desarrollo de actividades “socio productivas”. Ayer, los reclusos de la cárcel de Uribana exigieron la destitución del nuevo directivo, Julio César Pérez, por supuesto maltrato.
Prado explicó que en muchas ocasiones, los presos prefieren morir que vivir en las condiciones en las que se encuentran dentro de los centros penitenciarios.
“Te rapan el pelo, te dan un uniforme amarillo, tienes orden cerrado, no te dan desayuno, almuerzo y cena debidamente balanceado, caes en desnutrición, te retardan el proceso, te caen a palos. A la gente cuando está en prisión de esa manera lo que provoca es morirse”
Hasta el momento, las autoridades no han confirmado ni negado el hecho. El director de la ONG pidió no confundir la responsabilidad del Estado con “privilegios” para los presos. Indicó que el trabajo de las autoridades debe enfocarse en la reinserción social del sujeto y que los presos “pierden su relación con el exterior, pero no sus derechos como persona”.
Según cifras de esta ONG, hay más de 55 mil presos en todo el país, mientras que la capacidad instalada solo alcanza para albergar a 19 mil personas. Esto se traduce en 190% de hacinamiento.