Venezuela

Sin licencia ni carnet de sanidad para ser prostituta

El negocio de la prostitución no se salva ni con el coitus interruptus de la crisis generalizada del país. No hay preservativos ni mucho menos reactivos para diagnosticar enfermedades de transmisión sexual, requisito irrefragable para la emisión del carnet de sanidad. Hoy las mujeres del gremio se sienten más desprotegidas y devaluadas que nunca

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Las putas baratas se alimentan de pan por la mañana y toman agua fría al despertar, cuando el sol matutino ofusca su visión y desagrada a los cuerpos que deambulan desaliñados. Es la resaca. Para muchas, como Brigitte, casi nunca suele ser distinto. A veces ni comen. Si son rápidas y logran echar en sus bolsos alguna pieza de pollo o lo que sobra del festín anterior, entonces podrán desayunar otra cosa. La meta, explica, siempre será llevar las ganancias completas a casa. No admiten gastos adicionales.

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